Entender qué hay detrás del mansplainign nos ayudará a mejorar la comunicación entre hombres y mujeres evitando la agresividad que se percibe detrás de él.
En una secuencia de Sex and the City, Miranda (personaje interpretado por Cynthia Nixon) se enfrenta al mundo machista de los abogados que silencian su voz por el hecho de ser mujer. En juntas de trabajo constantemente se le interrumpe o ignora, para que un hombre tome la palabra y diga lo mismo que ella está a punto de exponer.
Que un hombre interrumpa a una mujer y explique con voz, más o menos, autoritaria un tema que incluso la propia mujer domina, es demasiado frecuente y hoy se ve como una práctica machista, conocida como mansplaining.
¿Qué es el mansplaining?
La palabra mansplaining es un neologismo, de origen inglés, compuesto por las palabras hombre y explicar (man- explaining). Se utiliza para referirse a la tendencia de los hombres a explicar cosas a las mujeres de forma paternalista y condescendiente, como si ellas fuesen incapaces de conocer el tema y entenderlo.
Estas explicaciones incluso giran en torno a temas que las mujeres dominan por ser su área de especialización profesional o expertis, o bien son temas referentes al mundo femenino como la lactancia o el parto.
La actitud que adoptan los hombres hablando de estos temas y con este posicionamiento resulta poco asertivo e incluso puede ser considerado agresivo, pues silencia la voz de su interlocutora.
Y no es que un hombre hable de ciertos temas necesariamente desde el desconocimiento, sino que de forma sistemática asume un rol de silenciador frente a la mujer. Ella debe sólo callar y aprender del hombre, no puede ser activa en la conversación.
Al respecto, las mujeres cada vez más denuncian estas prácticas en sus círculos cercanos: familia, trabajo, escuela, etc., como una forma de dominación del hombre sobre el género femenino.
¿Qué hay detrás del mansplainign?
En el mansplaining hay un indicio que determina una relación de poder. Éste hace que la expresión de las mujeres quede minimizada e incluso invisibilizada, y ello sea visto como normal. Sin embargo, también existe en la relación entre hombres.
De acuerdo a la investigación realizada por Elizabeth Aries, se sabe que hombres y mujeres adoptan estilos muy diferentes de relacionarse con otros. Los hombres tienden a competir por dominar la conversación, sin importar si se trata de una mujer o de otro hombre.
Por su parte, las mujeres suelen demostrar mayor interés por conectar con los demás a través de relaciones más equitativas sin intentar controlar el rumbo de la plática.
Otras investigaciones de corte psicológico también señalan que los hombres tienden a ser más competitivos, no sólo en la conversación sino en otro tipo de interacciones aun cuando no existe una recompensa de por medio.re
Es por ello que tratarán de ser el factor dominante de la conversación e intentarán sobreponer su propio argumento frente a los demás. Incluso habrá quienes aumenten el volumen de su voz para ser escuchados más que los otros.
Minimizar la voz femenina
Aunque los hombres traten de imponerse en cualquier conversación, hoy en día las mujeres perciben esta práctica como una forma de agresión, de minimizar la voz femenina en un entorno machista. No sin razón, debido a la constante microviolencia que viven en la cotidianidad.
Inspiradas en el libro Los hombres me explican cosas, de Rebecca Solnit, las mujeres cada vez más denuncian esta práctica como una forma de acallar su voz cuando el hombre se expresa o se relaciona desde una posición de superioridad por muy sutil que aparente ser. Así esta conducta es percibida como machista.
El terreno de las redes sociales
El terreno de las redes sociales es el más fértil para ver el mansplaining potencializado. Aquí, la violencia suele ser directa y buscando invalidar las opiniones de los demás con argumentos, muchas veces infundados, pero expresados con autoritarismo para dominar la conversación y ganar reputación mediática.
Por supuesto, esta conducta molesta e irrita a quienes lo sufren a diario, especialmente las mujeres acalladas, cuando los hombres asumen que son naturalmente superiores a las mujeres en áreas de especialización que tienen un alto estereotipo de género.
Se cree, por ejemplo, que las mujeres no conocen de juegos de video y por ello se trata de “explicar” su funcionamiento, los trucos o estrategias en cuestión. Pasa igual cuando se considera que las mujeres, tan sólo por serlo, no saben sobre la maquinaria de un coche, aun cuando hoy en día muchas tengan un grado de ingeniería; los hombres pretenderán explicarles el tema incluso si saben menos que ellas.
Cómo enfrentar el mansplaining
El mansplaining encierra diversas problemáticas desde la microviolencia de género, hasta la lucha de poder como la falta de asertividad en la comunicación. Es por ello que debemos hablar del tema y encontrar claves de cómo enfrentarlo sin generar disputas con mayores grados de violencia.
- Reconocer que tú no eres el problema. Si estás percibiendo el problema, considera que existe alguien más que pueda estarlo pasando, que no eres tú la única “víctima” de esta imposición.
- No lo tomes como algo personal, sino un fenómeno que recientemente se ha identificado y debemos erradicar poco a poco en todos los niveles.
- Ser el eco de otras voces. Si una mujer dice una idea y esta pasa desapercibida, entonces otra mujer debe retomarla hasta que sea reconocida.
- Evitar los juegos de poder. No es fácil, pero tratar de imponer una idea, aun de forma inconsciente es parte del juego de poder. Habremos de preguntarnos si esa idea aporta algo a la conversación, conocemos realmente del tema o tiene una intención de domino de forma oculta.
- Practicar la asertividad. Por supuesto quien interrumpe es una persona que no conoce la asertividad ni la escucha activa. No obstante, manejar técnicas de comunicación asertiva nos ayudará a frenar ese impulso por discutir sin fundamentos y mejorar el nivel de la conversación.
- No responder con agresión. Por supuesto, el punto anterior nos lleva a considerar que si te has sentido agredida o agredido con el mansplaining no intentes corresponder con agresión.
JORGE DOMÍNGUEZ | PSICOTERAPIA