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Temo decepcionar a mis padres… Una cuestión que no sólo los jóvenes se hacen alguna vez en la vida, sino también los adultos. ¿Hemos sido lo que nuestros padres querían? ¿Se sentirán decepcionados de nosotros? ¿Debemos sacrificar nuestros sueños por cumplir sus expectativas?

En la relación padres e hijos estos cuestionamientos nos confrontan y cuestionan sobre nuestros anhelos y la voluntad que tenemos para realizarlos; pero también de la reciprocidad entre el hijo y todo lo que el padre le dio al crecer.

Este suele ser un tema que habita en nuestra mente con frecuencia y nos preocupa a algunos porque solemos sentir agradecimiento por lo que nuestros padres han dado y por ello nos gustaría agradarlos. Pero también hay quienes se sienten endeudados con sus padres y les abraza la culpa cuando buscar cumplir sus propios sueños, aunque éstos sean distantes a lo que sus padres esperan.

El miedo a no ser un buen hijo y decepcionar a la familia es uno de los principales motivos por los que muchas personas siguen atrapadas en una vida que les incomoda y les hace infelices.

LAS EXPECTATIVAS

Al esperar a un hijo, los padres suelen llenarse de ilusiones, sueños y, especialmente, expectativas de lo que su hijo podrá ser en el futuro y la de cosas que podrá hacer. Estas expectativas van definiendo lo que ellos esperan:  que uno sea cierto tipo de persona, que se comporte de cierta manera y que aspire a ciertas cosas que ellos creen son correctas, les gustan o consideran que nos pudieran hacer felices.

Casi siempre estas expectativas no son voluntarias, incluso algunas son inconscientes y dependen de la propia forma de ser de tus padres: si les gusta leer, esperarán que a uno le guste leer. También el pasado de los padres determina lo que esperan de y para nosotros, ya sea que busquen repetir el patrón de su propia experiencia de “felicidad” o bien que nuestra vida sea diferente y logremos lo que ellos no pudieron.

Otro factor que hace que los padres esperen cosas de sus hijos es la forma en que ven el mundo y los parámetros que tienen para vivir en él. Ellos tratarán de transmitirnos sus modelos y esquemas del mundo.

Finalmente, también ellos cargan con una presión social o influencia del entorno que les marca para esperar ciertas cosas de sus hijos y que determinan las expectativas que nosotros debemos cumplir.

No obstante, estas expectativas son una pesada carga para los hijos que no tienen por qué cumplirlas. Así que efectivamente, corremos grandes riesgos al vivir nuestra propia vida y decepcionar así a nuestros padres, pero es un poco parte de la historia de todos.

INDIVIDUALIDAD

Si deseas comenzar a vivir sin ese temor a decepcionar a tus padres o haberlo hecho en algún momento, deber hacerte consciente de que eres un individuo y tu identidad es una combinación de tus genes, experiencias, conocimientos, valores y actitudes, diferentes todas al resto de los seres humanos, incluyendo tus padres. Deberás asumir el desapego emocional y ser congruente con tu individualidad.

Esta individualidad te hace diferente a tus padres y por ello también te permite proponerte objetivos diferentes. Las diferencias entre padres e hijos son normal, buena y saludable, así que debemos vivirla sin culpa.

ELIGE TU FELICIDAD

Racionalmente hablando es una locura renunciar a la felicidad personal por cumplir los deseos de otros. La mayoría de los padres, emocionalmente saludables, buscan la felicidad de sus hijos, y aun estén en desacuerdo con ellos en el fondo saberlos contentos y en paz es su mayor anhelo, no importando si no cumplen con lo que ellos querían.

Así que no tengas miedo a ser feliz haciendo lo que quieras, ellos tarde o temprano estarán a favor de tu dicha y podrán ceder respecto a sus expectativas.

NO ES TU OBLIGACIÓN 

Desde el punto de vista más frío. no le debes nada a tus padres. Ellos eligieron por la paternidad o maternidad, decidieron tenerte y cuidar de ti; todo lo que te han dado es una elección personal, así que no les debes nada.

Eso no quiere decir que te comportes como un malcriado o malagradecido con ellos; por el contrario, agradece lo que te han dado, pero sin temor a construir tu propia historia. Claro que siempre tratando de ser asertivo en la exposición de tus objetivos y metas.

Muchos padres nos pueden decir que sus hijos no tienen ninguna deuda con ellos, por lo que podemos sentirnos más relajados para construir nuestra propia vida.

