Hay que estar listos para vivir en pareja. Por más que las películas y las novelas nos digan que basta con el amor para poderlo todo, no es suficiente sentir mariposas en el estómago y cómo se nos eriza la piel junto a la persona que nos gusta, signos más bien del enamoramiento.
Creo que el amor es más bien una tarea constante de librar desacuerdos a base de comunicación, comprensión, negociación, respeto y tolerancia. La cohabitación entre dos personas que de inicio se basa en el supuesto del amor sin duda transcurre más en el trajín cotidiano que en el romanticismo ideal que hoy soñamos gracias a la influencia de los medios de comunicación.
Decidir compartir el lecho y el techo con alguien más, al menos con la intención de que sea para “siempre”, es cosa seria. Para que la pareja no fracase, hay que considerar múltiples aspectos más allá de la atracción sexual y la ternura que el otro pueda inspirarnos.
¿Quién va a pagar las cuentas?
Uno de los principales problemas que debilita la relación de pareja es la cuestión del dinero. Un tema que generalmente, en la ensoñación del romance, no se trata por pudor o por parecernos inapropiado, y que después se vuelve un gran conflicto. No obstante, hay que hablar de finanzas; identificar quién es el gastalón y quién el ahorrador; establecer metas comunes, pensar en cuentas bancarias y seguros para ambos, etc. De la misma manera deberán tenerse claros los ingresos, los gastos comunes e individuales, quién pagará qué cuentas, etc.
Hábitos y Manías
Por supuesto no es lo mismo pasar un fin de semana con tu novio, tu novia, en un ambiente cordial y sensible, donde todo está dispuesto para pasarla bien; y tampoco lo es cuando pasan el día juntos, pues al final cada quien vuelve a su casa donde damos rienda suelta a nuestras manías y hábitos como dejar la ropa en cualquier parte, no jalar la cadena del excusado o bajar la tapa; esos detalles que tal vez al otro de inicio no importaban y luego pueden volverse no sólo una molestia sino incluso motivo de conflictos y pleitos.
Viviendo con tu pareja, no puedes esconderte para dejar escapar un gas o incluso chillonear por que te duele la panza (algo que hacías solo en casa con tu madre o padre); tarde o temprano saldrá a la luz nuestras debilidades, nuestras mañas, y tendremos que afrontarlo en pareja.
Imagina que tu novio tiene diarrea, que tu novia tiene fiebre y delira, ¿estás dispuesto a pasar la noche cuidando de eso? ¿Han hablado de esos temas, por ejemplo?
Los quehaceres del hogar
Así como muchas veces no se trata el tema del dinero, tampoco se trata el de las tareas del hogar. ¿Quién hará qué cosas? Tengo un amigo que prefirió que su esposa dejara de planchar sus camisas porque a él no le gustaba que ella marcara las mangas de la forma en la que lo hacía, asertivamente él prefirió encargarse del asunto.
Sucede de tal modo que tenemos ciertos hábitos y preferencias, en casa aprendimos cómo lavar los platos, o limpiar el baño de una manera, y la pareja ¿coincide con nuestras costumbres? ¿Tendremos que tener costumbres nuevas?
Otra amiga le dijo claramente a su novio que jamás plancharía la ropa de nadie, ello le parecía un poco ceder en su libertad y someterse a la voluntad del otro. De esa forma lo veía ella, y él lo veía como un acto egoísta; tuvieron que negociar el tema para llegar a un acuerdo que evitara el choque de visiones.
Tu Familia y La Mía
En la entrada de la casa conyugal tal vez colocarán un tapete que diga “Wellcome”; no obstante ¿todas las visitas serán bienvenidas? Como en el caso anterior, tenemos costumbres y hábitos que con frecuencia nacen de nuestro entorno familiar, así que los parientes políticos también deben ser un tema a tratar antes de vivir juntos.
Cómo será si llega la familia a pasar unos días con nosotros; hasta dónde intervendrán o influenciarán las decisiones cotidianas, como los horarios de comida o la crianza de los hijos. ¿Se deberán de marcar límites?
Recuerda que somos producto de esta historia familiar, y no podemos desasociar a la pareja de su familia: ¡te casas con todo el paquete! ¿Cómo van a manejar el trato con la suegra y el suegro, entonces?
Los Hijos
Los dejo al final porque este será un tema de trabajo amplio; sin embargo no por ser el último es el menos importante, al contrario, es de suma importancia decidir bajo que tipo de sistema educativo se desarrollará la crianza de los hijos; si se les inculcará alguna religión o creencia, qué tipo de educación se quiere dar, temas básicos como estos, pero también otros tan sutiles como la autoridad del padre y la madre; que a veces también es una relación de poder entre los progenitores que marcan terreno en los hijos. Así que es un tema más profundo, pero que debe hablarse antes de vivir con la pareja, preferentemente, para evitar futuros conflictos que lleven incluso a la separación.
Finalmente nos quedamos con que vivir en pareja es más que sólo el amor, aunque sea éste su pilar y motor fundamental. Si deseas adquirir mejores herramientas para vivirlo con éxito, te invito al CURSO DE FRENTE A LA VIDA | PAREJA, conoce más a continuación.
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