Cómo tener Inteligencia emocional financiera y no arruinar tu estado de cuenta por culpa de lo que sientes.
Somos emociones y nuestras emociones influyen, prácticamente, en todas las decisiones que tomamos. Al contrario de lo que los ilustrados del siglo XVIII creían, el ser humano no se rige por su capacidad de razonamiento sino por lo que siente. Muchas veces decide de manera inconsciente, acorde a lo que le dicta su experiencia emocional.
Muchas de esas decisiones, tomadas desde los afectos y la emotividad, suelen meternos en graves problemas. Conflictos familiares, laborales o políticos, y hasta económicos; todos ellos pueden surgir de nuestro mundo emocional.
En esta ocasión quiero adentrarme en el mundo de nuestras finanzas, donde las emociones pueden tener grandes estragos: deudas impagables, situaciones económicas comprometidas y ansiedad financiera, estrés, depresión, etc.
Gastos emocionales
Cuando manejamos nuestras finanzas desde el ámbito emocional, provocamos lo que se llaman “gastos emocionales”. Este tipo de gastos surgen cuando pasas por un fuerte momento emocional que puede ser positivo o negativo.
Un claro ejemplo de ello es el término “terapia de compras”, que busca combatir la depresión, el aburrimiento, la frustración, la falta de autoestima y cualquier otro estado de ánimo.
Pero también la dicha nos lleva a comprar para compartir nuestra alegría con los demás, aunque al final terminemos con remordimientos por hacer gastos impulsivos. Un ejemplo claro es cuando cobramos el salario: nos abarca una sensación de abundancia, que sin duda nos lleva a realizar más gastos en caprichos.
Hay, sin embargo, una emoción mucho más poderosa que nos lleva a gastar hasta lo que no tenemos: la envidia. Vivir comparándonos con los demás nos enfrenta a un terreno resbaloso, pues es meramente simbólico. Identificamos en el otro aquello que nos representa riqueza y, por ende, debemos tenerlo o mejorarlo. Esto es algo que lleva a muchas personas a vivir más allá de sus posibilidades, con deudas excesivas e inestabilidad financiera.
El sentimiento de culpa es otro de los grandes impulsores de los gastos emocionales. Buscamos compensar nuestras fallas comprando regalos o dando dinero.
Patrones emociones sobre el dinero
Los expertos en finanzas personales nos dicen que el miedo, la vergüenza y la ira son las emociones más comunes y frecuentes alrededor del dinero. Basta pensar en la forma en que nos sentimos cuando la cuenta bancaria está a punto de quedarse en ceros. O la forma en que fluyen las emociones cuando no se puede hacer frente a un pago o frente a un pago imprevisto.
El dinero provoca, definitivamente, toda clase de sentimientos desde el rechazo hasta la codicia y ello genera patrones de comportamiento frente al dinero. Veamos algunos ejemplos.
- Fuente de todo mal
Hay quienes creen que el dinero es la fuente de todo mal, como si fuera algo sucio, malo, inmoral. Por tanto, piensan que las personas ricas son poco éticas, deshonestas, codiciosas y no merecen el dinero. Quizá detrás de esta última idea también esté la envidia.
Ante ello, hay que aprender a ver al dinero sólo como un instrumento y de una manera neutral, sin cargas axiológicas (bueno/ malo).
- El dinero es la felicidad
Las personas creen que el dinero puede resolver todos sus problemas y sienten que nunca tienen suficiente dinero. Las personas que rinden culto al dinero suelen ser adictas al trabajo, gastan compulsivamente, se sienten infelices cuando no pueden tener o hacer algo, sus diálogos giran en torno a su escasez o su posesión.
- Tato tienes, tanto vales
Hay una creencia de que el dinero está directamente relacionado con el valor personal, la autoestima y la autopercepción. Buscan el reconocimiento social o el estatus a través de la posesión de objetos, bienes materiales y de una imagen corporal determinada.
- Todo está controlado
Son personas ahorradoras y valoran mucho una vida austera. Buscan optimizar todo lo que tienen, pero esto les puede dirigir hacia conductas de avaricia y miseria. Estas personas tienen un miedo excesivo a gastar el dinero. Pueden llegar a entrar en pánico ante un gasto imprevisto.
Desórdenes financieros
Lo que sentimos respecto al dinero y su manejo también pueden proyectar ciertos desórdenes financieros como vivir siempre endeudados o arriesgarse demasiado en las inversiones. Pero los desórdenes financieros son comportamientos autodestructivos derivado de una mala gestión emocional, como hemos visto previamente.
Estos comportamientos autodestructivos que llevan a desórdenes financiero se caracterizan por algunas de estas conductas:
- Gasto excesivo.
- Gasto insuficiente.
- Pedidos de préstamos en serie.
- Mentir sobre la realidad financiera (a la familia o pareja).
- Adicción al trabajo.
- Controlar a los familiares o pareja a través del dinero.
- Ser cómplice de una adicción financiera.
- La acumulación desmedida de dinero.
- Culpabilidad y vergüenza por la pobreza o la riqueza.
- Hacer frente a la ansiedad de dinero rechazando o evitando la propia realidad financiera.
Todos estos comportamientos llevados al extremo son evidencia de un desorden financiero asentado en la relación insana que se tiene con el dinero. Considera que tu relación con el dinero refleja tu relación contigo mismo.
Cómo tener Inteligencia emocional financiera
- Identifica lo que sentías al momento de hacer una compra o un pago impulsivo.
- Pregúntate cómo mejoró o empeoró tu estado de ánimo con la compra o pago impulsivo.
- Identifica alternativas para el manejo de tus emociones que no sea a través del gasto.
- Busca ser más consciente de tus emociones para lograr hacer compras racionales.
- Explora con detenimiento de dónde es qué vienen esas creencias de ‘carencia’ o cualquier etiqueta que le pusiste al dinero.
- Elige qué nuevas creencias quieres depositar en el dinero que cambien positivamente tu perspectiva al respecto.
- Asume con responsabilidad tu vínculo con el dinero.
- Aprende a estar en el presente. Te ayudará a no angustiarte por lo gastado o por la incertidumbre financiera del futuro.
- Sé amable contigo, no intentes castigarte por los errores financieros que cometas. Ten paciencia, sigue trabajando en lo que sientes y tu vínculo con el dinero.
- Si tienes dificultades para sanar tu relación con el dinero, un profesional de la salud emocional puede ayudarte, ya que se trata de tu mundo emocional y no de tu cartera.
JORGE DOMÍNGUEZ | PSICOTERAPIA