Conocer las claves de la psicoterapia de familia ayuda a identificar si el núcleo familiar atraviesa una crisis o el problema es más grave con el fin de mejorar la relación entre los miembros que la integran; una relación que por diversas circunstancias se dificulta. En su proceso, puede abordar los problemas generados en el contexto de las relaciones familiares o con personas significativas en la vida de las personas.
Entre los objetivos generales de la terapia está la mejora del funcionamiento de la familia; el aumento de la comprensión entre sus miembros y el apoyo emocional entre ellos; el desarrollo de estrategias de afrontamiento y habilidades de resolución de problemas ante diferentes dilemas y situaciones de la vida.
¿Por qué casos la familia tiene que ir a psicoterapia?
Toda familia está conformada por personas con diferentes maneras de pensar y ver el mundo que, aunque estén unidas por una historia común, no siempre pueden armonizar sus relaciones, precisamente porque los lazos en común son vistos, en ocasiones, desde perspectivas diferentes. Además, los estrechos lazos que se tejen en familia y la intimidad que implica, afectan a todos sus miembros. La conducta de cualquiera de ellos afecta la dinámica de toda la célula familiar.
Asimismo, los roles que se juegan en familia no siempre son cómodos o adecuados para cada miembro de la familia y se requieren procesos de reorganización y adaptación.
Es natural que se den disputas y conflictos derivados de la manera que se entretejen los lazos familiares y alteran la dinámica cotidiana provocando conflictos de variada índole y gravedad. Los puede haber entre los padres, lo que afecta el comportamiento de los hijos; conflictos entre los hermanos, que puede alterar la relación de pareja de los hijos; y la relación entre padres e hijos.
Los conflictos pueden significar crisis que se den por el natural ciclo de vida, es decir dada por el cambio de etapa de la vida suele estar acompañado de algún conflicto debido, generalmente, al proceso de adaptación: los padres tienen conflictos ante el nacimiento de un nuevo bebé; el surgimiento de la adolescencia, o el climaterio, son momentos de claros conflictos familiares, por ejemplo. Esto implica que se deben asumir, también, nuevos roles y responsabilidades.
También pueden darse crisis por factores externos: la pérdida del empleo, la bancarrota, un accidente o la muerte de alguien. Este tipo de factores no dependen del comportamiento de las personas en familia, sino de condiciones ajenas que los orillan a la crisis.
Crisis estructurales derivadas por el advenimiento de nuevos integrantes a la familia, o la partida de otros miembros (divorcios).
Crisis por atención: cuando un miembro de la familia requiere tales cuidados que toda la familia se vuelca en ello, suelen darse conflictos entre los cuidadores e incluso entre quienes no participan directamente del cuidado pero se ven afectados por la situación.
Este tipo de crisis en general producirá en la familia conflictos particulares que pueden resolverse mediante las herramientas de la psicoterapia llevada a cabo por un profesional. Estas crisis pueden ser temporales, especialmente si se tratan adecuadamente en su momento; pero de no tratarse pueden acentuar problemas de larga duración.
¿Para qué sirve la terapia de familia?
De inicio la terapia familiar puede ser útil en cualquier situación familiar que causa estrés, dolor, ira o angustia. Ayudará, en primera instancia, a establecer entornos de comunicación segura y más eficiente entre los miembros del sistema. Para ello, el guía profesional de cada sesión establecerá pautas para lograr la mejor comunicación posible que agilice la resolución de los conflictos.
“Al usar con mayor eficiencia los recursos de apoyo, este tipo de terapia puede resultar clave para gestionar los acontecimientos vitales estresantes tales como: una situación de bullying en el entorno escolar, problemas de adicciones (drogas, alcohol, juegos, tecnologías), una enfermedad grave o el fallecimiento de un familiar”.
Igualmente se pueden afrontar problemas de conducta individuales a través de las interacciones familiares, examinando los patrones de relación entre los distintos miembros con el fin de resolver problemas y conflictos. Es decir, la terapia ayuda a un miembro de la familia al analizar en terapia la dinámica de todos los miembros.
Durante la terapia familiar, se examina la capacidad de la familia para resolver problemas y expresar pensamientos y emociones. Explorar roles familiares, las normas y pautas de comportamiento con el fin de identificar los problemas que contribuyen al conflicto -, así como la manera de trabajar a través de estos temas. La terapia familiar puede ayudar a identificar las fortalezas de su familia, tales como el cuidado de los unos a los otros, y los puntos débiles, tales como dificultad para confiar en los otros. Y trabajar con ellos hasta su posible solución. JORGE DOMÍNGUEZ