Comprender por qué tenemos miedo a lo nuevo nos ayudará a gestionar adecuada y asertivamente nuestro miedo hacia aquello que nos causa incertidumbre y temor.
Dora era todo menos exploradora. A decir verdad, desde hacía varios años que vivía en el mismo lugar, su vida era monótona y su agenda sistemática: siempre lo mismo. Cuando sus amigos —los de siempre— le preguntaban ¿qué había de nuevo? La respuesta invariable era “nada”.
Ese era el problema, a Dora le daba miedo el cambio. Por eso siempre iba a los mismos lugares, hacía la misma ruta de caminata y el trabajo lo empezaba siempre de la misma manera. Incluso ni siquiera se le había ocurrido un cambio laboral por más que deseara mayores ingresos.
La crisis vino cuando su jefe le dio la buena noticia: luego de tantos años y de su perfecto desempeño laboral, la junta directiva la había nombrado jefa de área. Ello implicaría nuevas actividades como líder, diferente oficina, cambio de horario y otras novedades que se incorporarían a su vida, además de un nuevo sueldo.
Su vida estaba por cambiar y tan sólo de pensarlo Dora se sintió angustiada, ansiosa e incapaz de asumir ese nuevo reto, porque lo que ella tenía era, justamente, el miedo a la novedad.
El miedo a lo nuevo
Todos solemos temer a situaciones nuevas por la incertidumbre que ello representa, los cambios que ello implica nos causan también inquietud. Sin embargo, un temor excesivo y desproporcionado, como el de Dora quien estuvo a punto de renunciar por miedo a asumir el nuevo puesto. No lo hizo porque también tuvo miedo a la nueva condición que ello pudiera atraerle.
Este miedo se llama Neofobia, un temor irracional e incontrolable, desproporcionado hacia todo lo que implique novedad, especialmente hacer cosas nuevas. Se puede manifestar en cualquier área de la vida cotidiana y puede llevar a truncar el desarrollo pleno de las personas.
¿Por qué nos da miedo lo nuevo?
Este miedo es irracional por causas individuales. No hay una causa única que indique el origen de la neofobia en todos los casos; sin embargo, podemos identificar factores que la expliquen.
Rasgos de Personalidad
Existe cierto tipo de personas que se predisponen a la neofobia. La falta de autEoestima, de autoeficacia y de confianza o el perfeccionismo, pueden detonar este miedo a lo nuevo. Esto puede ser también porque la persona tiende a evitar confrontaciones.
Apego infantil ansioso/ambivalente
Un estilo de apego inseguro puede derivar en el desarrollo de un temor hacia lo nuevo debido a una interpretación inconsciente negativa tanto de las características y competencias de la propia persona, como del exterior, que se percibe como un lugar incontrolable y plagado de peligros que genera desconfianza.
Modelos educativos
Cuando los padres educan con un excesivo sentido de responsabilidad y perfeccionismo, puede generar miedo al fracaso o a decepcionar a los padres, por lo que se evitarán situaciones que no se puedan controlar y sobre las que todo es incierto.
Pensamientos aprendidos
Los patrones y distorsiones del pensamiento propios de un estilo ansioso y neurótico también podrían contribuir en la neofobia. Estas cogniciones se caracterizan por pensamientos catastróficos, sesgos atencionales a las amenazas, visión pesimista generalizada etc.
Situaciones traumáticas
La vivencia de este tipo de situaciones puede generar modelos mentales que hacen percibir el mundo como una constante amenaza, por ello se rechaza lo desconocido, lo nuevo.
Zona de confort
La incapacidad de gestionar el cambio hacia algo nuevo puede deberse a que las personas se proyectan en una condición de pánico al pensar en salir de la zona de confort, se creen que la situación les va a desbordar.
La zona de confort les mantiene seguros y confiados porque ya son expertos en el manejo de la situación, un cambio hacia algo nuevo evidenciaría su incompetencia o incapacidad.
JORGE DOMÍNGUEZ | PSICOTERAPIA