¿Qué es el amor maduro? ¿Un amor que llega con la edad o un amor que se trabaja con ciertas actitudes y comportamientos? ¿Por qué es importante experimentar el amor maduro? Este es el tema de esta ocasión, esperando que puedas experimentar de forma idónea la mejor versión del amor.
Para hablar del amor maduro hablemos primero del amor infantil. Este es un vínculo motivado por la búsqueda de la satisfacción individual. De acuerdo con el planteamiento de Freud, quien habló del tema en su teoría del desarrollo psicosexual, se considera que en la infancia los vínculos amorosos se basan en un narcisismo propio del niño; éste toma al objeto deseado como un medio de satisfacción.
El amor es infantil si:
- exijo atención y cuidado
- manipulo para obtener lo que quiero
- busco que cumplan mis expectativas
- deseo que me halaguen siempre
- asumo que los demás son de mi propiedad
Este amor infantil no depende tampoco de la edad, sino de evitar estas condiciones. No obstante, se espera que con el tiempo el individuo evolucione hacia otra forma de amar en la que se reconoce al otro integradamente, se le sabe independiente y autónomo. Luego de esa etapa de amar como un niño debemos trascender al amor maduro.
¿Qué caracteriza al amor maduro?
Establecer relaciones amorosas, sanas y duraderas, implica disponer de ciertas capacidades, que Otto Kernberg, psiquiatra y psicoanalista estadounidense, identifica con el amor maduro.
Estas capacidades tienen que ver con idealizar al otro, necesitarlo, confiar en él o en ella, sentirse agradecido por el amor recibido, saber perdonar y pedir perdón, mantener un ideal común, son algunas de estas capacidades que, por ausencia o limitación, pueden impedir a una persona vivir una relación de amor madura.
De acuerdo con Kernberg, el amor maduro es una disposición emocional compleja, que integra diversos aspectos:
- Cuando uno ama de forma madura se pone por encima el amor sobre la agresión, se es capaz de no exigir, de negociar, de respetar. No se exige violentamente que el otro satisfaga nuestras necesidades.
- Se es capaz de tolerar la ambivalencia normal que caracteriza toda relación humana. Se es asertivo frente a la natural evolución del ser amado, con todos los cambios que ello implica; no se espera que el ser amado sea siempre igual, porque no lo somos.
- En el amor maduro, la capacidad para perdonar el comportamiento del otro es necesaria para la supervivencia del amor tras los conflictos graves; pero ello no implica sumisión.
- Cuando amamos con madurez, somos capaces de comunicar nuestros sentimientos cuando hemos sido heridos por el otro, sin culparlo. Es una cualidad esencial de la comunicación abierta que refleja la confianza en la otra persona.
- Implícito en el amor maduro está la aceptación de la propia necesidad esencial del otro y un elemento de gratitud por su existencia, por su amor.
- El amor con madurez, al estar comprometido, está dedicado a la relación como proyecto de vida en el que se vinculan las tareas cotidianas que realizamos; lo que expresa una idea del yo común de la relación, que trasciende a la individualidad de los partícipes de la relación.
- El compromiso de una vida en común basada en el amor maduro, facilita la creación de soluciones de frente a los conflictos cotidianos. Para ello, la comunicación constante y mutua de las experiencias diarias es señal de que somos conscientes del proyecto de vida que se tiene en común con la pareja.
- Cuando se ejerce un amor maduro se es capaz de tolerar las separaciones, temporales y espaciales, pero también aquellas que se generan con la evolución de los individuos a través del tiempo, que provoca experiencias individuales y ambivalentes que hay en toda relación. El amor implica compartir los significados que constantemente construimos a partir de la experiencia vital y de los cambios de la vida.
- Hay un compromiso de amor que nos lleva a cuidar de los otros, el cual parte de la experiencia de un amor maduro, al igual que su contrapartida, la capacidad de dejarse cuidar sin el sufrimiento que emerge de los sentimientos de inferioridad, vergüenza o culpa.
- Se presenta una forma madura de idealización (la idea del ser amado es basada en una realidad y no en lo que esperamos tener del otro); además hay un profundo compromiso con el otro y con la relación.
El amor maduro es más real, menos ilusorio; se ama aceptando al ser amado tal cual es; se abandona la espera de que la otra persona se ajuste a nuestras expectativas. El amor maduro es consciente del propio acto de amar.
Como podemos observar, el amor maduro no tiene que ver con la edad, sino con una disposición emocional al compromiso, la empatía, el perdón, la gratitud. Como Erich Fromm concibe, el amor no es sólo una forma personal de vincularse sino una actitud que tiene el carácter maduro para relacionarse.