Cuando tus emociones te rebasan y te mantienen en un estado de agotamiento: ¡Date un merecido descanso emocional! Yo te digo cómo
En días comencé a sentir cómo cualquier emoción me hacía sentir abrumada, parecía como si fluyeran dentro de mí de forma simultánea; en un instante podía sentirme feliz, enojada y melancólica a la vez. Estaba desbordada y ni siquiera dormir me hacía descansar de esta sensación. ¡Necesitaba un descanso emocional!
Agotamiento emocional
A lo largo de los días podemos acumular emociones que nos agotan, asociamos sentimientos y afectos que nos sobre estimulan porque atravesamos por situaciones gatillo de alta intensidad: la muerte de un ser querido, conflictos laborales, la separación de la pareja, problemáticas diversas con los hijos, desengaño o acoso.
Son momentos en que la carga emotiva es extrema y el tiempo es poco para poderla gestionar apropiadamente y nos rebasa. Es como las concentraciones de gas que tarde o temprano tenderán a explotar.
El cuerpo y la mente comienzan a sufrir, son depositarios de un cansancio acumulado al que incluso a veces se suman sucesos de menor intensidad, pero que de igual forma laceran. Cuando llegamos a este momento a veces puede ser demasiado tarde, primero es pura falta de energía y motivación, pero puede llevarnos a un trastorno de ansiedad, estrés crónico o depresión. Por ello es importante darnos vacaciones emocionales de vez en cuando.
Descanso emocional
Si te sientes así de agobiada, agobiado; es urgente que te tomes un descanso emocional. Aunque claro que ello no significa que metas tu mente y corazón al refrigerador y dejes de sentir; tampoco se trata de lo mismo que harías para descansar tu cuerpo (como tirarte en la cama) o descansar la mente con una meditación.
El descanso emocional implica que bajes la intensidad de tus emociones y proceses adecuadamente aquellas que te incomodan o consideras negativas, o que moderes la euforia. Es decir, se trata de desconectar para hacer un paréntesis que te permita atemperar tus sensaciones subjetivas.
¡Date un merecido descanso emocional!
Ahora que sabes lo que es un descanso emocional, es tu turno. Aquí te dejo algunas claves de cómo lograrlo.
1. Reconoce que es momento de hacer un alto, que tus emociones te han superado con todo eso que te estás permitiendo sentir.
2. Identifica honestamente las emociones que te están abrumando. Por ejemplo, los celos es una combinación de miedo y enojo; la ansiedad no sólo es miedo, es incertidumbre, deseo de control, precipitación hacia el futuro. Escribe todo lo que sientas para que puedas tener un panorama completo.
3. Establece prioridades. Dale orden a las cosas que te deben o no preocupar.
Cuando logras identificar lo que te está agotando y de ello lo que no debería molestarte tanto, es hora de ponerte en acción.
4. Date un tiempo. Así como reservas tu agenda para las vacaciones veraniegas, así hazlo para tu descanso emocional. No requieres días, basta con que tomes algunos minutos diarios para ti.
5. Crea un rincón de paz y bienestar. Ese tiempo que dejarás para ti pásalo en tu lugar feliz, donde disfrutes realmente el momento de forma consciente y sin que te distraigan o interrumpan.
Trabaja en tu interior
6. Vacíate de pensamientos y actividades. Aprende el arte de no hacer nada, si es necesario toma clases de meditación, mindfulness o relajación. Lo importante es que quites la carga mental que producen tantas emociones.
7. Cada cosa en su sitio. “Saca todo del cajón y acomódalo en su sitio”. Sí, identifica, expresa y acomoda lo que sientes. Separa las emociones en las que no te sirven y las que te pueden servir para crecer o sentir bienestar.
8. Date permiso de reír. A veces nos tomamos la vida demasiado en serio y olvidamos reír un poco más. Recurre al poder sanador de la risa y exponte a chistes, bromas o simplemente ríete (tu cerebro no sabrá que no hay nada chistoso, pero sí generará hormonas de la felicidad).
9. Déjate querer. El contacto físico afectivo tiene un gran poder curativo, por ello es importante que te dejes abrazar, besar o acariciar. No temas pedirle a algún ser querido que lo haga cuando así lo necesites.
10. Suelta el control. Gran parte de lo que sucede en la vida no podemos controlarlo; sin embargo, pasamos mucho tiempo intentándolo y resulta sumamente agotador, por ello descansa soltando.
Por último, si tus emociones te sobrepasan y están poniéndote en riesgo, es urgente que pidas ayuda a un profesional de la salud emocional.