Cómo liberarme de una familia tóxica es un tema complejo: aunque nos produzca heridas, tenemos lazos que nos unen fuertemente. Por ello hoy te invito a conocer algunas claves para ponerte a salvo.
Este 15 de mayo se celebra en Día Internacional de la Familia, una gran oportunidad para recordarnos lo importante que es ésta en nuestro desarrollo como personas; pero también para hacer consciencia que la familia no siempre debe permanecer a nuestro lado, especialmente si nos causa daño.
Desde la infancia, la familia es el núcleo elemental de nuestra supervivencia, gracias a quienes la conforman somos capaces de crecer, aprender sobre el mundo y encontrar herramientas para afrontar la vida de la mejor manera.
La importancia de la familia
En el seno de la familia, recibidnos educación afectuosa y desarrollamos habilidades que requerimos para ser parte de una sociedad. En ella se tejen relaciones significativas que marcarán nuestro crecimiento y con las que ya adulto podremos tejer vínculos con otros a partir de los referentes que tuvimos en casa. He ahí la relevancia de vivir en familia.
Gracias a la familia adquirimos las habilidades necesarias para afrontar la vida de adultos y desarrollar todo el potencial; ésta nos moldea con formas de ver el mundo, maneras de pensar, nos ensaña a valorar la vida y la de los demás, y nos inculca valores.
En resumen, la familia nos ayuda a aprender quiénes somos, a desarrollar una personalidad y, claro, nos brinda apoyo emocional. Define elementos fundamentales para el resto de nuestra vida.
No obstante, no todas las familias cumplen con estas tareas, hay familias que dañan, traicionan, decepcionan o incluso abandonan y ejercen profundas heridas sobre nosotros. A esas familias les llamamos “tóxicas”.
Una familia tóxica
Aunque existen muchos modelos de familias, no toda familia con conflictos y diferencias es una familia tóxica. Una familia tóxica es disfuncional y provoca sentimientos negativos que afectan el desarrollo personal de cada uno de sus miembros, así como dañan su bienestar psicológico.
Este tipo de familia se caracteriza por:
- Abuso y violencia como el más sobresaliente de sus signos.
- Control excesivo.
- Conflicto constante.
- Falta de comunicación.
- Padres irresponsables.
- Adicciones.
- Invasión del espacio vital de las personas.
- Va de la sobreprotección a la indiferencia
- Es demasiado rígida.
- No hay límites claros.
- Hay codependencia
Vivir bajo estas condiciones, tanto para un niño, un joven o un adulto, puede suponer un trauma del cual difícilmente se pueda sanar del todo. El impacto negativo de estas huellas es muy intenso; de ahí que muchas veces se tengan dudas sobre la propia eficacia o nuestra valía como personas.
Sin embargo, aun cuando las heridas sean profundas, es difícil pensar si quiera en dejar a la familia, aunque sea necesario. Tomar distancia de una familia “tóxica” puede despertar emociones difíciles de gestionar y miedo a dar un paso definitivo.
No es fácil dejar a la familia
Estamos atados a la familia por fuertes vínculos emocionales, no importa qué tan dañinos éstos sean, siempre será difícil tomar la decisión de separarse de ella porque te lastima. No es fácil dejar atrás recuerdos de la historia familiar, así como sus dinámicas; llevamos el sello de esas experiencias, por lo que somos parte de ese núcleo del que deseamos o necesitamos separarnos.
El costo emocional para separarse de la familia “tóxica” es pesado y no siempre se consigue la retirada, pues decir adiós a quien nos hizo daño no trae la sanación a la herida. Sin embargo, con trabajo emocional, casi siempre apoyado en la guía de un profesional de la salud emocional, se puede salir adelante y liberarse del yugo de una familia que nos daña.
Antes de separarse de una familia tóxica debemos asumir que somos parte de ella y que cada uno de sus miembros tiene una condición afectiva que también le ha dañado, ya sea porque sus padres (los abuelos) también les lastimaron o porque la dinámica ha intoxicado a todos.
Por ello, debemos ser conscientes de la medida en que los lazos familiares están afectados y si es posible aún comunicarnos con los demás de forma constructiva, intentando “salvar la relación” (incluso a través de terapia familiar) o definitivamente es tiempo de irse.
No sin antes empatizar con los demás, pensando en que cada uno de nosotros libramos nuestras propias batallas, de las que los demás —aunque sean de la misma familia— no saben nada.
Pero si ya no hay mucho qué hacer, si las conductas “tóxicas” son extremas, es momento de establecer distancia de por medio y tomar ciertas medidas.
