Miedo o Ansiedad, ¿qué es lo que siento? Te permitirá entender qué emociones te suceden y gestionarlas de una forma más adecuada
Quizás ansiedad sea una de las palabras más buscadas en internet durante el último año. No es para menos, la posibilidad de enfermar de Covid 19, de perder a un ser querido, pero también de tener que permanecer confinados, perder el empleo y ver alterada nuestra vida de manera radical han provocado múltiples efectos en nuestra salud mental. El miedo y la ansiedad, son los más significativos.
El miedo nos protege
El miedo es un mecanismo adaptativo que nos permite sobrevivir en un entorno agreste. Es una emoción vinculada a nuestra capacidad de reaccionar de manera rápida ante una situación de peligro. De tal manera, las alertas se encienden y el organismo se prepara con una respuesta de huida o defensa.
Aunque el sentido de amenaza puedes ser en contra de nuestra vida, pero también de nuestra autoestima o nuestro autoconcepto. Para ello también se activan mecanismos de defensa psicológica que evaden esta “herida” emocional.
Debemos evitar temerle al miedo, pues nos protege y nos aleja del daño. Está bien sentir miedo.
Sin embargo, el miedo puede convertirse en un problema cuando deja de ser funcional y se convierte en un paralizante, o cuando la respuesta es excesiva y desproporcionada a la amenaza.
Aún peor, con frecuencia los miedos son producto de situaciones que no son objetivamente peligrosas pero que nos angustian por la manera en que nuestra mente las interpreta. Las vivimos con angustia y nos limita, al grado de convertirse incluso en fobias incontrolables.
El problema no es el miedo sino lo que hacemos con él.
La Ansiedad nos agobia
La ansiedad es un estado emocional que surge en un momento determinado y tiene una duración relativamente corta, pero su peculiaridad es que se parece al miedo, sin serlo realmente.
Sentirse ansioso nace, generalmente, frente a la amenaza o situaciones de alarma o inciertas. Naturalmente la ansiedad nos prepara para actuar frente a éstas poniéndonos en alerta ante la posibilidad de que suceda algo negativo.
Y aquí podemos aclarar que el miedo trata de una amenaza real, mientras que la ansiedad es el supuesto del mal venidero.
Cuando anticipamos y pensamos en este posible resultado es cuando empezamos a alterarnos, a activarnos y a ponernos nerviosos. Así pues, podríamos decir que la ansiedad es una reacción adaptativa.
No obstante, cuando estamos nerviosos dominan nuestros pensamientos desagradables y negativos. Estos pueden considerarse entonces como una manifestación de ansiedad que, a su vez, genera más ansiedad.
La reacción de ansiedad siempre es fruto de una valoración cognitiva, es decir, de una interpretación de la información que recibimos.
Hay que tomar en cuenta que tener cierto grado de ansiedad en situaciones inciertas es algo natural que no debería preocuparnos. Sin embargo, son muchas las personas a las que estos momentos preocupan en exceso y su preocupación desmedida puede derivar en un trastorno de ansiedad generalizada, en la que los ataques de pánico pueden, incluso, llegar a incapacitar a la persona que los sufre.
Agravan los niveles de ansiedad cuando las situaciones inciertas son frecuentes, se encuentra uno estresado, tiene afectaciones del sueño, deficiencia alimentaria y agotamiento. Por ello es importante saber diferenciar si tengo miedo o ansiedad, y buscar ayuda para una gestión sana de estas emociones.
JORGE DOMÍNGUEZ | PSICOTERAPIA