0 Items
514 946 5758

Es momento de reflexionar más respecto a este tema: ¿Cómo hablar de enfermedad mental en la familia? Los jóvenes no están pudiendo hacerlo con sus padres.

Hace unos días leí en las redes sociales el siguiente mensaje. Aunque no estaba dirigido a mí, llamó mi atención por las respuestas que obtuvo por parte de otros jóvenes en casos similares. Muchos tienen dificultades para hablar de su salud mental con la familia.  

¿Cómo le digo a mi mamá y a mi papá que ellos no son culpables de que mi hermano y yo tengamos estos pesares con nuestra salud mental? ¿Cómo les digo y que yo no llore, y no les haga llorar? 

Me parece un tema relevante que debemos abordar en el mayor número de espacios de comunicación posibles. Es necesario que la familia sea capaz de comprender lo que es la enfermedad mental, su origen neuropsicológico y dejar de estigmatizarlo, sufriéndolo con culpa, vergüenza o enojo.  

Asimismo, hay que recordar que la salud mental es multifactorial y no es el resultado de una decisión o de un comportamiento de riesgo, ni se tiene culpa alguna de que los hijos o seres queridos las padezcan. Ni siquiera ellos mismos la han adquirido voluntariamente. 

El origen de la enfermedad mental 

Aunque existen factores genéticos y de historia familiar, no es una decisión personal que se imponga sobre la salud de la familia; la mayoría de las enfermedades mentales puede tener origen en diversos factores que confluyen en cierto momento.  

La experiencia de vida, el estrés, el abuso durante la infancia, pueden ser detonadores de ciertas enfermedades mentales, pero también lo son los factores biológicos como los desequilibrios químicos en el cerebro (especialmente la ansiedad y la depresión). Las lesiones traumáticas, la falta de socialización, el confinamiento (como sucedió en la pandemia de Covid 19). No existe una única causa de la enfermedad mental, y con ello tampoco hay motivo de culpa o vergüenza. 

Una generación en riesgo 

De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS) la depresión, la ansiedad y los trastornos del comportamiento se encuentran entre las principales causas de enfermedad y discapacidad entre los jóvenes. El suicidio es la cuarta causa de muerte entre los jóvenes de 15 a 19 años. 

Por su parte, la Federación de Organizaciones de Seguros de Salud de Estados Unidos reveló que la generación de los llamados millenials (nacidos entre 1981 y 1994) tendrán peor salud que sus mayores (11% menos que la generación X). De acuerdo con el estudio, el declive en la salud de esa generación podría comenzar a partir de los 27 años.  

Además, se identificaron los 10 problemas de salud más recurrentes en la también llamada generación Y. Entre esos padecimientos, seis de ellos son condiciones mentales adversas:  

  • Ansiedad y depresión.  
  • Adicciones a drogas.  
  • Consumo de alcohol.  
  • Hiperactividad.  
  • Hipertensión.  
  • Hipercolesterolemia  
  • Colitis ulcerosa y enfermedad de Crohn.  
  • Psicosis.  
  • Diabetes tipo 2.  
  • Consumo de tabaco. 

No conforme con que la salud de los jóvenes está muy comprometida, el estudio señala que su dependencia a la tecnología podría hacerlos aún más vulnerables. ”El abuso de las tecnologías incrementa el riesgo de desarrollar problemas cardiovasculares, debido al sedentarismo que conllevan, además de favorecer la aparición de obesidad o diabetes. También hace que se esté menos conectado con los que están cerca, y que las relaciones sociales se vean mermadas, aumentando la sensación de soledad y tristeza, que en algunos casos puede conducir a una depresión”. 

Asimismo, las exigencias sociales a las que se ven sometidos son un detonante para muchas de esas enfermedades enlistadas previamente. El estrés, insomnio, la carga académica y laboral, la presión social, el consumismo, vivir en ciudades contaminadas, con hacinamiento, violencia, desempleo, etc. Todos estos factores también exponen a los jóvenes a ciertos trastornos mentales. 

No hay un culpable, como no lo hay en cualquier otro tipo de enfermedad.  

¿Por qué duele a los padres hablar de la enfermedad mental de los hijos? 

La respuesta podría ser obvia. Les duele porque todo aquello que suceda de mal a sus hijos duele, pero no es la única razón. Muchas veces los padres sufren la condición de los hijos por temor a que éstos sean estigmatizados, discriminados y maltratados por los demás. A veces sufren por miedo y por desconocimiento de la enfermedad.  

También, los síntomas de un padecimiento mental pueden alterar la personalidad de los hijos, los padres ya no los reconocen, no saben cómo tratarlos, temen estar equivocándose. Se paralizan ante el miedo de que la enfermedad trascienda a algo peor.  

Que los hijos pierdan la salud, física o mental, también significa un duelo para los padres. De ahí que cada uno pueda reaccionar de formas inesperadas para procesar sus sentires, con las muchas o pocas herramientas de inteligencia emocional que tengan. Algunos llorarán, otros evadirán el tema por no saber cómo manejarlo, otros más se enojarán, todo depende de la personalidad del padre o la madre.  

