El equilibrio entre dar y recibir en las relaciones familiares es la base del buen funcionamiento del individuo y el principio de la felicidad y la salud.

De las tres leyes de vida que se exploran en Constelaciones Familiares, dar y recibir nos plantea la manera en la que nos vinculamos con el sistema familiar y, en general, con la vida.  “Una de las dinámicas más importantes de las órdenes del amor, es el Dar y Recibir”.1

El inicio de nuestra vida se origina con el primer gran acto entre dar y recibir: La unión física de nuestros padres, gobernada por el amor, nos permite recibir la vida que ellos nos brindan. Así en la estructuración familiar los padres dan, en tanto que los hijos reciben (vida); no puede ser de otra manera.  De lo contrario, si los hijos tendieran a dar a los padres, el orden sistémico se alteraría y generaría confusión.

Con base en esta primera experiencia y la forma en que los movimientos del dar y recibir entre los miembros de la familia se presentan; el individuo obtiene modelos que le servirán para vincularse y convivir con los demás.

La felicidad en una relación depende de la medida en que se toma y se da. Cuanto mayor sea el intercambio más profunda es la felicidad.

EL QUE DA, DA PORQUE ANTES TOMÓ, SU DAR ES UN DEVOLVER.

Asimismo, las leyes del sistema familiar en constelaciones nos impulsarán a buscar el equilibrio entre el dar y el recibir.  Si la balanza entre dar y recibir está en desequilibrio pueden aparecer como consecuencia diversos padecimientos.

Si una de las partes es la que da y la otra solamente toma se disuelve la relación, pues el que da más se siente frustrado y poco nutrido en la relación. Por ello la felicidad en cualquier relación depende de la medida en que se toma y se da.

¿Qué pasa cuando dar y recibir se desequilibra en las relaciones familiares?

Todo intercambio entre personas genera una descompensación y la dinámica que se encuentra en el intercambio es que el que da se siente libre, superior y con el derecho de exigir, mientras que el que recibe se siente inferior, culpable y obligado a compensar lo recibido.

El que sólo toma acaba siendo como un niño, y el quien sólo da acaba siendo como un padre (un individuo superior y libre) lo que niega la relación de igualdad con los demás.

• El que da demasiado amenaza la relación
• No debo dar más de lo que el otro me puede devolver.
• Hay un límite a lo que se da y lo que se pide a otro.
• El que da demasiado está en una postura de poder obligando al otro.
• Si doy demasiado actúo como una madre.

Si una persona recibe más de lo que puede devolver, se siente en una situación tan degradante y culpable que acaba explotando, rompiendo la relación que la ata de este modo.

Si una persona da todo lo que tiene espera del otro que cubra todas sus necesidades ya que en su interior espera que el otro se convierta en su madre y al final se rompe la relación.

 PRIMERO ES TOMAR, DESPUÉS DE LO TOMADO PUEDO DAR.

Dar lo que tenemos para dar, no dar aquello que es para nosotros o aquello que no nos corresponde y reconocer la diferencia entre ambos. He aquí la simplicidad de una vida potencialmente lograda.

Cuando uno da el otro lo toma, gracias a su amor agrega algo a aquello que ha recibido y lo regresa. Y el otro agrega algo más porque ama y regresa eso.

REGLAS DEL BUEN DAR

• Sólo dar lo que tengo
• Solo dar lo que el otro puede recibir
• Solo dar lo proporcional a lo que el otro puede devolver
• Dar desde el adulto al adulto del otro.

REGLAS DEL BUEN RECIBIR

•  Valorar lo que el otro me da, sabiendo que siempre será distinto de lo que he dado.
• Agradecer, dándole un poco más, para marcar mi reconocimiento, y un poco más cerca de sus necesidades.

Cuando respetamos estos órdenes nos sentimos inocentes y el amor puede fluir libremente, el sistema ofrece seguridad y fuerza cualquiera que sea la experiencia que abordamos en la vida.

CONOCE LAS REGLAS DE VIDA DE CONSTELACIONES FAMILIARES

• Derecho a pertenecer

• Jerarquía y orden en el sistema familiar

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