Los daños de vivir una pareja sin amor no sólo son personales, afectan a ambas personas y pueden dejar secuelas a largo plazo.
A los pocos meses Ana y Pedro se veían sólo como compañeros de casa, apenas se dirigían la palabra y ambos se sentían insatisfechos. No obstante, ninguno de los dos se atrevía a lo que era inminente: terminar la relación.
Por su parte, Ana tenía miedo de volver a quedarse sola, aunque tenía claro que no estaba enamorada de Pedro. Cuando lo conoció llevaba algunos años sin una relación, no tenía citas, era la única de sus amigas soltera y estaba aburrida de ir sola a todos lados. Pedro era atento, de buen corazón, divertido y estaba disponible. En menos de lo que imaginó, ya estaban viviendo juntos, pero ahora ni siquiera sabía por qué.
Pedro la miró en aquella fiesta. Ana era la amiga de su prima, la que tanto le insistía que ya era hora de que se casara, que debería sentar cabeza y tener una familia. La chica no era tan fea ni parecía una tonta, así que la invitó a salir, la pasaron bien los primeros días y le pidió vivir juntos. Y ahora ahí estaban, viviendo juntos, pero sin amor.
Miedo a la soledad
Muchas personas sienten ansiedad ante la idea de quedarse solas o la posibilidad de ser juzgadas debido a su situación sentimental, ello las empuja a hacer lo que sea para conseguir una pareja. Incluso, hay muchas películas que reflejan esta situación, como A Boyfriend for Christmas o The Wedding Date. Aunque en la realidad no sale así de bien.
El miedo a la soledad, que ya he tratado en este blog, es un detonante para que nos relacionemos sin sentir verdadero amor por otra persona. Y cuando ya se está dentro de la relación, el miedo se acentúa y las personas van dejando pasar la insatisfacción, las frustraciones y la amargura, con tal de no pasar por el momento traumático de la separación.
También sucede que algunas personas asumen un rol de cuidadoras de los demás, y con ello justifican su permanencia en la relación. Se tiende a anteponer las necesidades de los demás a las propias, perdiendo su identidad.
En estos casos, puede ser que las personas tengan una autoestima baja y quieran ser necesitadas no por el amor que merecen sino porque sirven a los demás. Por supuesto, aunque se puedan sentir complacidas, no son felices.
Miedo al fracaso
Concluir una relación, a pesar de que no haya amor, puede experimentarse como fracaso y atemoriza tanto como la soledad. Se cree que ante tal suceso hay que dar explicaciones a la familia o amigos, ni tampoco se quiere la lástima de otros por lo mal que se está.
Pero el fracaso en realidad es rendirse, renunciar a la acción, evitar tomar decisiones; es la inacción, la parálisis frente al futuro.
Dependencia emocional
Las personas que se aferran a la vida en pareja, aún sin amor, pueden experimentar dependencia emocional. Viven con una necesidad constante de afecto, no pueden estar sin pareja; pero su identidad se diluye en los otros.
El problema es que se les dificulta mantener relaciones positivas y duraderas, por lo que repiten un patrón de historias amorosas, que por lo general no se fundamentan en el amor.
Este es un problema de personalidad donde se prioriza la vida en pareja sobre cualquier otra cosa, hasta el punto en que la persona queda completamente anulada frente a la relación, o las vive con intensidad emocional negativa y desbordante.
Daños de vivir una pareja sin amor
Por supuesto, la infelicidad es una de las primeras consecuencias de vivir en pareja sin amor. Sin embargo, para muchos esta situación es una especie de zona de confort en la que se mantienen con una sensación aparente de seguridad.
La pérdida de la autoestima es uno de los costos de vivir en pareja sin amor, pues se pierde el enfoque del bienestar personal por evadir los miedos o la incomodidad. Las personas dejan rezagados sus deseos, anhelos e incluso necesidades emocionales por una sensación de falsa seguridad.
En el peor de los casos, si esta falta de amor se da sólo en uno de los miembros de la pareja, existen grandes posibilidades de que se esté abusando emocionalmente del otro. Está usando los sentimientos ajenos para satisfacer las necesidades propias.
De prolongarse una pareja sin amor también existe la posibilidad de enfrentar situaciones de engaño e infidelidad que lastimen a ambos miembros. Igualmente, la frustración de uno o de los dos puede llevarlos a una convivencia violenta.
Trabajar en psicoterapia la relación que se ha dado en la pareja, considerar las probabilidades de mantenerla o elaborar el cierre será de gran utilidad para sanar el vínculo, concluir el ciclo y soltar.
JORGE DOMÍNGUEZ | PSICOTERAPIA DE PAREJA