¿Qué es la indefensión aprendida? A través de la historia de Vanessa te lo cuento…

Vanessa no reaccionó ante su nueva libertad, ya no corría riesgos, podía hacer lo que quisiera, pero se mantuvo en silencio e inmóvil, desesperanzada. Se veía resignada, como si supiera que nada iba a cambiar, hiciera lo que hiciera.  

Los años que había vivido sometida al temperamento violento de su pareja la habían “traumatizado” —decían—, y ahora que él ya no estaba, era incapaz de salir de casa y ser libre. Era como si aguardara a que los episodios de violencia se repitieran sorpresivamente y, aun así, no había reacción alguna de su parte.  

Este era un caso típico de indefensión aprendida, una condición descubierta por el psicólogo estadounidense Martin Seligman, quien la describió como una condición pasiva de quienes se han visto sometidos a condiciones negativas impredecibles de las cuales se cree incapaz de escapar.  

¿Qué es la indefensión aprendida?  

La indefensión aprendida es un estado psicológico que se manifiesta cuando una persona comienza a sentir que es incapaz de modificar alguna situación, comportamiento o estado mediante sus conductas. Es decir, que su conducta o actos no influyen en el resultado obtenido. 

Seligman describe este estado a partir de un experimento realizado con perros encerrados en jaulas. Se expuso a los perros a descargas impredecibles de las que no podían escapar.  

Las descargas eran impredecibles en tiempo, los cuales eran aleatorios, con el fin de que no pudieran generar un patrón de respuesta, puesto que no había un patrón en las descargas. Los perros, después de varios intentos de escape, aprendieron que no había forma de predecir ni de huir de las descargas, con lo que optaron por indefensión: parecían no hacer nada frente al estímulo adverso. Incluso cuando los investigadores cambiaron los parámetros y los perros podían escapar de las jaulas, estos se negaban a salir de ellas o a realizar movimientos para evitar las temidas descargas. 

La indefensión aprendida, no sólo se da en animales sino también en los humanos. Surge a partir de un sentimiento de falta de control sobre el ambiente y las circunstancias que le rodean, siendo inútil cualquier esfuerzo que se realice para controlarlo. El simple hecho de pensar que los actos no modificarán una situación concreta, llevará al individuo a evitarla o a no enfrentarte a la misma. 

Vanessa había sido víctima no sólo del mal carácter de su pareja, sino también de su rabia y agresión. Tanto si hacía las cosas bien como si tenía errores, la violencia se hacía presente sin aviso previo. Por lo tanto, Vanessa ya ni siquiera se defendía. Estaba completamente paralizada ante la violencia constante de su marido.  

Su pareja ha muerto a causa de un infarto, Vanessa ya no está sometida a su yugo y ahora se siente perdida, es incapaz de vivir su nueva condición en plenitud pues padece la indefensión aprendida.  

¿Por qué surge la indefensión aprendida? 

Esta condición suele aparecer cuando se viven situaciones reiteradas en las cuales los actos del individuo no generan el efecto deseado y, entonces, se siente incapaz de hacer algo ante ello. La percepción del entorno como incontrolable, independientemente de nuestros actos, es el que desencadenará este estado. 

Y aun cuando la situación se modifique, se seguirá creyendo que es mejor no hacer nada porque la solución no se ha debido a su actuación sobre sí misma. 

El patrón de actuación de estas personas ante las adversidades queda limitado a la paralización, bloqueo, huida, evitación o simplemente, el no afrontamiento. Dicho de otra forma, la persona se encuentra pasiva ante lo que surge en su ambiente a pesar de tener la posibilidad de intentar ayudarse a sí misma. 

¿Qué causa la indefensión aprendida? 

Entre algunas condiciones que promueven la aparición de la indefensión aprendida se encuentran:  

• El ciclo de la violencia: acumulación de la tensión, episodio agresivo y luna de miel o episodio sin tensión. 
• La modificación y el aumento en la intensidad y frecuencia de los malos tratos físicos o psicológicos. 

• El abuso sexual. 
• El control, la posesión. 
• El aislamiento de la víctima. 
• Malos tratos psicológicos 
• Abuso de sustancias tanto en el maltratador como en la víctima 

¿Cómo identificar los signos de la indefensión aprendida? 

Aunque, como en cualquier otra condición psicológica, las manifestaciones de esta indefensión aprendida son de carácter individual, hay patrones constantes que pueden ayudar a identificar si alguien vive con esta condición. 

• Inhibición de la conducta. 
• Pasividad. 
• Pensamientos y creencias disfuncionales.  
• Sensación de impotencia. 
• Se tiende a magnificar las cosas que suceden. 
• Depresión. 
• Baja autoestima. 
• Aislamiento.  
• Estrés y/o Ansiedad  
• Desidia  

Cómo desaprender la indefensión 

Siendo la indefensión un comportamiento aprendido, puede desaprenderse. 

Lo primero que se recomienda hacer es trabajar con el autorreconocimiento y autoestima de las personas con esta indefensión aprendida.  

Se deberá reaprender estrategias diferentes, que ayuden a sentirse capaces de controlar, modificar o abandonar las situaciones complicadas en la vida. Para ello, se realizará el aprendizaje de comportamientos alternativos que nos ayuden, poco a poco, a resolver los conflictos y a sentirnos capaces por nosotros mismos de cambiar las situaciones aversivas que surjan en nuestra vida. 

Asimismo, para salir de la indefensión aprendida es importante generar nuevas expectativas sobre el resultado del comportamiento que se tendrá a futuro, ser conscientes de que los cambios se obtienen de uno mismo, de lo que uno es capaz de lograr sin dejar la vida personal a mercede de otro u otros.  

Algunas claves que puede ayudar son:  

• Elegir bien los pensamientos, no ser siempre una persona pesimista ni catastrofista. 
• Cuestiona las habilidades en lugar de pensar que se es incapaz. Considerar que hay cosas que sí se es capaz de hacer.  
• Cambiar la rutina con el fin de romper patrones y costumbre. 
• Trabajar con la autoestima y el amor propio. 
• No intentar cambiarlo todo, abandonar no es fracasar. 

Como esta tarea de desaprender afecta al mundo emocional, el trabajo puede llevar tiempo. Muchas personas “saben” lo que tienen que hacer, pero se bloquean en la ejecución de sus pensamientos, una guía por parte de un profesional en psicoterapia será de gran ayuda.  

JORGE DOMÍNGUEZ | PSICOTERAPIA