Ser egoísta es el camino perfecto para echar a perder tu relación de pareja, y en este artículo te comento cinco cosas en las que debes poner atención para evitarlo.
Hay diversas cosas que arruinan tu relación de pareja de forma tan “fácil” como desequilibrar una balanza en la que al final sólo predomine un lado. Y es que basta con que inclinemos la balanza sólo hacia nuestras necesidades para que nuestra pareja se sienta desplazada y surja la semilla de la separación.
Considerar y actuar sólo pensando en nuestras necesidades físicas y afectivas es el camino más rápido para echar la relación de pareja por un precipicio.
Pero toma en cuenta que pueden ser muchos los factores que afecten a la pareja de forma negativa porque, no olvidemos, ésta es el encuentro de dos individualidades, con deseos, necesidades e historias diferentes; no podemos, por tanto universalizar las causas del fracaso, pero sí tener algunas claves sobre las que poner atención; sobre todo en lo que nosotros podemos evitar hacer para no fracasar.
Una relación sana, sólida y madura entre dos personas que se ven unidad por lazos físicos —atracción— y psicológicos —emociones y sentimientos— no trata solo de amor romántico irrompible, sino el resultado de un trabajo diario, congruente y constante. Basado en el reconocimiento del otro y el respeto a su individualidad.
Mantener una relación de paraje duradera implica establecer vínculos entre personas completas (no medias naranjas), iguales, maduras y dispuestas a trabajar con un objetivo común. Lo contrario, tal vez genere una relación con fecha de caducidad muy pronta.
También hay que considerar que en el equilibrio que buscamos en la vida en pareja, somos nosotros quienes primero debemos asumir la responsabilidad objetivamente de que hemos elegido a la persona, no sólo adecuada, sino real, de carne y hueso.
Debemos estar conscientes de que no elegimos una pareja por necesidades afectivas personales, porque será ahí la primera grieta que tenderá a romper la relación tarde o temprano.
Por ello reflexionemos en algunas de las cosas que podrían pasar al respecto.
- Si idealizas a tu pareja: le estás faltando al respeto. De ahí que lo que tú quieres no es a tu pareja sino una idea basada en tus necesidades afectivas y proyectas hacia ella.
- Querer cambiar a tu pareja es falta de amor. Si tú idealizas a tu pareja, tarde o temprano buscarás cambiarla para que sea como tú la “soñaste”, pero con ello le estás perdiendo el respeto y no la estás amando.
- Culpar a tu pareja. Cuando no logras que tu pareja sea como esperabas, vendrá la frustración y, antes de reconocer tu responsabilidad al respecto, intentarás culparla por todo lo que no es y, según tú, debería ser.
- Controlar a tu pareja. Las personas dependientes emocionalmente intentarán controlar cada movimiento de su pareja, porque en realidad están inseguras de que merecen el amor y buscarán que el amor “no se les escape” ahora que ya lo consiguieron.
- Exige a tu pareja. Un error que se comete cuando nuestras expectativas no han sido satisfechas en la pareja es exigir constantemente cosas que la pareja no puede o no quiere cumplir. Eso que le pedimos al otro, a la otra, es sólo para cumplir con nuestras necesidades, no es amor ni respeto.
Hoy en día la relación de pareja nos parece algo complejo, algo a lo que todos aspiramos pero en ocasiones pocos estamos dispuestos, dispuestas a trabajar; porque el amor comienza en realidad, dentro de nosotros mismos, y afrontar ese conocimiento interior es aún más difícil.
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Tal y como aprendimos a caminar, a hablar, a comprender el entorno y su funcionamiento, así mismo es necesario…
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