Mujeres Resilientes: 3 historias que inspiran una celebración al valor y resistencia vital de quienes luchan a diario por la vida.
Conmemorar el Día Internacional de la Mujer no deja de tener un matiz controversial. La deuda histórica con las mujeres es grande y, en muchos casos, es la sumisión, la resistencia y el sacrificio lo que les hace colarse en la memoria de la historia.
Frecuentemente no es su participación en el desarrollo científico y tecnológico, la contundencia de su actuar político, su creatividad en las artes, su ingenio en la arquitectura o su entrega a la medicina, la que nos ha sido mostrado como un ejemplo a seguir.
Efecto Matilda
Baste señalar el efecto Matilda para comprender cómo el sistema ha invisibilizado las virtudes y capacidades femeninas, para dejarlas en un segundo plano.
El efecto Matilda es un prejuicio en contra de reconocer los logros de las mujeres científicas, cuyo trabajo a menudo se atribuye a sus colegas masculinos. Este fenómeno fue descrito por primera vez por la sufragista y abolicionista Matilda Joslyn Gage en su ensayo, «La mujer como inventora».
Y como éste, muchos han sido los casos en que las mujeres han debido vencer toda clase de adversidades, no sólo como un método de subsistencia sino también de resistencia y combate al sistema patriarcal. Pareciese que la resiliencia es una propiedad intrínseca en la mujer, por lo mucho que tiene que “remar contracorriente”.
La Resiliencia
Como he escrito en ocasiones anteriores, la resiliencia es la capacidad que le permite a ciertas personas anteponerse a las distintas adversidades que se les presentan en la vida diaria. Permite desarrollar conductas positivas ante el estrés, las amenazas o algún conflicto.
Es hacer frente a los propios problemas, superar los obstáculos y no ceder a la presión, independientemente de la situación. La teoría dice que la resiliencia es la capacidad del individuo de ser asertivo y tomar una decisión cuando se tiene la oportunidad de tomar una actitud correcta, a pesar de tener miedo de lo que eso puede causar.
Por consiguiente, esta cualidad se origina cuando la persona demuestra si sabe o no hacer frente a una situación de presión, superarla e integrar el aprendizaje a su vida.
Mujeres resilientes
Desde sobrevivir al nacimiento y parto hasta resistir la violencia y hostigamiento machista, quiénes más resilientes que las mujeres. Recientemente, por ejemplo, a partir del confinamiento por la pandemia de Covid 19, las mujeres se han llevado la peor parte.
Ellas han tenido que ser madres, pero también maestras; han debido de continuar sus labores profesionales bajo condiciones de mucha presión y también han tenido que ser cuidadoras, servir de contención emocional a la familia y, en muchos casos, enfrentar la violencia de género que, al menos en Canadá, se ha incrementado un 30% en este tiempo.
Asimismo, la ya complicada situación de salud mental de las mujeres se vio mermada durante el confinamiento con incrementos en la ansiedad y la depresión.
Frente a ello, las mujeres ponen en evidencia su fortaleza, se reinventan, son creativas, toman decisiones de impacto y sobrellevan con perspicacia la nueva normalidad, evidenciando su liderazgo fuera dentro del hogar.
Sería suficiente mirar a nuestro alrededor y observa a las mujeres para darnos cuenta que cualquiera de ellas tiene una historia que nos logre inspirar. Pero si con ello no bastara, hay ejemplos destacados que me gustaría comentar:
Lady Gaga
La estrella musical conocida como Lady Gaga confesó en el programa de Oprah Winfrey —otra mujer resiliente— que su vida está marcada por un dolor muy grande. Cuando tenía 19 años fue violada repetidas veces y desde entonces sufre de trastorno de estrés postraumático.
Ella señaló que no tenía a quien pedir un ayuda profesional. De repete se hizo famosa con la música y nunca fue capaz de enfrentar su trauma. También el dolor la llevó a autolesionarse. Es por ello que en mismo programa destacó la importancia de la terapia y de la ayuda de especialistas para sobrepasar situaciones de estrés y dolor graves.
Nadia Murad
En 2018 la iraquí Nadia Murad se dio a conocer al mundo no sólo por ser la galardonada con el Premio Nobel de la Paz, por su activismo por los derechos humanos, sino también por haber sido secuestrada y convertida en esclava sexual del Estado Islámico, quien previamente había asesinado a seis de sus hermanos.
La retuvieron como esclava en la ciudad de Mosul, golpeada, quemada con cigarrillos, y violada cuando intentaba huir. Nadia escapó después de que su captor se fuera de la casa dejando la cerradura abierta.
Una familia vecina la ayudó a salir clandestinamente del área controlada por el Estado Islámico, permitiéndole llegar a un campamento de refugiados en Duhok, en el norte de Irak.
En febrero de 2015, dio su primer testimonio a reporteros del diario belga La Libre Belgique mientras permanecía en el campamento Rwanga, viviendo en un contenedor. En 2015, fue una de las mil mujeres y niños que se beneficiaron de un programa de refugiados del Gobierno de Baden-Württemberg, en Alemania, que se convirtió en su nuevo hogar.
Natalia Ponce de León
La colombiana Natalia Ponce de León fue atacada, en 2014, por un acosador que arrojó un litro de ácido sulfúrico en su cara y cuerpo. A raíz de este ataque y sus estragos físicos y emocionales, creó la Fundación que lleva su nombre y se convirtió en un símbolo de perseverancia y un testimonio del poder restaurador del perdón.
Como activista, ella luchó y consiguió la aprobación de una ley que aumenta los castigos para los atacantes que utilizan agentes químicos y exige que el Ministerio de Salud mejore la capacitación de las unidades de quemados por ataques con ácido sulfúrico de los hospitales, así como otras víctimas quemadas.
La ley colombiana, que lleva su nombre, se aprobo en enero de 2016. Actualmente trabaja estrechamente con el Instituto Nacional de Medicina Legal para establecer unidades de quemados en toda Colombia, a fin de asegurar que las personas quemadas reciban el tratamiento médico y psicológico apropiado.
Como he señalado previamente, las mujeres viven en un mundo que las obliga, prácticamente a ser resilientes. Seguramente tú también conoces a alguna de ellas que cuya historia te inspira.
JORGE DOMÍNGUEZ | PSICOTERAPIA