Cómo sanar la relación con los hermanos y restituir el orden armonioso del sistema familiar a través del respeto y equilibrio.
Este 5 de septiembre se celebra el Día Mundial del Hermano para rendir homenaje a uno de los miembros del sistema familiar más cercanos, con los que crecemos, compartimos techo e incluso, en algunos casos habitación, ropa, y confidencias. Un buen motivo para hablar de cómo sanar la relación con ellos.
Los hermanos
Son la primera relación de igual a igual que entablamos en la vida. Gracias a ello aprendemos a compartir, hacemos alianzas, a tener claro que no somos el centro del universo; a la vez descubrimos la rivalidad fraterna y desarrollamos el amor por los iguales, la solidaridad y la empatía.
Aunque, suele suceder que, por muy estrecha que pudiera parecer nuestra relación con los hermanos, pueden presentarse conflictos, especialmente cuando el orden sistémico se interrumpe o altera. No olvidemos que hay que honrar a quien llego primero.
Cada hermano tiene su lugar en el sistema familiar. El mayor tiene más jerarquía que el segundo, y el segundo tiene más jerarquía que el tercero. Cuando uno de los hermanos desconoce este orden se genera tensión entre ellos.
Por otra parte, por ejemplo, cuando un hermano tiene un destino difícil, los otro o alguno de ellos sentirá culpa. Esa culpa no le permitirá avanzar en la vida y buscará auto sabotearse, en el mensaje interno de “yo como tú”. Entonces ese hermano se convertirá en el hermano salvador de sus hermanos. Terminará por ayudar en exceso, quitándole todo el poder al hermano que pasa dificultades.
Así, algunas formas de trastocar el sistema, conflictúan la relación entre los hermanos de manera inconsciente y alteran a todo el sistema, por ello es importante encontrar caminos de sanación de esos vínculos.
Cómo sanar la relación con los hermanos
Las constelaciones familiares señalan que para restablecer una relación fraternal se puede:
- Reconocer la igualdad entre hermanos.
- Respetar el orden.
- No ser mediador en los conflictos entre padres e hijos.
- Aceptar el papel y los procesos de cada quien.
- Mostrar apoyo
- Expresar afecto y respeto.
- Procurar solucionar problemas desde el diálogo.
- Disfrutar el tiempo juntos todo lo que se puede.
Desde la vida emocional
Además, desde la vida emocional se puede sanar la relación entre hermanos haciendo un trabajo terapéutico consciente con algunas de estas estrategias.
- Conciliar heridas de la infancia. los celos, pleitos y conflictos que se vivieron cuando eran niños, deben ser conciliadas, perdonadas y soltar ese malestar.
- Desligar del quehacer de los padres. En algunas relaciones entre hermanos, los conflictos se deben al comportamiento de los padres, para sanar este vínculo es necesario desligar lo hecho por los padres de nuestra relación con los hermanos.
- Marcar límites. La intimidad y confianza de los hermanos suele ser un motivo para que unos se entrometan demás en la vida de los otros, hagan bromas o busquen controlar sus vidas. Esto es motivo de dolorosos conflictos y la solución, que no siempre es fácil, es poner límites.
- Evitar los juicios. No importa lo inconforme que uno se encuentre por la forma en que los hermanos llevan sus vidas, nos toca comprender sus decisiones y apoyarlas sin enjuiciarlas.
- Empatía. Cada hermano tendrá una experiencia de vida diferente, aunque hayan sido educados de la misma manera, cada uno enfrentará la adversidad de manera diferente, se requiere que entre los hermanos exista la empatía y, al comprender su situación, darle una mano.
- Ser conciliadores. Aunque no seamos originadores de conflictos, los hermanos podemos mediar entre los demás para lograr acuerdos, conciliar posturas y motivar reencuentros. Siempre sin pretender ocupar un lugar que no es el que nos corresponde ni alterar la jerarquía entre hermanos.
- Mostrar apoyo. Seamos soporte para nuestros hermanos, no los abandonemos cuando más requieren de una mano que les haga sentir acompañados, protegidos, amados.
- Compartir y mostrar afecto. Aunque los hermanos sepan que los amamos por ser nuestros hermanos, siempre es un buen ejercicio mostrarles afecto; igualmente si se trata de compartir.
La relación entre hermanos, especialmente cuando se es adulto, puede resultar compleja y distante; sin embargo, siempre hay oportunidad de sanarla y estrecharla, por el bien del sistema familiar y de uno mismo.
CONSTELACIONES FAMILIARES MONTREAL
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