ESTÁS EN TU DERECHO

El miedo a decepcionar a los padres está relacionado con la culpa, por ello muchas veces preferimos seguir lo que los padres esperan a tomar nuestra vida en las manos y establecer límites a los padres. Tenemos derecho a ser quienes somos y a renunciar a aquello que no nos gusta, no nos apasiona o nos hace infelices. Jamás deberíamos avergonzarnos por ser nosotros y hacer lo que deseamos.

El que no estemos de acuerdo con los padres no quiere decir que se deba tener una ruptura con ellos, o que debemos distanciarnos de ellos.

Para hacer lo que deseamos aún lejos de lo que nuestros padres quieren basta con tomar la decisión y ser asertivos. Aquí algunos puntos rápidos para lograrlo:

  1. Independízate económicamente de tus padres. Si tienes planes para ti que no son los mismos que los de tus padres, lo primero que requieres es no depender de ellos económicamente. Si quieres hacer algo en contra de los deseos de tus padres, ellos estarán en su derecho de aportar dinero a tu causa si así lo desean; así que tendrás que costearlo por ti mismo. 
  2. Rodéate de quien te entienda. Si tus padres no entienden el rumbo que quieres darle a tu vida, entonces acércate a quienes tienen ideas similares a ti, que te ayuden a tener una perspectiva clara y motivante. En tanto no debes hablarlo todo el tiempo con tus padres porque de no entender tus planes entrarán más fácilmente en conflicto.  
  3. Convence con hechos. A tus padres les preocupa tu futuro, verte vivir plenamente; si ellos te ven desubicado por supuesto se preocuparán y desearán llevarte “por el buen camino”. En cambio, si tus padres ven que tienes un plan para llevar tu vida a tu manera, entonces será más sencillo que dejen de limitarte o cuestionarte. 
  4. Sé asertivo. Si exponen con claridad y seguridad planes concretos para seguir tus planes, tus padres podrán ver en ti madurez y una seguridad hacia el futuro que les hará estar más tranquilos y con la confianza de dejar que hagas tu vida.  

Si aún con esta disposición de tu parte a presentar de forma madura tus planes para vivir tu vida y realizar tus propios proyectos, no resulta como esperabas, puedes iniciar la negociación a través de algunas cuantas sesiones de terapia familiar, para que un profesional de la salud guíe el diálogo y se maneje el conflicto con las diversas herramientas que esta terapia te puede dar.

 JORGE DOMÍNGUEZ | PSICOTERAPIA

 

De Frente a la Vida |CONTIGO

 

Curso impartido por Jorge Domínguez.

 

La comprensión de sí mismo es un acto obligado. Tal y como aprendimos a caminar, a hablar, a comprender el entorno y su funcionamiento, así mismo es necesario comprender nuestras herramientas tanto con las que hemos nacido como aquellas que con el tiempo se han desarrollado y adquirido.

 

Conocer quién eres y como funcionas, te abre a una riqueza inimaginable para mantener tu mente, tus emociones y tus actos en congruencia, en un estado de salud continuo tanto emocional, físico y psicológico. Te convierte en una mejor versión de ti mismo y es ahí que radica tu fuerza vital.

 

Basar tu experiencia de vida y tu bienestar en la ignorancia de ti mismo te condena a los peores males de tu existir.

 

Es importante comprender que vivimos en el sótano lúgubre de una maravillosa y resplandeciente mansión. A la cual pocas veces, o tal vez nunca, hemos podido conocer sus jardines y sus extraordinarias habitaciones. Para tener acceso permanente a toda nuestra mansión, es primordial conocer nuestra ubicación y la existencia de nuestras capacidades.

 

Frente a la vida contigo es una herramienta obligada para crear una mejor versión de ti, para continuar expandiendo tu conocimiento en plenitud que desembocan en estados de felicidad continua.

 

Durante las 5 horas estaremos frente a frente con aquello que permitirá: optimizar tus relaciones tanto contigo como con aquellas personas que se encuentran en tu entorno, vivir en estados de mayor plenitud con lo que haces, piensas y sientes. Comprender tus actos, tus pensamientos y tus sentimientos. Conocer las diferentes influencias que ayudan o impiden a que obtengas lo mejor de ti.

 

Dirigido a toda persona que desee realizar una mejor versión de sí misma.

 

 

Durante el mismo horario Laura Zazueta imparte la versión infantil, para los más pequeños de la casa: de 6 a 13 años. Si tienes hijos será una experiencia maravillosa para toda la familia.

¡Es ahora tu momento!

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