Lo importante es poder hablarlo juntos y que la familia sea una red de apoyo para el joven, y que éste pueda sentirse en confianza para expresar cómo se siente sin que los padres se alteren o angustien de más.  

**Importante, si la familia detecta que algún miembro tiene signos de alguna enfermedad mental, es fundamental acudir con un profesional, para un diagnóstico y tratamiento oportuno.  

¿Cómo hablar de enfermedad mental en la familia?  

Para aquellas familias a las que se les dificulta hablar de enfermedad mental cuando un miembro joven la padece, aquí algunas claves que pueden ayudar en la comunicación.  

  • La oportunidad de la comunicación es primordial. Procuren hablar en un momento de tranquilidad, sin prisas o junto a otros acontecimientos que pudieran mezclar la conversación.  
  • Definan un espacio físico en el que puedan hablar de ello, la sala, el comedor, las habitaciones… Un sitio donde puedan generar una atmósfera cómoda y de confianza.
  • Informarse es fundamental. Para que todos puedan comprender la condición que afecta a uno de sus miembros, es vital que la familia se haga de información científica y confiable para entender el transcurrir de la enfermedad y el tratamiento o terapia.  
  • Hablen de forma directa, abierta y con naturalidad. Que no sea la familia la primera en estigmatizar la enfermedad.  
  • Procuren usar una voz calmada y oraciones cortas.  
  • Deben estar dispuestos a escuchar, dejar que todos hablen de lo que están sintiendo y aceptar sus sentimientos.  
  • No juzgar o discutir. Nadie tiene las acciones correctas o las emociones adecuadas, que no haya juicios de valor, incluso si los padres lloran al hablarlo. Está bien, es parte del proceso.  
  • Cuidar el espacio personal. Debemos ser prudentes con el contacto físico afectivo; cada persona tiene su propio lenguaje del amor, algunos aceptan más los abrazos que otros. 
  • Mantener una actitud positiva y esperanzada de que las cosas irán mejor una vez que el tratamiento comience.  
  • Utilicen el sentido del humor, si es necesario; pero nunca la burla ni el sarcasmo.  
  • Demuestren interés mutuo. Tanto los hijos deben atender a las emociones de los padres sin cargarlos como responsabilidad; como los padres deben estar atentos a las emociones de los hijos sin calificarlas en positivas o negativas.  

En todo caso, la familia podrá contar con el apoyo de la psicoterapia familiar, una herramienta que procure un espacio seguro y la guía de un experto no solo de la comunicación asertiva, sino de la propia enfermedad.  

JORGE DOMÍNGUEZ | PSICOTERAPIA FAMILIAR 

De Frente a la Vida |CONTIGO

 

Curso impartido por Jorge Domínguez.

 

La comprensión de sí mismo es un acto obligado. Tal y como aprendimos a caminar, a hablar, a comprender el entorno y su funcionamiento, así mismo es necesario comprender nuestras herramientas tanto con las que hemos nacido como aquellas que con el tiempo se han desarrollado y adquirido.

 

Conocer quién eres y como funcionas, te abre a una riqueza inimaginable para mantener tu mente, tus emociones y tus actos en congruencia, en un estado de salud continuo tanto emocional, físico y psicológico. Te convierte en una mejor versión de ti mismo y es ahí que radica tu fuerza vital.

 

Basar tu experiencia de vida y tu bienestar en la ignorancia de ti mismo te condena a los peores males de tu existir.

 

Es importante comprender que vivimos en el sótano lúgubre de una maravillosa y resplandeciente mansión. A la cual pocas veces, o tal vez nunca, hemos podido conocer sus jardines y sus extraordinarias habitaciones. Para tener acceso permanente a toda nuestra mansión, es primordial conocer nuestra ubicación y la existencia de nuestras capacidades.

 

Frente a la vida contigo es una herramienta obligada para crear una mejor versión de ti, para continuar expandiendo tu conocimiento en plenitud que desembocan en estados de felicidad continua.

 

Durante las 5 horas estaremos frente a frente con aquello que permitirá: optimizar tus relaciones tanto contigo como con aquellas personas que se encuentran en tu entorno, vivir en estados de mayor plenitud con lo que haces, piensas y sientes. Comprender tus actos, tus pensamientos y tus sentimientos. Conocer las diferentes influencias que ayudan o impiden a que obtengas lo mejor de ti.

 

Dirigido a toda persona que desee realizar una mejor versión de sí misma.

 

 

Durante el mismo horario Laura Zazueta imparte la versión infantil, para los más pequeños de la casa: de 6 a 13 años. Si tienes hijos será una experiencia maravillosa para toda la familia.

¡Es ahora tu momento!

You have Successfully Subscribed!

Suscríbete

Suscríbete

 

Recibe temas e información importante para tu crecimiento personal

¡Felicidades! ya te has inscrito