¿Y este lunar que antes no estaba aquí? …Seguramente es un signo de alguna enfermedad; posiblemente tengo cáncer… ¿Y si me muero? Muy seguramente nadie irá a mi funeral… ¡Esto es una catástrofe!  

La mente de quien vive con un trastorno de ansiedad a veces no tiene freno, puede generar aceleradamente pensamientos que incomoden, asusten e inquieten a una persona; pero además son persistentes.  

Son los pensamientos catastróficos y pueden derivar de una patología mental.  

¿Qué es un pensamiento catastrófico? 

El pensamiento catastrófico o catastrofismo es un sesgo cognitivo que nos lleva a imaginar los peores escenarios posibles, lo cual nos conduce a alimentar una serie de creencias irracionales que terminan afectando nuestras actitudes, comportamientos y decisiones. 

Sin embargo, existen muy pocas posibilidades de que los desenlaces trágicos que la persona imagina lleguen a suceder. A pesar de ello, el paciente no consigue abandonarlos; y le causan mucho malestar. 

Los pensamientos catastróficos suelen estar asociados al trastorno de ansiedad o depresión, y pueden hacer la vida de quien los padece muy difícil.  

¿Cómo sé que tengo pensamientos catastróficos? 

Si una persona cree que un lunar que le ha nacido en alguna parte del cuerpo significa cáncer, muy posiblemente acudirá a su médico para confirmar o no el diagnóstico. Luego de ello, en caso de no ser nada de gravedad, se quedará tranquilo y continuará con su vida.  

Pero en el caso de quienes sufren de ansiedad o tienen un sesgo cognitivo catastrofista, no se quedarán en paz. Sus pensamientos en algún momento lo llevarán a considerar, incluso, que el médico está equivocado y que no supo diagnosticar su mal. Nuevos escenarios desastrosos vendrán a su cabeza, de modo sucesivo.  

Esta clase de pensamientos generan en un estado de miedo, aprehensión, irritabilidad, negatividad y sensación de amenaza. 

Para saber si lo que se está pensando y es tan tormentoso, podemos considerar que: 

• Aparecen en la mente del paciente inesperada e involuntariamente. 
• Son pensamientos recurrentes y pesimistas.  

• Implican cierta distorsión de la realidad, que se percibe mucho más peligrosa, trágica o triste de lo que es en realidad.  
• No sirven para nada, no nos llevan a ningún lado y son contraproducentes.  
• En lugar de llevar a buscar una solución nos llevan a multiplicar el miedo.  

La probabilidad subjetiva 

Implica que cuanto más pensamos una cosa, más probable nos parece; aunque la realidad demuestre lo contrario. 

¿Cómo lidiar con los pensamientos catastróficos?  

Lidiar con los pensamientos catastróficos es fundamental para poder tener una mejor calidad de vida y libre de ansiedad, de lo contrario la mente puede llegar a trastornarse de tal manera que logre incapacitar a una persona. Por ello aquí dejo algunas claves para lidiar con los pensamientos catastróficos.  

• Evitar la información que refuerce lo catastrófico.  
• Intercambiar con otras personas propuestas constructivas y revitalizantes, que impliquen estrategias de enfrentamiento de la situación y pensamientos compensatorios ante los miedos.  
• Rodearse de vínculos cariñosos y positivos.  

• Agradecer los pequeños detalles de la vida cotidiana.  
• Meditar, ver lo bueno que hay en el aquí y el ahora.  
• Poner énfasis en los recursos personales y del entorno.  

Sigue estas 5 estrategias:  

Exposición: No se debe huir del pensamiento, hay que intentar concentrarse en las consecuencias de los peores temores. Con esta estrategia se visualiza cómo sería la vida y qué pasos se daría para superar la situación que atemoriza. Exponerte al pensamiento y explorarlo puede generar la idea de control o disminuir el impacto de lo que nos causa temor.  

Distracción. Cuando nos asalte el pensamiento, habrá que concentrarse en una actividad o tarea determinada con el fin de alcanzar la distracción y dejar atrás los pensamientos catastróficos. Una estrategia compleja que seguramente requerirá mucha práctica y apoyo.  

Posposición. Los pensamientos de este tipo llegan en cualquier momento y no nos abandonan fácilmente; sin embargo, podemos negociar con ellos y posponerlos para un momento en el que estemos en un ambiente controlado. Es decir, pensar a propósito, pero en nuestros propios términos. Seremos quienes dominemos el pensar y no al revés.  

Aceptación. Los pensamientos de este tipo no suelen ser muy fáciles de manejar; no obstante, podemos ponernos como objetivo aprender a gestionarlos de forma que podamos minimizar la ansiedad que nos producen. No hay que tratar de rechazarlo sino dejar que pasen.  

Expresión. Hablar o escribir de nuestros miedos puede resultar de ayuda. Algunas terapias incluso implican dibujar los miedos, y mientras se trazan los dibujos la mente se distrae.  

Tomemos en cuenta que cualquiera de estas medidas exige controlar los pensamientos, algo que resulta difícil de conseguir sin ayuda especializada. Pero es posible que, si practicas con regularidad logres algo de mejoría. 

🌐 JORGE DOMÍNGUEZ | PSICOTERAPIA