Cómo liberarme de una familia tóxica
La manera más obvia de liberarse de la familia es establecer distancia física de por medio. Salirse de casa e incluso cambiar de ciudad. Sin embargo, las huellas emocionales seguirán estando en uno y nos llevarán a seguir atados a la dinámica disfuncional con la que hemos crecido, por ello, no basta alejarse de ellos, también hay que hacer un trabajo emocional que aquí te comparto.
1. Tomar en control
Los miembros de la familia con frecuencia intentan tomar el control de lo que haces de tu vida. De esta forma, es muy probable que te manipulen o incluso usen el chantaje emocional para poder hacer que hagas lo que ellos quieren. Por lo tanto, la mejor forma de neutralizar a un familiar tóxico es precisamente no cediendo a todas estas manipulaciones.
2. Comprender el origen del comportamiento
Para lidiar con las personas tóxicas de manera exitosa y sin recibir más daños, es aconsejable entender el origen de su comportamiento. Muchas veces, cuando la familia nos daña, creemos que sus acciones son algo contra nosotros, pero en realidad puede ser rasgos heredados por el entorno de origen, preocupaciones y dificultades de índole personal o económico… No necesariamente es algo personal.
3. Límites
Ya en otras ocasiones hemos hablado de lo importante de poner límites a quienes nos han dañado, especialmente si se trata de la familia. Los límites son fundamentales para alejarnos de las personas tóxicas, por lo que hay que aprender a decir NO, y dejar de intentar complacer a la familia.
Los límites serán fundamentales cuando intentes separarte de la familia, pues tus familiares intentarán hacerte sentir mal por no ceder a sus demandas, hay que ser firmes.
4. No solucionarles los problemas
Cuando los demás se dan cuenta que se ponen límites y se dice No, probablemente intentarán chantajearte y te dirán que “te necesitan”. Recuerda que no te corresponde solucionar los problemas ajenos, especialmente si el otro no tiene la voluntad de cambiar. No estamos obligados a estar en los momentos difíciles.
5. Mirar las fortalezas
Claro que vas a extrañarlos, es tu familia; sin embargo, recuerda que has tomado una decisión que te pone a salvo. Ten presente tus fortalezas, porque los demás intentarán debilitarte con la crítica y generar una nueva dependencia hacia tu núcleo familiar. El autoconocimiento puede ser una buena herramienta para frenar los ataques de un familiar tóxico.
6. No esperar el cambio
Es vital que tengas presente que las personas “tóxicas” no cambian si no es por propia voluntad; no dejarán de dañarte porque amenaces con dejarlas. Considera que tú propio cambio no va a contagiar a los demás, sino te permitirá ver la vida de diferente manera y te hará libre. No esperes que el otro cambie, pues no sucederá.
7. Elegir las batallas
Es una buena frase la que reza: “elige tus batallas”. Lidiar con una familia tóxica y tratar de ponerte a salvo puede ser emocionalmente agotador. No puedes estar lidiando todo el tiempo con los mismos conflictos permanentemente. Por este motivo es esencial que decidas en qué momento actuar para marcar los límites y en cuáles dejarlo pasar para no cansarte.
8. No ser víctima
En muchos casos las personas que sufren de los ataques acaban asumiendo el papel de víctima en sus relaciones familiares. Tanto es así que en muchas ocasiones no toman acción y acaban siendo sumisos a cada uno de sus ataques. Esto puede conducir a la indefensión aprendida, que puede conducir a la depresión, la ansiedad o incluso ideas suicidas.
9. Concentrarse en la solución
Liberarse de la familia tóxica requiere un trabajo mental concienzudo, lo que significa dejar los pensamientos negativos, dejar de rumiar ideas limitantes y recuerdos hirientes. Se debe generar pensamientos positivos enfocados a la solución de neutralizar a la familia y sanar las heridas.
10. Perdonar sin olvidar
Un paso relevante para liberarse de la familia tóxica es la práctica del perdón. Vivir con el rencor no sirve de nada, hay que dejar atrás el conflicto y saber perdonar las actitudes. Pero no se trata de olvidar del pasado, porque pueden repetirse situaciones similares que deberás afrontar sabiamente.
11. Elige una nueva familia
Si los amigos —como dicen— son la familia que uno eligió, asegúrate de elegir una nueva familia que te acoja cálidamente. Evita repetir patrones rodeándote de personas positivas, emocionalmente balanceadas, asertivas, que te ayuden a neutralizar los efectos de una familia tóxica.
Como he dicho, liberarse de una familia tóxica no es fácil y requiere, en el camino, de ir sanando heridas, de trabajar con las emociones propias y definir un espacio personal donde nadie pueda lastimarte más. Si de manera individual el trabajo se hace difícil, puede consultar a un especialista que te apoye.
JORGE DOMÍNGUEZ | PSICOTERAPIA FAMILIAR