El contacto físico seguro y afectivo entre los seres humanos debe promoverse para generar personas más seguras, con mayor autoestima y empáticas con sus semejantes.

Quienes han documentado la teoría de “abrazoterapia” señalan que son necesarios —dicen— 4 abrazos al día para sobrevivir; 8 abrazos para mantenerse y 12 abrazos diarios para crecer. Y aunque no hay una cifra científicamente establecida, sí sabemos que el ser humano no debería pasar mucho tiempo sin contacto físico, algo que influye en su salud física, mental y emocional.

Recordemos que tocar a otras personas, y la manera en que lo hacemos, es un lenguaje —no verbal— básico para muchos de nuestros lazos sociales, y es que ello proyecta seguridad, confianza, cercanía y apoyo.

No obstante, cada día tememos más a ese contacto buscando resguardar nuestro espacio vital en un mundo ya muy congestionado o por miedo a resultar heridos emocionalmente cuando el contacto nos hace sentir vulnerables.

Sin embargo, la ciencia en diversas áreas nos explica lo necesario que es tocar y ser tocado de forma segura y afectiva. Por ejemplo, dicen los especialistas que las caricias estimulan el sano crecimiento de los bebés; mientras que en los adultos generan buenas sinapsis en el cerebro. Así acariciar y abrazar es beneficioso en todas las etapas de la vida.

8 beneficios de los abrazos y caricias

1. Cuando recibimos caricias disminuye nuestro estrés. Al acariciar disminuye la producción de cortisol (la hormona del estrés) y aumentan la oxitocina y la serotonina (hormonas del placer), lo que nos hace sentir bien y relajados.
2. Recibir un abrazo aminora las emociones negativas, pues los abrazos tienen el poder de disipar la ira, el miedo, la ansiedad, el odio y la tristeza.
3. El contacto físico prolongado, como un abrazo, rebaja el nivel de ansiedad y angustia entre las personas involucradas.
4. Los abrazos y caricias promueven la seguridad emocional, tanto en niños como adultos, así se fortalece al individuo sentimentalmente y le libra de ser derrotado por el miedo.
5. La oxitocina que nos genera un buen abrazo permite establecer lazos emocionales más fuertes con los demás y así se fomentan sentimientos de cercanía, cariño e incluso empatía.
6. Un buen abrazo favorece nuestro sistema inmune, pues lo activa y le hace generar glóbulos blancos. Así nos sentimos saludables y de mejor humor.
7. La seguridad que nos brinda un abrazo estimula nuestra confianza y nos hace sentir apoyados, lo que nos ayuda a sentirnos más seguros, y particularmente en momentos cuando tenemos que hablar en público.
8. Cuando tenemos este contacto físico seguro y afectuoso, nos sentimos amados, especiales e importantes para quienes están en nuestro entorno, así que se fortalece nuestra autoestima y se mantiene el amor propio.

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