Por qué debes cuidarte del orbiting y no exponerte a la dependencia y manipulación emocional a través de las redes.
Ciertamente las redes sociales nos han traído grandes alcances en cuanto a la socialización, retomando la conversación y la fraternidad, aunque también han traído sus propios problemas. Como el ghosteo y el orbiting, prácticas que tienen importantes consecuencias emocionales en quienes han sido víctimas de ellas.
¿Qué es el orbiting?
El orbiting es un fenómeno que se originado con el uso de las redes sociales. Se trata de una conducta en la que una persona corta la comunicación con otra, pero lo hace sólo en el mundo real mientras que sigue presente en el mundo digital. Le da like a sus publicaciones, deja breves e insustanciales comentarios u otras interacciones con sus publicaciones en las redes, pero deja de interactuar directamente con ella de manera recíproca.
Anna Lovine fue la primera en utilizar este término, cuando escribió en su blog The Man Repeller.
En su artículo la escritora intentaba explicar algunas de las actitudes de la gente en redes sociales.
“En 2018, experimenté una nueva frustración en las citas modernas: alguien dejó de responder a mis mensajes, pero constantemente revisaba mis historias de Instagram.
“Esta persona siguió mi vida, permaneció en mi órbita, por así decirlo, todo sin hablarme. Algo como esto sólo podría existir en las redes sociales… Además, a través de chats con amigos, descubrí que otras personas también estaban pasando por este problema”.
De ahí que se le ocurriera el término orbiting y los medios de comunicación como The New York Times, lo retomaran y lo hicieran famoso.
Así suena el orbiting
Me aferré a la idea de que pronto tendríamos una relación, aunque no lo habíamos hablado personalmente, él siempre estaba ahí. Le gustaban mis fotos, veía mis historias, ponía emojis en los comentarios. Cuando intenté preguntarle sobre “nosotros”, me dijo que no estaba emocionalmente disponible y volvió al silencio, aunque no dejó las prácticas de likear mis fotos, etc.
Yo estaba esperanzada, en este momento no estaba disponible, pero él no se iba; lo que para mí quería decir que en el futuro sí lo estaría, ya que las señales me hacían pensar que le gustaba. Nunca volvió a hablarme directamente.
Por qué debes cuidarte del orbiting
Una explicación por la que nos podríamos exponer a esta práctica es la necesidad de validación por parte de otras personas, derivada de una baja autoestima.
De acuerdo con la maestra Angélica Vera Vázquez, profesora de Sexualidad Humana y Psicología en Género del Centro Interdisciplinario de Ciencias de la Salud del Instituto Politécnico Nacional (México), “el orbiting está presente porque hay una tendencia a existir en la medida en que otro me reconozca y también te vuelves relevante en el momento en que no estás”.
Debido a este tipo de prácticas, las personas pueden verse envueltas en una dinámica de dependencia emocional, lo que puede ser tan grave pues se están aferrando a una ilusión que sólo viven en su cabeza.
La baja autoestima puede exponerlas a los daños que implica la presencia intermitente de otra persona. Estar sin estar, ser sin ser.
Esto puede venir también de una idea errónea del amor y que éste se presenta solo una vez en la vida, entonces al creer que se ha encontrado el amor, las personas se aferran a esta fantasía unilateral. No es un tema de reciprocidad.
¡Alerta!
Quien ejerce el orbiting no tiene una responsabilidad afecta. Es incapaz de responder a las demandas afectivas sanas de otra persona, así como de comprometerse en una relación continua y estable.
Además, quien realiza esta práctica puede llegar a ejercer violencia simbólica, es decir una violencia que no utiliza la fuerza física, sino la imposición del poder y la autoridad; sus manifestaciones son tan sutiles e imperceptibles que, es permitida y aceptada por el dominador y el dominado.
El orbiting crea patrones asimétricos de poder, en donde uno de los dos sabe que puede generar una reacción desmedida en el otro, pero no hasta qué punto, ya que no asume conscientemente el poder que la otra personal le ha concedido.
Esta práctica puede darse entre personas que no están acostumbradas a tener límites, quienes quieren reconocimiento exterior, quienes no aceptan un NO por respuesta o aquellos con tendencias narcisistas que quieren manipular emocionalmente a otros.
Las posibles “víctimas”, por su parte, tiene problemas de autoestima y requiere de validación ajena para sentirse aceptadas. El trabajo de autocuidado y autoamor será indispensable para evitar caer en estas trampas o sanar la herida, una vez que se ha sido víctima del orbiting.
Es importante aprender a tomar distancia y soltar, decir adiós y validar las emociones que generan los distanciamientos, por el motivo que sea. Asimismo, reconozcamos que está bien bloquear o dejar de seguir a quienes nos dañan o nos conflictúan.
JORGE DOMÍNGUEZ | PSICOTERAPIA