La lealtad en la familia es el motor que mantiene el sistema, impulsa la acción de la conciencia grupal. Es la esencia de nuestros vínculos primarios que dan lugar a la forma con la que establecemos contacto con la vida y con los otros, así como modelan nuestra historia.

De acuerdo con Bert Hellinger —fundador de constelaciones familiares— los miembros de la familia tienen en común creencias, reglas, costumbres, etcétera; principios que son el hilo conductor entre generaciones. Al trasmitirse de generación en generación estos valores se incorporan a la conciencia familiar y dictan nuestra conducta, así como la manera en que nos vinculamos con los demás.

La información se almacena en la conciencia común, pero también en la historia de cada miembro de la familia con un amplio espectro de matices: de la misma forma que se plantean valores positivos se heredan conflictos y problemas no resueltos, temas que —como consecuencia— los nuevos miembros pueden padecer.

Por otra parte, la lealtad, como una declaración del compromiso que asumimos como miembros pertenecientes al sistema familiar, nos impulsa a cumplir ciegamente estas reglas. Somos leales cuando de manera consciente o inconsciente seguimos las normas que priman en la familia.

Seguir las normas por lealtad puede ser un acto consciente, cuando conocemos su trasfondo y la historia que las trajo hasta ti; pero también promueven comportamientos inconscientes. En el otro lado están igualmente aquellas normas de las que no somos consciente y dan lugar a conflictos en nuestras vidas.

Al cumplir con dichas reglas eres leal a tu sistema familiar y de alguna forma te sientes en paz, aunque, esto que te sucede, vaya en contra de lo que realmente quieres.

Esta clase de conflictos, que suelen persistir en nuestra historia (una enfermedad, incapacidad para establecer una relación, depresión, etc.) están motivados porque las reglas a las que, de manera inconsciente fuimos leales (ciegamente), nos atan al destino de otro miembro de la familia.

“Se denomina Lealtad Invisible a aquella lealtad consciente o inconsciente hacia un ancestro o familiar que nos impulsa a repetir una conducta de un modo ciego, sobre el que no tenemos el menor control”.

Suele ser que la persona a la que somos leales es un miembro de la familia que ha sido excluido, no importa si ha muerto hace tiempo o está viva, si tuvimos contacto con ella o tal vez no la conocimos. La conciencia familiar entonces nos impulsa —por lealtad— a asumir su historia para darle un lugar entre los miembros del sistema (remplazarlo) y por ello repetimos sus conductas e, incluso, repetimos su historia. De tal modo no vivimos la nuestra, pero tampoco podemos sustituir a los otros por obvias razones —no somos ellos, punto—. He ahí la raíz del conflicto.

 ¿Cómo se manifiesta esta lealtad invisible? 

Algunas formas en las que puedes identificar que asumes inconscientemente la historia de un miembro de la familia y con ello estás siendo leal, pero al mismo tiempo padeces esta lealtad son:

• Cuando logras lo que deseas y algo sucede que lo pierdes.
• Trabajas mucho para lograr algo y no lo consigues.
• Logras lo que te propones y no lo puedes disfrutar porque algo pasa que te lo impide.
• Repites la historia o destino sombrío de algún miembro de la familia (ancestro).

NOS NEGAMOS LA FELICIDAD SI LOS OTROS NO LO SON

Estos signos, frecuentemente, están vinculados a nuestra “auto prohibición” de ser felices si los otros miembros de la familia (aquellos excluidos) no lo son.  Evitamos la felicidad para no traicionar a la familia. Lograr lo que nos proponemos implicaría ir en contra de las reglas y quebrantar esa lealtad; sería como una traición a la familia, por querer ser diferentes a lo que han sido ellos. Mantener la lealtad demuestra amor incondicional y agradecimiento con la familia.

Tal vez estás viviendo una historia que no es la tuya. Por lealtad familiar asumiste un rol que no te corresponde, pero en vez de ser consciente de ello estás pasando por procesos de dolor y sufrimiento y vives una implicación sistémica. En este caso: ¡Constela!  Constelaciones Familiares puede sacar a la luz el origen de tu problemática.