Cómo lograr la reconciliación en una relación dañada es un proceso difícil, pero no imposible: las partes involucradas deben estar honestamente dispuestas a esto.
Tiempo de paz, tiempo de amor… así canta el villancico decembrino que promueve una temporada de armonía entre las personas, especialmente entre los seres queridos. Sin embargo, no siempre es así, las personas vivimos desacuerdos, conflictos y disgustos que nos distancian, que nos mantienen alejados a veces incluso guardando resentimiento y rencor.
La reconciliación es la llave que puede devolvernos a ese tiempo de paz, que puede recuperar relaciones quebrantadas y devolvernos la paz. Es un buen momento para hablar de ello, ¿no crees? De cómo lograr la reconciliación.
Reconciliación
Reconciliarse no es sólo otorgar el perdón o recibirlo, sino que busca recuperar o restaurar una relación dañada. El caso del perdón se trata de un proceso personal de trabajo sobre sentimientos, pensamientos y conductas de quien se siente herido y debe procesar sus emociones frente al dolor y quien le lastimó, aunque el perdón no siempre restituye la relación.
Para que haya reparación del vínculo tiene que pasarse por un proceso psicológico tanto cognitivo (conocimiento y reconocimiento de la historia vivida), como emocional (empatía, responsabilidad, disculpa y perdón).
Cómo lograr la reconciliación en una relación dañada
Algunos autores consideran que lograr la reconciliación requiere de: verdad, justicia, reparación y perdón.
*Verdad
Para que haya reconciliación se requiere que la verdad salga a la luz. Es decir, las personas involucradas deben ser conscientes de la realidad vivida, del daño sufrido, las acciones que se presentaron en el momento de la fractura de la relación, etc.
Sin embargo, la verdad no debe ser un reclamo lleno de resentimiento, ni una visión parcial de los acontecimientos. Quien desea reconciliarse evoca la verdad para procurar una reparación del daño.
*Justicia
Los involucrados en el proceso deben, cada uno, admitir su responsabilidad en la situación. Aceptar lo sucedido, asumir las acciones que cada quien cometió en el momento, y rendir cuentas al respecto. Cada persona que busca la reconciliación debe aceptar el papel que juega en la historia, sin escabullirse ni tratar de desmarcar su responsabilidad; pues en todos los conflictos hay dos partes, cada una jugando un rol determinado. No hay víctimas ni victimarios.
*Contrición
Para que exista una verdadera reconciliación, las partes en conflicto también tienen que observar la voluntad de la contraparte para no volver a actuar de tal manera que repita el daño causado. Por ejemplo, que no se vuelva a cometer la infidelidad en la pareja.
En esta etapa debe evidenciarse el deseo de reparar el daño hecho por los actos cometidos (y otros asumidos como propios) y de no repetirlos.
*Reparación
La persona que sufrió el daño requiere una compensación por los hechos que la hirieron. Requiere una reivindicación de su nombre y su posición en la relación, así como sus derechos. Igualmente necesita acompañamiento, empatía, solidaridad y reconocimiento.
*Perdón
aunque éste es deseable, quien ha sido lastimado no tiene el deber moral del perdón, no se puede obligar a nadie a perdonar. No se puede imponer a nadie las emociones o el momento preciso para liberarse de emociones dolorosas.
El perdón debe estar planteado desde el respeto, la empatía y la responsabilidad.
En psicología el perdón puede entenderse como el deseo de abandonar el derecho al resentimiento, al juicio negativo y a la conducta indiferente hacia quien ha herido injustamente, a la vez que se fomentan la compasión, la generosidad e incluso el amor hacia quien nos dañó.
Consideración final
Aunque ya sabes el camino a la reconciliación, recordemos que ésta debe darse en el momento en que los involucrados en el conflicto se sientan capaces de pasar por el proceso de forma honesta y auténtica. Y aunque exista el perdón, éste no siempre derivará en reconciliación; por el contrario, podemos experimentar la reconciliación, pero no el perdón.
Esto último se da muchas veces en la pareja, luego de una infidelidad: la pareja vuelve a estar junta, pero quien vivió la infidelidad aún no alcanza a perdonar.
Como podemos ver, no es un proceso fácil, pero vale la pena; sin olvidar que en el camino muchas emociones se verán involucradas y hay que saber gestionarlas o tener una guía profesional para hacerlo de manera óptima.
JORGE DOMINGUEZ | PSICOTERAPIA