Es momento de que hablemos del descanso emocional como una medida de autocuidado y prevención en salud emocional.
Somos seres emocionales y, en la cotidianidad, difícilmente podemos dejar de sentir: desde la alegría de un despertar a la frustración laboral o la tristeza de una despedida, las emociones están siempre ahí, dispuestas a ser vividas.
En ocasiones, nos abruman y generan una dosis de estrés innecesaria, incluso pueden llegar a ser tan intensas y sobrecargarnos hasta afectar nuestra salud mental. Es por ello que debemos descansar de vez en cuando, pero sin intentar evadirlas.
Hablemos del descanso emocional
Para tener un descanso emocional no basta sentarse en un sillón cómodamente, como lo haríamos para un descanso físico; tampoco se puede hacer una meditación para regular los pensamientos, como sí lo haríamos en el descanso mental.
Esta clase de tregua requiere reducir la intensidad de nuestras emociones, incluso de aquellas que pudieran parecer positivas, como la euforia. Es decir, se requiere hacer una pausa que permita amortiguar las sensaciones subjetivas.
Carga emocional
Habrá momentos en los que los acontecimientos nos superen y nuestras emociones se desborden, en los que la emoción llega a su punto más alto de intensidad. Esto es lo que se conoce como carga emocional: cuando la emoción deja de ser gestionable y se convierte en algo incontrolable. La emoción nos controla a nosotros.
El descanso emocional debe ayudarnos a no llegar a este extremo, de lo contrario se empezarán a buscar amortiguadores emocionales, los cuales pueden llevar a conductas de riesgo: consumo de alcohol o drogas, agresión o violencia, evasión, etc.
Autorregulación
Por el contrario, hay quienes, ante una carga emocional, asumen conductas liberadoras, dentro de un rango saludable: hablar con alguien de confianza, rezar, escribir, cantar o bailar, etc.
Este es el primer paso para poder tener un descanso emocional. La autorregulación, que nos permite aprender a identificar cuando estamos al límite y saber qué amortiguador emocional sano es más efectivo, sin dañar.
Exprésate
Una manera de identificar las emociones y darles cause adecuadamente, comienza con expresarnos. Imagina que empiezas a escribir tratando de decir lo que sientes, al principio puede ser un texto confuso y, aparentemente, sin pies ni cabeza; tarde o temprano estarás identificando lo que en realidad sientes, cómo surgió y qué hacer con ello.
Expresarte es la clave para gestionar esas emociones y comenzar la descarga, de tal manera que puedas darle cause y descansar.
El cómo vives y sientes tus emociones solo hay una manera de conocerlo y es expresándolo.
Identifica tu proceso emocional
El proceso emocional es complejo, un ciclo de pensamientos y sentimientos que se condiciona mutuamente todo el tiempo. Si observamos cómo funciona en nosotros este ciclo y somos capaces de identificar sus motivadores, entendemos cómo funciona y de qué forma podemos intervenir para que las emociones no sean tan intensas, entonces tendremos un paso adelante y el descanso se dará per se.
Y es que descansar emocionalmente es tener esas pausas saludables, sin tener que llegar a la carga emocional tan intensa (es también prevenir).
Durante el descanso emocional, puedes intervenir en este proceso y detener el flujo de emociones incómodas que sólo te lastiman. En cambio, se puede actuar acorde a lo que se está sintiendo y corregir el estado de ánimo que la carga puede ocasionar.
Para ello, aprende técnicas que ayuden a identificar pensamientos negativos o distorsionados, a cuestionar creencias limitantes o ideas equivocadas de ti, de los demás y del mundo.
También se pueden adquirir técnicas para escuchar al cuerpo, relajarse, respirar, meditar, etc.
Cómo lograr el descanso emocional
Cuando has logrado aprender la gestión emocional apropiada, podrás alcanzar momentos de descanso emocional más efectivos. Aquí algunas cosas que puedes hacer:
- Reconoce que tus emociones te han superado.
- Date un tiempo para ti, apartado de la presión externa.
- Crea un sitio seguro y cómodo donde pasar ese tiempo contigo (cozy corner).
- Vacíate de pensamientos, practica meditación, yoga, etc.
- Acomoda cada cosa en tu sitio. Haz un ejercicio de sacar tus emociones (como cuando limpias los cajones) y luego acomódalas donde deben ir.
- Delega. No te cargues de responsabilidad, incluso emocional. A veces nos adjudicamos emociones que no nos corresponden, déjalas ir.
- Pide ayuda. Si la carga emocional te supera, es momento de apoyarte en tus amigos, tu familia o un profesional de la salud emocional. Dialoga con un profesional experto que te acompañe en el proceso de gestión de esas emociones que te estresan y afecten tu salud.