Hoy te daré algunas claves de cómo superar conflictos emocionales no resueltos para vivir en libertad psicológica y avanzar a tus metas.
Ya lo dije antes, pero lo repito ahora: Los conflictos emocionales no resueltos son como pequeñas dosis de veneno que a la larga nos dañan gravemente. Éstos generan pensamientos negativos debilitantes que con el correr del tiempo pueden tener nefastas consecuencias.
Atraen a nuestra vida malestar y sufrimiento con el que nos victimizamos sin lograr verdaderos beneficios ni estabilidad emocional. Porque si ese conflicto emocional no resuelto es demasiado intenso y se mantiene acumulado puede desembocar en cuadros de ansiedad o depresión, siendo imposible salir de ello hasta que se resuelva el conflicto.
¿Cómo identificar un conflicto emocional no resuelto?
Para solucionar un conflicto emocional primero hay que detectarlo e identificar si los has resuelto o no. Para ello puedes seguir estas 4 claves:
- ¿Eres capaz de desconectarte emocionalmente mientras relatas tus recuerdos al respecto? Si hablas de ello sin sentir emociones, y lo expresas sólo desde la racionalidad, entonces el conflicto no ha sido superado. No te has dado tiempo a nombrar tus emociones.
- ¿Sientes una respuesta emocional desproporcionada que no puedes controlar cuando hablas de ello? Si al contrario del punto anterior, cuando narras los hechos sientes como si hubiesen sido ayer, te duelen, enojan o entristecen con la misma intensidad… entonces el conflicto no se ha resuelto.
- ¿Evitas el tema? ¿Evitas recibir comentarios al respecto? Si es así es que todavía el conflicto te incomoda y, por tanto, no lo has superado.
- ¿Aún tienes idealizado el suceso? ¿Sólo ves lo bonito de la situación? Seguramente te falta objetividad ante los hechos y no has logrado superar el conflicto en su justa medida.
Estas cuatro claves pueden señalarte que aún falta identificar y nombrar las emociones involucradas en el conflicto. Éstas hay que vivirlas, sentirlas y pasar por ellas cualquiera que sea su efecto. Es necesario no saltarte este proceso de sentir, no hay que evadir el dolor. Sólo así podrás afrontar el conflicto y superarlo.
¿Cómo superar un conflicto emocional no resuelto?
Aunque no hay un manual de instrucciones generales para superar un conflicto emocional no resuelto, sí puedo brindarte algunas claves para que comiences a hacerlo. Tomando en cuenta también que, si esto te supera, siempre será importante solicitar apoyo y guía de un profesional de la salud emocional.
1. Reconocer que se tiene un conflicto
Como lo he señalado previamente, lo primero que todo conflicto requiere para ser resuelto es a) que nos demos cuenta que para nosotros representa un conflicto y b) que es necesario resolverlo de manera apropiada.
2. Asume que conflicto está en tu interior
Hay que comprender de raíz que el conflicto está en nuestro interior. Las causas de nuestro conflicto nunca están en el exterior, en los demás. Aunque las circunstancias puedan generar detonantes del conflicto, éste siempre nace dentro de nosotros.
Su origen puede ser una creencia limitante en el subconsciente, una experiencia interpretada de forma errónea, una forma rígida de pensar e interpretar determinadas situaciones. Expectativas infundadas que no se cumplieron o proyecciones, etc. Aspectos internos con los que mediamos nuestra realidad inmediata.
La clave para cualquier proceso de sanación es localizar la raíz, ese núcleo de pensamientos y sentimientos, desde el que se genera todo lo demás. Una vez localizada la idea inconsciente que está perpetuando el problema, ya está dando el primer paso.
3. Liberación emocional
Ya te has dado cuenta el origen del conflicto y sabes que está en ti, es momento de dejarlo atrás, es momento de dejar fluir las emociones enquistadas relacionadas con el conflicto en concreto, a veces contenidas por años.
Es importante dejar fluir esas emociones, porque son energías que están concebidas para que pasen a través de nosotros con un mensaje momentáneo y transiten. No son algo que deba estancarse en nosotros, son como agua que tiende a pudrirse si no corre.
Debemos descargar las emociones, hacer una liberación de ellas sin temor a experimentarlas plenamente para que pasen a través de nosotros y luego soltarla para recuperar nuestro equilibrio. Una descarga emocional saludable, aunque nos atemorice o duela, siempre deja sensación de alivio.
Por el contrario, una descarga emocional no sana es aquella que justificamos, racionalizamos y repensamos constantemente, regenerando la emoción una y otra vez en un bucle sin fin.
4. Resignifica el tema
Un momento difícil en el proceso de resolver un conflicto emocional para sanar. Trata de revisar el tema o asunto del conflicto y aprender a mirar de una forma nueva, desde una perspectiva nueva.
Muchas veces el conflicto se fundamenta en nuestra incapacidad de mirar las cosas desde diversas perspectivas, de nuestra poca flexibilidad. No estamos dispuestos a cambiar la forma en la que pensamos y mucho menos hacemos posible darle un nuevo significado a lo que nos pasó.
Considera que lo que te hace feliz o infeliz no es lo que te pasa, sino lo que opinas sobre lo que te pasa. Por ello, es necesario encontrar nuevas formas de interpretar nuestra experiencia, mirándola desde una perspectiva neutral, amorosa y precisa.
5. Ponte en acción
Finalmente será necesario que pongas en práctica una nueva forma de verte a ti misma, a ti mismo; así como renovar tu mirada hacia la vida, hacia los demás, hacia el tema mismo del conflicto.
Una vez que afrontas de esta manera el conflicto se debe estar dispuesto al cambio en acciones, a vivir de otra manera y asumir la vida con el aprendizaje de este proceso, que deberá ser un cambio de perspectiva, que nos brinde bienestar y salud emocional.
JORGE DOMÍNGUEZ | PSICOTERAPIA