Aquí no pasa nada: evasión emocional
La evasión emocional es común; sobre todo en una sociedad como la actual en la que pareciera que las emociones nos estorban (especialmente las que llamamos negativas) y es preferible disimularlas o esconderlas para no “incomodarnos” en la convivencia cotidiana: no llores, no te enojes, no estés triste, no seas tan alegre…. suelen ser mensajes constantes en el entorno social desde nuestra temprana edad.
Si constantemente recibimos esta clase de mensajes, sin duda haremos propia la idea de que las emociones no tienen una utilidad ventajosa en nuestra vida y a la postre muy probablemente intentaremos evadirlas. No sólo vamos a ocultarlas, o negarlas, intentaremos todo lo posible para no sentirlas; al menos en apariencia.
Asimismo, las emociones nos mueven, nos hacen recordar, nos ponen en posiciones que suelen lastimarnos, inquietarnos, vulnerarnos, etc. Ello es tan incómodo para algunos de nosotros que intentaremos no promover situaciones en las que tengamos que sentir, muchos menos si estas emociones nos exigen rendir cuentas frente a otros y sentimos que nos comprometen.
Tony es un hombre al que le inculcaron desde la infancia la idea de que el enamoramiento era sólo cosa de niñas; que las manifestaciones de afecto sólo propinadas por su madre y no por su padre, eran una cuestión de mujeres, una cosa cursi y que debilitaba su hombría. En la secundaria conoció a Mary y sin poderlo evitar se enamoró de ella, pero ella no sentía lo mismo hacia él y lo rechazó hirientemente. Esto hizo que Tony se sintiera tan mal, tan humillado, tan lastimado y golpeado incluso en su hombría, que se juró no volverse a enamorar.
Desde entonces Tony es una adicto al trabajo, su agenda no tiene espacio para más actividad que no sea la del trabajo, y por ello no le queda oportunidad para conocer a alguien con quien emparejarse. Aunque sus amigos han intentado presentarle a buenas mujeres, él ha evitado a toda costa establecer relaciones serias con alguna por miedo a verse débil y vulnerable. El piensa que tal vez las mujeres sólo se aprovecharán de él y en algún momento lo lastimarán.
Por el contrario, las mujeres con las que alguna vez Tony ha salido, son mujeres de ocasión, para pasar el rato, lo que —según él— garantiza que no tengan tiempo para herir sus sentimientos, y tampoco él tendrá que rendir cuentas de sus afectos a largo plazo con nadie. Aquello que le hace sentir tan vulnerable con ellas no pasaría y estaría a salvo.
Aunque la gente insiste en que necesita “sentar cabeza” y tener una pareja, él se repite que así está bien, que no lo necesita y que lo más importante es su trabajo, para el que dedica todo su tiempo. Sin embargo, por las noches, cuando Tony llega a su dormitorio, siente un vacío en la panza que llena con algunas dosis de somníferos.
Los fines de semana, por supuesto, Tony sale a beber con sus amigos para evitar llegar a una casa donde nadie lo espera; se emborracha y quizá se acueste con alguna mujer que conozca esa noche y no volverá a ver después, así no se compromete a nada. Y se dice a sí mismo que todo esto está bien, que así nada malo puede pasarle.
Es una historia muy vista en las películas, o incluso entre nosotros, pero basta esta reiteración para darnos cuenta lo frecuente que es la evasión emocional, y cuyas consecuencias suelen ser desastrosas.
Si vemos los escenarios que podría vivir Tony de seguir evadiendo las emociones afectivas que se derivan de una relación amorosa que se opone a entablar con cualquier mujer, podríamos ver va camino a la soledad, la adicción a los somníferos, el alcoholismo.
Observa cómo las adicciones son el camino más obvio para evadir las emociones, para evitar sentir especialmente cuestiones dolorosas, angustiosas e hirientes.
Lo contrario a la evasión es, justamente, enfrentar nuestras emociones, reconocer lo que sentimos, asumirlo como parte de nuestra naturaleza humana y desarrollar habilidades para una sana coexistencia con las emociones de otros: inteligencia emocional, asertividad; desarrollo de la autoestima, y poco a poco conseguir la armonía que ello puede implicar.
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