Cómo escuchar a tu voz interior y atender a esa sabiduría intuitiva que has adquirido con el tiempo y te ubica en el camino apropiado.
Según algunas corrientes espirituales, la voz interior se corresponde con la conciencia universal. Por ello, es conciliadora pues no busca el beneficio de cada persona, en tanto a seres individuales y separados, sino que busca el beneficio de todos y cada uno de los seres humanos en su conjunto.
De acuerdo con Émilie De Tournay-Jetté, psicóloga, Instituto Universitario de Salud Mental de Montreal, “nuestra voz nos ayuda a construirnos como persona, a organizar nuestro pensamiento, a convertirnos en más estructurados y a planificar mejor las cosas. Es muy útil a lo largo de nuestras vidas“.
¿Todos tienen una voz interior?
Por otra parte, los trabajos del psicólogo estadounidense Russell Hulburt, pionero en la investigación de la experiencia interior, llegaron a la conclusión de que, como promedio, cada persona pasa una cuarta parte de su vida manteniendo este diálogo con su voz interior que le guía.
Aún más, Charles Fernyhough psicólogo de la Universidad de Durham, explica que nuestro diálogo interno genera casi 4 mil palabras por minuto, es decir, trabaja 10 veces más rápido que el habla verbal.
Sin embargo, no todas las personas tienen una voz interior en términos lingüísticos; sus diálogos internos no necesariamente se dan en palabras. Hay quienes practican esta reflexión interior a través de imágenes u otras perceptivas. De tal forma, se afirma que no todos tienen esta voz interior.
¿Qué clase de voz interior tengo?
La voz que nos habla no siempre es acertada y sana, a veces los diálogos internos que tenemos con ella son optimistas, pero otras son catastróficos, por ello se han catalogado estos tipos de diálogos internos de la siguiente manera:
- El estilo catastrófico: e suele enfocar hacia el futuro, viéndose éste como una amenaza. De esta manera la persona interpreta que cualquier cosa que ocurra puede convertirse en una tragedia cuando menos se lo espera.
- Estilo autocrítico: propio de las personas que se juzgan a sí mismas negativamente y que se critican por todo. Algunas frases de este tipo de diálogo son: “no puedo”, “soy incapaz”, “no lo merezco” etc.
- Victimista: un estilo que tienen que ver con el lamento. Los sentimientos de desprotección o desesperanza son los que gobiernan este diálogo.
- Autoexigente: estilo propio de las personas muy perfeccionistas que nunca parecen satisfechas con cómo hacen las cosas. Se muestran Intolerantes frente a los propios errores.
Escucha a tu voz interior
Para reconectar con nuestra voz interior, un paso imprescindible es abrir nuestro corazón y apagar el funcionamiento racional, o por lo menos reducirlo considerablemente. Igualmente debe haber una voluntad de reflexión, una disposición a ser conscientes de nuestro ser interior que nos reclama atención y silencio para entablar el diálogo.
Por ello, te dejo aquí algunas ideas de cómo conectar contigo:
- Hacer un espacio de silencio que permita escuchar esa voz interior. La meditación, las técnicas de relajación pueden ser de gran ayuda para disponernos al diálogo interno.
- Permitir que el corazón se sincronice con ese diálogo que nos muestre el camino de paz a seguir desde nuestro interior. Para ello podemos reeducar el pensamiento y evitar aquellas ideas negativas con las que nuestra voz nos amedrenta.
- Aprender a respirar correctamente, pues un adecuado ritmo de respiración nos conecta con nuestro interior.
- Disminuir el ritmo frenético de la vida y ser más sosegados ayuda a escuchar esa voz interior; nos permite estar en contacto con el mundo interior, con nuestro cuerpo, con nuestro propio ser.
- Escucharnos es también cuidar de nosotros: gestionar mejor las emociones, disminuir los niveles de estrés, ejercitarnos, alimentarnos de manera balanceada. Ello hará que nos sintamos vivos y estemos más dispuestos a escucharnos.
- Escuchar a los otros también abre canales para oír nuestra propia voz. Ser más humanitarios nos permite encontrarnos con el otro.
- Cultivar dinámicas que nos otorguen paz interior y nos abran a nuevas ideas.
- Conciliar es otra forma de escucharnos, ser compasivos con nosotros mismos y atender a nuestra propia voz sanamente.
Cuando surja duda, dificultad u obstáculo, ser fiel a tu voz interior te permitirá poner el foco en el verdadero camino para evitar un andar errático.
JORGE DOMÍNGUEZ | PSICOTERAPIA