Los beneficios del perdón
Ya muchos especialistas nos han dejado claro los beneficios del perdón. Dejar atrás los rencores, dice incluso la Clínica Mayo, puede llegar a mejorar la salud y hacer que vivamos más tranquilos
Los beneficios del perdón
El perdón puede llevarnos a:
- Tener relaciones más sanas
- Mejorar la salud mental
- Disminuir los niveles de estrés y ansiedad
- Vivir con menor hostilidad
- Previene algunos síntomas de depresión
- La presión arterial tiene a mantenerse baja
- El sistema inmune es más fuerte
- Mejora la salud cardíaca
- Mejora la autoestima
Así, vemos que es un gran aliado para nuestra salud física y mental. No obstante, no siempre es fácil otorgar el perdón y mucho menos cuando se trata de perdonarse a uno mismo. De ahí la importancia de hablar del tema como primer paso hacia su práctica.
¿Qué es el perdón?
El perdón puede definirse desde una perspectiva individual. Cada quien lo vive como una experiencia particular que le lleva a ponerse en paz ante hechos o compartimientos dolorosos del pasado. Sin embargo, es, en esencia, asumir la decisión de dejar atrás cualquier rencor, así como pensamientos de venganza frente una herida que se nos ha infligido.
Perdonar tiene un efecto liberador, pues aquello que nos ha dolido deja de tener poder sobre nosotros, lo mismo aquel que nos haya lastimado. El perdón puede incluso llevar a tener sentimientos de comprensión, empatía y compasión para la persona que nos hirió.
¿Cómo perdonar?
A veces la herida que sentimos puede ser tan dolorosa que nos cuesta trabajo vislumbrar la posibilidad del perdón: una infidelidad, una traición de los amigos, el abuso de confianza… Mucho tiene que ver con nuestros valores, prioridades y límites. Es por ello que para algunos cuesta más trabajo perdonar y para otros no.
Además, implica un proceso de cambio individual, donde se debe estar dispuesto a dejar atrás el conflicto. Ello hace difícil seguir el proceso, pero aquí dejo algunas claves que se pueden seguir:
- Reconocer el valor del perdón y cómo puede mejorar nuestra vida.
- Identificar qué se necesita sanar y quién necesita ser perdonado, por qué acción.
- Redimensionar los hechos que nos causaron dolor. A la luz del tiempo y el espacio quizá los hechos que nos causaron daño han perdido su dimensión y poder.
- Aceptar las emociones causadas por el daño que hemos recibido, así como la manera en que nos ha afectado.
- Comprender que probablemente la persona o los hechos que nos hirieron, en su momento, no pudieron ser diferentes.
- Elegir el perdón como un mecanismo de bienestar personal.
- Dejar atrás el papel de víctima que solo nos ata al pasado.
- Buscar ayuda profesional si el conflicto nos rebasa.
Hay diferentes tipos de perdón
El perdón puede entenderse mejor si lo abordamos desde su significación. ¿Qué significa para mí perdonar a quien me ha lastimado? ¿Qué significa para quien nos hirió que le otorguemos el perdón? Esto nos permitirá identificar qué tipo de perdón se practica.
Perdón Unilateral
Muchas veces es difícil encontrarse con quien nos ha lastimado, sea porque ya no vive, porque ya no se está contacto, está lejos o cualquiera otra razón que nos impida ver físicamente a esa persona. Sin embargo, para brindar perdón no es necesario que la otra persona lo pida y, en segundo lugar, que se entere de que le hemos perdonado.
El perdón es personal, por lo que se puede hacer de manera unilateral. Desde el interior de nosotros podemos ofrecer esta dispensa, que nos sana y libera del dolor, nos evita seguir siendo víctimas y nos da independencia emocional.
Perdón Negociado (reciprocidad)
Este perdón suele expresarse entre dos personas que pretenden seguir juntas: la familia, la pareja, los amigos. Ha habido conflicto, pero también un deseo de reconciliación. En este caso se pide y se otorga el perdón, sumando a ello la contrición o verdadero arrepentimiento, y una intención de no volver a cometer los actos que causaron pena.
Igualmente, quien ha perdonado, deberá comprometerse a dejar atrás el conflicto, a no buscar venganza o a no “castigar” a quien le ha lastimado.
Este tipo de perdón teje una relación recíproca y restablece lazos que se vieron rotos, con mayor o menor profundidad.
Falso perdón
Existe quienes trabajan un falso perdón con tal de liberarse del conflicto y resolver de inmediato la situación. Sin embargo, de la parte ofensora no hay contrición, y de la parte afectada el dolor quizá no sane. No hay una verdadera y honesta disposición a resolver la situación, aceptando con responsabilidad las consecuencias.
Auto perdón
El auto perdón es quizá una de las cosas más complicadas porque solemos ser nuestros más severos jueces; pero no hacerlo nos lleva también al auto reproche e incluso al auto castigo, limitando tu realización plena y a veces motivando la auto destrucción.
Éste es el deseo de dejar de lado el resentimiento que surja sobre nosotros mismos cuando sentimos que hemos cometido un error. Este es un acto de auto compasión que nos reconcilia, no sólo con nosotros mismos, sino con la vida misma.
La práctica del perdón es compleja, especialmente porque con frecuencia está basado en la herida que hemos recibido o propinado a seres que amamos o que tienen una relevancia en nuestras vidas. Pero también es una medida de sanación que debe inspirarnos hacia el desarrollo de nuestra humanidad.
Cuando perdonas, liberas tu alma. Pero cuando dices “¡lo siento!”, liberas dos almas:
Donald L. Hicks
Si el dolor de una herida nos supera y causa grandes conflictos emocionales, lo mejor es llevar un proceso terapéutico asistido por un profesional.
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JORGE DOMÍNGUEZ | PSICOTERAPIA