Para sanar el vínculo entre Padres e Hijas hay que conocer qué significa la presencia del padre en la vida de ellas.
El vínculo con el padre, generado en la infancia, es definitivo en la vida de una mujer. La figura paterna sirve de modelo para la vida futura de la niña; no obstante, en ocasiones el vínculo no es sólido o está plagado de heridas que marcarán especialmente el desarrollo emocional de ella.
Diversos estudios han evidenciado que, durante los primeros tres años de vida de la niña, ésta se encuentra fuertemente unida a la madre. Sin embargo, según va creciendo, la menor toma como patrón inspirador a su padre.
El complejo de Electra
Alrededor de los 9 años, el vínculo entre padres e hijos se caracteriza porque muchas niñas sienten un amor platónico hacia el padre, el cual se caracteriza con cariño, ternura y admiración.
Este enamoramiento primario es el llamado complejo de Electra, una condición pasajera pero que puede influir fuertemente en la relación que posteriormente la mujer tenga con los hombres. Si la relación se basa en la ternura y delicadeza, el cuidado y la procuración de apoyo, la niña crecerá de forma sana y feliz, siendo a futuro un ser humano íntegro.
El vínculo entre padres e hijas
En el vínculo entre padres e hijas, la presencia constante del padre será un cimiento sólido durante toda la vida; el abandono, por el contrario, podrá ser el detonador de múltiples conflictos. Y aunque la relación tiende a cambiar durante la adolescencia porque ella se vuelve distante en busca de su propia personalidad, el padre debe hacerse sentir en todo momento.
Tener una figura paterna constante y segura influye en muchos aspectos de la vida de la hija y determina en gran medida el carácter y la forma en cómo querrá ser tratada por los demás. Cuando el padre se implica en la formación de la niña habrá menos problemas de compor|tamiento a futuro.
Si el padre le da valor como ser femenino y le da su sitio causará en ella un sentimiento de valía y seguridad. Si por el contrario es un padre ausente o que la infravalora el efecto será el contrario.
Cuando la hija se siente abandonada por el padre puede sentirse poco importante y cargar con ese peso durante su vida, intentando encontrar ese afecto a toda costa por un hombre, sea su pareja, jefe o amigo, sin importar lo que tenga que sacrificar en el camino.
La confianza que viene del padre
Una niña espera tener una relación con su padre basada en la confianza. Ante las adversidades que presenta la vida al crecer, ella requiere una figura sólida, que la apoye y esté junto a ella en los momentos difíciles. Requiere a un padre-héroe que está para ayudarla a solucionar situaciones que la confunden. Tan fácil como darle la mano cuando tiene miedo. Este apoyo le brindará confianza en sí misma.
De igual manera, una sana relación con el padre permitirá que la niña se sienta amada y ello le dará valía frente a sí misma. No necesitará buscar su valor en un hombre que la apruebe. Si la mujer está acostumbrada a que su padre la trate bien y a que no tiene que ser perfecta para que la amen, eso es lo que va a esperar de los demás, especialmente de los hombres. Su autoestima será sólida.
El padre: fuerza para romper barreras
Tradicionalmente la presencia del padre establece en los hijos e hijas los patrones de conducta sociales que deben seguirse. El padre suele ser una guía de normas y leyes que plantearán los límites en los que la futura mujer se desempeñará social y profesionalmente.
De acuerdo a las Constelaciones Familiares de Bert Hellinger, el padre y lo masculino permite reconocer los límites de aquello que nos ayuda a saber de dónde venimos y a dónde vamos o hasta dónde llegar. Permite concretar proyectos, independizarte y avanzar hacia la madurez. Todo aquello con la capacidad de lo masculino de cortar con aquello que impide avanzar, moverse y crecer. El padre da la fuerza para romper con barreras.
Por otro lado, el padre también otorga el pensamiento lógico matemático, según Hellinger. Por ello, no tomar al padre supone una dificultad de mirar hacia el futuro y avanzar.
El abandono del padre a la hija
Cuando una mujer se sabe abandonada por su padre, puede sentirse poco importante y cargar con ese peso durante su vida, lo que le llevará a intentar encontrar el afecto a toda costa, ya sea en otros hombres, en sus amigos, en su jefe. Lo que le hace vulnerable a amores psicópatas o abusivos.
De igual modo, la figura de un padre ausente genera en la etapa adulta un desapego afectivo que nos hace ser más inseguros a la hora de establecer determinadas relaciones. Pero también podrá producir un miedo al abandono, así que se apegarán a su pareja de manera obsesiva y asfixiante, de manera que tarde o temprano la pareja sí se irá.
La figura de un padre ausente genera en la etapa adulta un desapego afectivo que las hace ser más inseguras a la hora de establecer determinadas relaciones.
Vínculo tóxico entre padres e hijas
El mayor riesgo en esta relación es enfrentar a un padre tóxico, donde se evidenciará la manipulación, el autoritarismo y la exigencia constante, así como la intransigencia.
Un padre tóxico puede llegar a ser maltratador física y verbalmente. Asimismo, será un egocéntrico y egoísta que todo lo criticará, que responsabilizará a su hija de sus propios fracasos o frustraciones y que proyectará en ella sus sueños o anhelos.
También buscará tener el control sobre la vida de su hija, será celoso de su felicidad o de su independencia y tratará de manipularla de forma que pueda tener un absoluto control sobre ella. Esto con consecuencias desastrosas en la vida de la mujer, pues quedará vulnerable ante el maltrato no sólo del padre sino en otras relaciones.
Sanar el vínculo entre Padres e Hijas
Ante la ausencia —física o emocional— del padre, la mujer verá mermada su inteligencia emocional; tendrá dificultades para identificar sus emociones y las de los demás. Le costará adaptase a los cambios de la vida porque se volverá poco flexible y se verá predispuesta a las adicciones.
Algunas claves para sanar el vínculo entre padres e hijas son:
- Comprender que hizo lo que mejor sabía hacer
- Aceptarlo tal como son
- Renunciar a creerte “mejor padre o madre”
- Avanza hacia la vida
- Aprender a cuidar de ti
- Respeta a quien te antecedió
- Agradece lo que te dio
En todo caso una relación padre e hija nunca es perfecta, la percepción de cada momento tiene un efecto significativo aun cuando el vínculo sea estrecho y saludable. La hija puede percibir rechazo, cuando el padre simplemente estaba estresado y no podía atenderla, ello puede ser una pequeña herida que, como los grandes daños, hay que tratar.
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JORGE DOMÍNGUEZ | PSICOTERAPIA
