¿Por qué es difícil terminar una relación tóxica? Un cuestionamiento que se enfrenta cuando nos encontramos en un vínculo complejo que nos daña.
Las relaciones tóxicas suelen generar un alto nivel de dependencia, por lo que se torna complejo romper con ellas, transitar por el duelo que produce la ruptura y dejar ir. Cerrar el ciclo no es fácil, por lo que merece este artículo especial.
Ya hemos hablado en otras ocasiones que las relaciones tóxicas son altamente dañinas, pues lastima y somete a una persona a la voluntad ajena.
Una pareja tóxica intentará cambiarnos, moldearnos a su necesidad y gusto, pero al tiempo que nos señala lo malo que percibe en nosotros impedirá a toda costa que la relación termine. Habrá celos, dolor y falta de crecimiento, todo lo opuesto a una verdadera relación sana y provechosa.
¿Por qué es difícil terminar una relación tóxica?
Una persona con comportamiento tóxico gana terreno en la vida de su pareja ejerciendo un control exhaustivo; logra tener dominio en todo lo que hace su pareja. Asimismo, este tipo de personas, temiendo perder el control, se tornan celosas al extremo, provocando incluso el aislamiento de su pareja.
Quien es tóxico se convierte en alguien poseedor de la vida del otro, sólo le permitirá hacer aquello que le sea conveniente y le satisfaga. La persona que vive con alguien tóxico se verá envuelta por sus iniciales encantos y, cuando menos lo imagine, estará sometida a la voluntad ajena.
La víctima se convierte en una persona incapaz de decidir sobre su propia vida. La persona que domina la relación tóxica actúa con paternalismo y piensa que se le debe agradecer por sus abusos y exigencias, que disfraza de cuidados.
Sensación de incapacidad
Una primera razón por lo que es difícil terminar una relación tóxica es el control que se ejerce en la víctima, pero la otra es el agotamiento emocional que se produce en ésta.
La víctima sentirá que da constantemente sin recibir nada a cambio; por el contrario, sólo recibirá discusiones, críticas e incluso humillación o menosprecio. Ante alguien tóxico, nunca nadie es suficiente, el otro siempre tiene la culpa de todo lo malo que suceda.
En quien está sometido a la relación tóxica se genera una sensación de incapacidad, insuficiencia; siente que falla continuamente y pierde toda la confianza en sí misma.
Como vemos, ahora la víctima está controlada, sola porque los celos de su pareja tóxica la han ido aislando y, además, se siente incapaz de cualquier cosa. Incluso, la víctima llegará a creer que no es nada sin su pareja e incluso justifica su actitud ante terceros.
Chantaje emocional
Alguien tóxico, que ha sometido a su pareja, le adjudicará todos los males que le suceda. A sus ojos, la víctima será la responsable de todo lo que le salga mal, insinuando que les iría mejor si estuvieran con otra persona. Pero, al contrario, si algo sucede bueno, será sólo su victoria.
Usan el chantaje emocional para obtener beneficios de la relación y de la víctima, amenazarán con irse si el otro no hace lo que le pide. La pareja siempre deberá ceder a las exigencias directas o indirectas, pues ahora está sola y cree realmente que no es nadie sin su pareja tóxica.
También utilizan el recurso del victimismo, haciendo sentir a su pareja como el culpable; y aunque esté claro que ésta no tiene culpa alguna de nada, terminará pidiendo perdón.
El futuro será mejor
La víctima de una persona tóxica con frecuencia gesta la esperanza de que el futuro será mejor, que su pareja podrá cambiar. Aunque sepa que su relación no es sana y que podría ser feliz mejor en otro lado, con otra persona, es incapaz de dejar la relación porque tiene esperanza en el futuro.
Se repite con frecuencia que la situación va a cambiar, que sólo es una mala época o que debe hacer mejor las cosas para estar bien.
Miedo al abandono
La autoestima de quien vive en una relación tóxica llega a estar tan mermada que se siente incapaz de ser feliz fuera de ella. La percepción de sí misma está tan deteriorada que no cree que alguien más pueda amarla sanamente o que puede incluso tener una vida libre para sí misma.
Por ello hará cualquier cosa para “retener” a la persona tóxica, por miedo al abandono, ya que es su creencia de que es la única persona que le quiere.
Estas son algunas razones por las que las personas se ven entrampadas en una relación tóxica. Por más que otros les hagan ver sus debilidades, es necesario que cada uno acepten lo que están viviendo y quieran vivir mejor. Habrán de tocar fondo y aceptar que su relación es insana pero que puede salir adelante, especialmente con el apoyo de un profesional que la guíe.
Igualmente, es importante considerar que, muchas veces, la relación es tóxica en ambas direcciones, y que las amenazas, reproches y faltas de respeto salen de las dos partes de la relación.
JORGE DOMÍNGUEZ | PSICOTERAPIA