Es un buen momento para que hablemos de por qué se compra compulsivamente y qué implicaciones tiene en la salud mental.
Es temporada de ofertas y todos estamos listos con la tarjeta de crédito en la mano; los regalos de Navidad, accesorios para el hogar, las ofertas, los por si acaso… Motivos nos sobran para comprar, pero para algunas personas éstos trascienden la necesidad y se convierten en signos de un trastorno de relevancia.
La persona que compra compulsivamente responde a procesos emocionales/mentales que no han sido correctamente gestionados y que, en algún momento, pueden acarrear serios problemas tanto financieros como de salud.
Adicción a las compras
La compulsión por las compras implica el deseo intenso por adquirir objetos que no se necesitan ni son vitales, y la incapacidad para controlar ese deseo. La acción de comprar alivia la tensión que genera un pensamiento obsesivo; hecha la compra hay un placer instantáneo y fugaz.
Posteriormente, surge un sentimiento de culpabilidad, arrepentimiento y autorreproche causados por la incapacidad de afrontar de manera eficaz la compulsión y el impulso de la compra.
El círculo vicioso de quien compra compulsivamente comienza, pues la angustia por no poder evitar la compra puede generar nuevos pensamientos ansiosos y distorsiones: una nueva compra será la forma de paliarlo. Ir a comprar se convierte en una necesidad, dejando de ser una actividad lúdica o que resuelve nuestras necesidades básicas.
También conocido como compras compulsivas u oniomanía, se trata de una adicción que provoca comprar por comprar, siendo incapaz de controlar los impulsos.
Patrón de quien compra compulsivamente
Como adicción, las personas que compran compulsivamente suelen tener un patrón conductual en común que tiene las siguientes características:
- Compra solo y no adquiere las cosas por necesidad.
- A través de la compra, la persona alivia la ansiedad. Pero cada vez necesitará comprar más para poder conseguir el mismo efecto.
- Cuando no puede comprar, siente ansiedad.
- Compra de todo, pero no lo estrena o usa, solo lo acumula.
- A pesar de observar los efectos perjudiciales de su conducta (problemas económicos, familiares, malestar emocional, etc.), es incapaz de frenar su consumo.
- Sensación de insatisfacción y culpabilidad después de haber realizado la compra.
- Irritabilidad y cambios de humor frecuentes.
¿Por qué se compra compulsivamente?
Las personas estamos constantemente expuestos a mensajes publicitarios y la mercadotecnia que nos invitan a consumir. Este sistema capitalista se fundamenta en nuestra actividad como consumidores. Todos participamos de ello al adquirir productos tanto de primera necesidad como aquellos que satisfacen nuestros gustos o caprichos.
Sin embargo, las personas con adicción a las compras no son capaces de controlar este impulso por comprar que se acentúa con la publicidad. Pero, recordemos que, como trastorno de la conducta que es, no es sólo una falta de voluntad.
Cuando una persona no es capaz de controlar la manera en la que compra, suele deberse a que existe un problema de fondo que es necesario identificar para poder solucionar este problema.
Existen diversas razones por las que una persona entra en este ciclo adictivo por las compras y que va más allá de su propio deseo. Entre algunas de estas causas:
- Cubrir carencias afectivas o vacíos internos a través de las compras. Al comprar, una persona puede sentir que tiene el control de su vida. Utiliza la ocupación para distraer su atención y llenarse de cosas que le producen pequeñas emociones satisfactorias.
- Tener una baja autoestima, lo que puede provocar que una persona busque aceptación en su grupo de amigos, intentando proyectar una imagen determinada.
- Dar una excesiva importancia a la apariencia física. La moda puede ser un medio para potenciar esa presencia y puede derivar en una adicción a comprar nuevos productos.
- Haber recibido una educación carente de límites y donde sus caprichos se atendían de manera inmediata.
- Comorbilidades como trastorno bipolar, o TLP.
¿Qué pasa si no se frena esta conducta?
Además de la evidente crisis financiera que pudiera enfrentar alguien que hace compras compulsivas, las consecuencias de una adicción a las compras pueden ser complicadas.
Las personas entrarán en un bucle donde se van a ver afectados todos los ámbitos de su vida de diferente manera:
- Vida emocional. Pasará por periodos de ansiedad, culpa y depresión; con fuertes cambios emocionales.
- Pérdida de hábitos saludables. Al destinar tanto tiempo a las compras y lo que ello implica, es probable que la persona pierda sus hábitos saludables, desde tener una rutina, ir a la escuela o ir a trabajar, etc.
- Merma en sus relaciones personales. Es común que una persona con esta adicción —por los gatos y el acumulamiento de objetos— tenga problemas con su pareja, su familia o sus amigos.
- Crisis económica, pérdida de financiamiento, endeudamiento, etc.
¿Se puede prevenir?
Para evitar caer en la compra compulsiva, se recomienda seguir los siguientes consejos:
- Evitar comprar en momentos de tristeza.
- Ir de compras acompañado.
- Hacer una lista de la compra, para valorar lo que necesites.
- Salir con un presupuesto concreto.
- Detectar si se tiene una conducta acumuladora de productos similares.
Una vez que se identifique la compulsión, es necesario recurrir con un profesional de la salud mental y seguir una psicoterapia que le dé apoyo para dejar este comportamiento.
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