Los abuelos en la vida emocional de los niños se vuelven en un pilar significativo, puesto que ofrecen una red de apoyo complementaria al ser, después de los padres, los segundos seres más próximos a ellos.
Ya sea que participen directamente en la crianza de los hijos, apoyando a los padres que trabajan o están ausentes por diversas causas, o sean este apoyo complementario de afecto, la presencia de los abuelos en la vida de los niños tiene grandes aportaciones a la salud emocional.
1. FLEXIBILIDAD EN LA EDUCACIÓN
Si bien los abuelos son una figura de autoridad frente a los niños, pues como adultos deben poner límites y educar, éstos serán mucho menos estrictos y más flexibles en cuanto a la crianza, porque ya lo hicieron con sus propios hijos y ahora su papel de abuelos les permite enfocarse más a brindar afecto, fantasía y mimos, mas no instrucción y castigo.
Al menos que sean una figura permanente a cargo de la educación de los niños (ya sea porque los cuidan mientras que los padres trabajan, o porque los padres —debido al diversos motivos— no están), y entonces los abuelos tendrán que tener un rol mucho más firme; donde deberán ser estrictos al hacer respetar las reglas de la casa, especialmente para no entrar en conflicto con la autoridad de los padres.
La necesidad afectiva de los niños se refuerza con la presencia de abuelos en los que puedan confiar, sin temor, y con la posibilidad de encontrar el su cobijo una dosis extra de mimos y diversión.
2. HISTORIA Y PERTENENCIA
Como pilares fundamentales de la familia, los abuelos otorgan precisamente las primeras raíces y la memoria familiar. Esto es fundamental para los niños pues les otorga una memoria (una historia familiar) que le da identidad y pertenencia.
Es importante que desde la infancia tengamos ese sentimiento de pertenencia a raíces fuertes, y los abuelos logran aportar este ingrediente a la estabilidad emocional de los niños. Como en los grupos tribales los abuelos contaban historias a los miembros del clan sentados alrededor del fuego, así hoy los abuelos brindan historias de los padres del niño, experiencias personales e incluso de los ancestros tal vez más remotos. Memoria y Pertenencia serán los grandes regalos de los abuelos a los niños.
3. TRADICIÓN Y SÍMBOLOS FAMILIARES
Vinculada al punto anterior, los abuelos son custodios de tradiciones familiares o iniciadores de nuevos ritos que permiten que la familia se reúna en torno a ciertos estímulos comunes, como las comidas de los domingos, Navidades, etc. Las tradiciones dan estructuras, brindan símbolos que refuerzan el sentido de pertenencia, consolidan la unidad y lealtad familiar.
Especialmente la tradición familiar forma en valores a los niños.
4. FANTASÍA E IMAGINACIÓN
De los momentos que más contacto desarrollan los abuelos y los niños está el juego. La esencia lúdica en la relación de los abuelos con los infantes es de relevancia cuando se trata también del fomento a la fantasía y la imaginación, no sólo en el sentido evasivo de la recreación o el juego, sino en la parte cognitiva del niño. El niño puede desarrollar historias, construir mundos, encontrarse constantemente estimulado para generar ideas nuevas, inventar cosas, etc.
5. SEGURIDAD EMOCIONAL
Cuando los abuelos no son directamente los encargados de la crianza del niño, tienen la oportunidad de ser un refugio emocional para los pequeños, y a través de ellos pueden recibir una dosis extra de seguridad emocional. Siempre podrán contar con los abuelos para tener una expresión añadida de afecto a través de diversas manifestaciones, y es que ellos suelen ser una fuente inagotable de contacto físico afectivo fundamental en el desarrollo del niño.
Por supuesto, estos puntos anteriores no pueden ser posibles si la relación entre hijos y abuelos no es sólida, plena de respeto, y especialmente no debe haber competencia y conflicto por la autoridad.