Hoy más que nunca es importante que sepamos qué son las microagresiones y que comencemos a corregirlas cuando son recurrentes en nuestro ámbito cotidiano.
Diariamente nuestras palabras, lenguaje corporal y, en general, comportamiento cotidiano pueden constituir una microagresión hacia otros y nosotros no darnos cuenta; pero no por ello dejamos de ser responsables de cómo hacemos sentir a los demás. Prejuicios y discriminación van en aumento en las redes sociales y con ello estas agresiones que, a veces, no son tan sutiles, por ello considero que éste es un buen momento de hablar del tema.
¿Qué son las microagresiones?
Las microagresiones son sutiles formas de discriminación que pueden ocurrir en el día a día mediante comportamientos, verbalizaciones o disposiciones del ambiente en el que nos encontramos. Éstas pueden ser de manera intencional o involuntaria, generalmente dirigidas hacia minorías.
Estos pronunciamientos, aparecen en comentarios aparentemente inocuos de personas que podrían tener buenas intenciones, en el mejor de los casos. Sin embargo, están tan enraizados socialmente hablando que poco nos cuidamos de no utilizarlas, dejando así de ser empáticos con los demás.
Algunos ejemplos
Imagina que vas en un trasporte público y el único asiento disponible está junto a un hombre, moreno, con ropas de obrero y un rostro poco agraciado. Tal vez tu mente dice “este es un ladrón” y prefieres no ocupar el asiento; sin embargo, tú eres la única persona que va de pie y es evidente que no te sentaste junto al hombre por “miedo” o más bien por un prejuicio sobre su imagen. Tu conducta puede ser percibida por aquel hombre como algo violento, pudo ser una microagresión.
¡Tenías que ser mujer! Frases como ésta suelen ser comunes, comentarios sexistas de este tipo que viven las mujeres —un día sí y el otro también— son microagresiones e incluso pueden ser considerados (y mal llamados) micromachismos.
Para ser gordita, tienes bonitas facciones… Puedo tocar tu cabello tan rizado (dirigiéndote a una persona afroamericana). Pero no se te nota que seas gay… Es que te ves tan joven que creí que eras la becaria…
Como puedes observar, todas estas expresiones encubren alguna clase de descalificación hacia personas con características particulares. Se habla en términos de complexión del cuerpo, lo que pudiera acusar de gordofobia; pero también son indicadores racistas, sexistas, clasistas o hasta homofóbicas, etc.
¿Qué consecuencias tienen las microagresiones?
Sin lugar a dudas estas formas de conducta y de expresión hacia los otros nos habla de discriminación y de maltrato a los demás, ya sea que lo hagamos de forma inconsciente como si lo hacemos —más grave aún— de manera consciente y voluntaria.
Como se trata de comportamientos sutiles y cotidianos, en algún momento generarán consecuencias negativas en el estado de ánimo, la identidad, la autoestima y la interacción social de quienes son víctimas. Dañando, además los vínculos familiares, laborales y sociales.
Por su parte, la persona que ejerce las microagresiones alimenta su inseguridad y su necesidad de establecer relaciones de poder, que le dan una falsa ilusión de tener el control en sus relaciones, de tener siempre la razón y donde no pueden ser criticados.
¿Cómo identificar el ejercicio de microagresiones?
Las microagresiones son tanto actos como pequeños insultos o bromas malintencionadas que buscan invalidar a otras personas y que se pueden advertir en algunos de los siguientes comportamientos:
- Aislamiento o Ghosting.
- No se toman en cuenta las opiniones o propuestas de la “víctima” de microagresión.
- Otra persona recibe el reconocimiento por las tareas realizadas o se ignora su labor.
- Descalificación y burla.
- Abusos de confianza.
- Olvido conveniente: hacer esperar, no invitar a las juntas, no incluir en el envío de mensajes.
- Hipercontrol. Constantemente se vigila, se dan indicaciones, se “enseña” cómo hacer.
- Intransigencia. Se evitan los espacios para negociar las reglas o acuerdos.
- Negar cualquier perjuicio que pueda ocasionar un comportamiento.
- Actuar basados en prejuicios o supuestos a priori.
¿Cómo evitar ser alguien que microagrede?
Si has identificado que en ocasiones utilizas las microagresiones y deseas dejar de hacerlo, puedes plantearte algunos cuestionamientos para ser más consciente al tratar a los demás:
- Identifica el lugar que quieres tener en tus relaciones: ¿necesitas sentirte superior?
- Asume que tienes privilegios frente a comunidades o sectores minoritarios.
- Tú mismo puede revisar tus prejuicios sobre los demás.
- Acepta que no siempre tienes el control en las relaciones cotidianas.
- Analiza cómo estás llevando a cabo tus relaciones con los demás.
- Practica la empatía y la asertividad.
- Si eres de un grupo que tiene privilegios, utilízalos positivamente al servicio de una comunidad más justa y equitativa.
- Evita empezar conversaciones en momentos en que estés alterada, alterado.
- Preocúpate por las palabras que utilizas, así como tu lenguaje corporal. s
Las microagresiones son una práctica que se ha normalizado, pero no por ello deja de ser violenta y con la capacidad de fragmentar a la sociedad, por ello es importante que abramos espacios para hablar de ellas y corregirlas.
JORGE DOMÍNGUEZ | PSICOTERAPIA