Maternar, una labor solitaria, el contexto para leer libro A muchas voces. Escritura desde la maternidad, edición de Isabel Zapata y Mara Rahab Bautista.
Dedicarse al amoroso acto de maternar es una actividad solitaria en más de las veces. Es poco frecuente que la crianza de los hijos vaya acompañada, solidariamente, por la pareja o por el entorno general de la madre. Generalmente la madre queda sola en casa al cuidado de los niños.
Hoy las mujeres buscan “su tribu” para maternar. Pero el contexto no siempre les permite hacer esta labor tan fundamental, no sólo acompañadas, sino apoyadas por otras mujeres, su familia y pareja.
Se ha atribuido a las mujeres la maternidad como un acto natural, propio de su género. En torno a ello las preconcepciones son casi idílicas, como si el embarazo y el parto fueran producto de una hermosa película, cuando en realidad es un momento de miedo, soledad y resiliencia.
Mucho se les exige a las mujeres en la actualidad y entre ello la perfecta armonía entre sus múltiples roles. Deben conciliar familia y desarrollo profesional, apariencia física y bienestar emocional. Pero especialmente se les exige la maternidad como un acto de entrega en el que nadie más participa, dejándola sola con su facultad de maternar.
¿Qué es maternar?
Maternar es un neologismo impregnado de matices y representaciones. Habla especialmente de la entrega amorosa al cuidado de los hijos, entablando con ellos sólidos vínculos emocionales.
Asimismo, es aceptar que la vida de otro ser depende enteramente de ellas: procrear, cocrear y criar. Una acción que recae sobre su cuerpo y se traduce en múltiples sensaciones, relacionadas con el alma, el pensamiento y las múltiples emociones que ser madre conlleva.
De acuerdo con la familióloga Mariángeles Castro Sánchez, maternar “es empatizar con ese hijo o esa hija, agudizando la percepción de sus vivencias interiores a partir de sus expresiones, potenciando capacidades de observación y escucha. Es captar e interpretar el ser filial, valorando y configurando sus manifestaciones en el marco del devenir cotidiano. Es conectar con sus necesidades reales para dar una respuesta efectiva y afectiva, y cimentar la base para el despliegue integral de su persona”.
Maternar no es sólo establecer un modelo de crianza sino la habilidad de reconocer y saciar las demandas concretas del hijo acordes a su crecimiento. Es cuidar desde el amor, desde la capacidad de establecer vínculos afectivos, energéticos y emocionales entre la madre y el hijo.
Además, es proveer educación, compañía, protección, alimento, abrigo y contención emocional a los hijos, generando un lazo perdurable e indestructible.
Maternar, una actividad solitaria
Sin embargo, este acto materno es un “oficio” solitario. En la actualidad cada vez más vemos a las mujeres lidiando con el tiempo y sus múltiples tareas para cumplir satisfactoriamente con su maternidad, pero estando emocionalmente solas.
Aun cuando los hombres con mayor frecuencia se involucran en la crianza de los niños, todavía hay muchos que la dejan en manos de las mujeres evadiendo, especialmente, el vínculo afectivo significativo con los niños.
Peor aún, el confinamiento derivado de la pandemia covid 19 sumó aún más tareas para las madres: ser cuidadoras de tiempo completo y maestras, además de la presión propia de proteger la salud de la familia y la propia (en ese orden). Eso sin hablar del desarrollo personal, físico, profesional y emocional.
Esto ha llevado a la formación de redes de apoyo entre mujeres que no sólo se aconsejan, sino que acompañan en la maternidad, que abren espacios para el diálogo y el análisis de la acción materna en múltiples entornos.
A muchas voces
Tal es el caso de A muchas voces. Escritura desde la maternidad, una antología de textos escritos por mujeres/madres, al amparo del taller Pequeñas labores. Escritura desde la maternidad, realizado en México entre mayo y octubre del 2020 (en pleno confinamiento) e impartido por Isabel Zapata, editora del libro.
El taller, que luego daría origen al libro de distribución gratuita vía internet, buscó ser un espacio que fuera camino común para la confianza, apoyo y acompañamiento muto de las madres participantes.
Fue también un motor para hablar de las maternidades en plural: las no romantizadas, las no absolutas, las reales, las particulares. Una oportunidad para hablar, escucharse, enunciar, escribir, reescribir, recordar, reflexionar y expresar sobre el maternar.
A su vez, la idea del libro A muchas voces “surge como un ejercicio de generar y activar tribus, sororidad y empatía a través de la palabra. En ese contexto, este libro se gestó para para darle voz a mujeres que queremos hablar sobre cómo ejercemos la maternidad, un proceso cargado de juicios sociales, morales y éticos, y lleno de expectativas de todo tipo”.
Manifiesto de madres en pandemia
Asimismo, la singularidad del libro es que se escribe a la sombra de la pandemia de covid 19. Desde ahí también escriben las madres para derrumbar mitos de la madre perfecta y cuestionar la maternidad idealizada y mandato de ternura radical (según señala el prólogo del texto).
“Hoy más que nunca, la cuarentena ha puesto en evidencia lo indispensables que son las labores de cuidado. Con los hogares llenos, lo doméstico, lo íntimo, lo que sucede tras puertas cerradas, es fundamental para la supervivencia de la especie y el mantenimiento del tejido social. Una vez más se confirma que lo personal es político: en plena emergencia sanitaria, son en su mayoría mujeres las que se encargan de que los hogares contengan y abracen a la población que lo necesita”.
Un producto creativo, de reflexión y sororidad que nos brinda oportunidad a todos, hombres y mujeres, de pensarnos mejor esto de la maternidad en tiempos tan complejos como los que ahora vivimos, con el objeto de vislumbrar mejores formas de acompañar a las madres en su quehacer amoroso cotidiano de maternar.
Si deseas leer el libro, descárgalo aquí. Recuerda que actualmente su distribución es libre y gratuita en internet.
JORGE DOMÍNGUEZ | PSICOTERAPIA