En un mundo que cada vez exige más de nosotros y en ello se nos empeña la vida, hoy te explico ¿qué impide nuestra autorrealización?
A medida que crecemos, vamos acumulando anhelos y metas por alcanzar. Deseos de toda clase que traen implícita una promesa de plenitud y bienestar personal, a los que dedicamos todos nuestros empeños y nos acercan lo más posible a la felicidad. Llegar a ello es el momento cumbre de la vida: la autorrealización.
Modelo de Maslow hacia la autorrealización
De acuerdo con el modelo de necesidades de Abraham Maslow, descrito en Una teoría sobre la motivación humana, la autorrealización es la necesidad psicológica más elevada del ser humano; alcanzarla da sentido a nuestra vida y es sustento de la propia evolución.
Buscar la autorrealización implica alcanzar nuestro máximo potencial, no sin antes haber cubierto nuestros requerimientos esenciales, señala Maslow, quien desarrolló su teoría con base en una pirámide en ascenso a través de la cual se van cubriendo necesidades fundamentales: fisiológicas, de seguridad, sociales, de estima o reconocimiento, hasta llegar a la autorrealización.
¿Qué es la autorrealización?
Ir hacia la autorrealización es superar nuestras propias barreras, aspirar a un máximo desarrollo de nuestras potencialidades y trascender. Asimismo, ésta es una motivación que nos impulsa a la acción, nos lleva al perfeccionamiento.
El deseo de autorrealizarnos es la búsqueda individual que nos encamina a cumplir con una serie de expectativas y dar respuestas a dudas o cuestionamientos que marcan un determinado momento existencial.
Por supuesto, cada uno buscaremos realizarnos en las más diversas áreas de la vida, desde lo profesional hasta lo familiar, amoroso o social, de acuerdo a los propios deseos, aunque el ideal es ser pleno en todo.
A veces encontraremos el equilibrio, donde todo parece perfecto, otras sólo algunas áreas funcionarán como lo deseamos. Por ejemplo, tener el trabajo de nuestros sueños nos ha costado vivir sin una pareja o construir una familia sólida ha tenido como precio sacrificar el trabajo. No obstante, el trabajo es constante.
Es por ello que no todos, ni todo el tiempo, podemos hablar de la autorrealización. Finalmente, ésta es la búsqueda de la felicidad a través de la evolución personal, sin desvincularlo de nuestro contexto y de quienes nos rodean.
¿Qué impide nuestra autorrealización?
Nuestros planes y anhelos, sin embargo, muchas veces se ven coartados por barreras que incluso nosotros mismos nos ponemos. Perdemos el rumbo hacia la autorrealización por motivos como:
1. Miedo a aceptar aspectos negativos de nosotros mismos
Tener limitaciones y debilidades es un factor que nos atemoriza, aun cuando sepamos que todos los tenemos; nos hace sentir vulnerables y expuestos al rechazo. Por ello, con tal de no perder la aprobación ajena, nos volvemos condescendientes y dejamos de lado lo que realmente queremos.
Debemos aprender a asumir nuestras imperfecciones y trabajar con ellas como un motivador para ir hacia la autorrealización de una manera mucho más sólida y plena.
2. Autoexigencias y el deberías de ser
La autoexigencia y las obligaciones que nos imponemos para ser de determinada manera acaban con nuestros verdaderos anhelos. No puede haber una autorrealización si de manera constante nos sentimos inconformes y peleados con quienes somos. Ello nos hace más débiles y vulnerables al fracaso.
3. Creencias distorsionadas
Nuestros límites están determinados por creencias que hemos acumulado desde la infancia, ideas que nos hacen interpretar las experiencias vividas a partir de generalizaciones (todo, nada, nunca, nadie…). Muchas de estas ideas son distorsionadas y no tienen sustento alguno, aunque las vivamos como certezas; pero igualmente las usamos como un filtro para observar el mundo y desde ahí juzgarlo para tomar decisiones.
Estas decisiones suelen alejarnos de nuestra plenitud, incluso de hacer contacto con nosotros mismos y nuestros anhelos. No vemos las cosas como son, sino como somos.
4. No aceptamos el pasado
Si ignoramos nuestro origen, nuestras raíces y con ello el pasado, difícilmente seremos capaces de procesarlo, obtener de ello aprendizajes que nos lleven al futuro más fuertes, más sabios, más resilientes.
Renegar del pasado es rechazar también la experiencia vivida e impedir sanar aquellos momentos dolorosos. Debemos reconocer nuestro pasado para dar lugar a la autorrealización.
Necesitamos aceptar y reinterpretar nuestras carencias del pasado para darles un significado más amable y funcional en nuestro presente, de manera que en vez de frustraciones nos llenen de aprendizajes y experiencias que nos permitan responder efectivamente ante los inevitables golpes de la vida.
5. Ganancias secundarias
Los comportamientos limitantes, como los anteriormente mencionados, nos impiden desarrollar todo nuestro potencial, por ende, reducen la posibilidad de autorrealizarnos. Sin embargo, aún sabiéndolo, solemos mantener esta negatividad porque obtenemos una ganancia secundaria.
Esta ganancia generalmente es la aceptación de otros, la validación de los demás a lo que somos y hacemos, el cuidado y cobijo de quienes nos ven sufriendo o desvalidos. Nos otorgan una falsa seguridad que siempre está a merced de otros, pero que a la vez nos da certezas.
Cómo es una persona autorrealizada
Por el contrario, la persona que se siente realizada tiende a ver el mundo con una percepción adecuada y objetiva.
- Tiene la capacidad de aceptarse a sí misma y al mundo que le rodea de la forma como es.
- Asimismo, es independiente y vive con autosuficiencia. La autorrealización también es un proceso de liberación, así que quien lo logra se siente libre de falsas ideas y satisfecho con uno mismo. De igual manera, otorga libertad a los demás.
- Quien se autorrealiza no cae en estereotipos ni los impone.
- Se preocupa por solucionar sus problemas y no por haberlos tenido, desarrolla así su resiliencia.
- Suelen tener relaciones personales profundas y asertivas.
- Tienen un alto sentido de comunidad y se identifican como parte de un colectivo humano.
- Se centran en ideales y son congruentes con éstos y sus valores.
JORGE DOMÍNGUEZ | PSICOTERAPIA