¿Cómo enfrentar el miedo a la soledad? La soledad no es otra cosa que estar en ausencia de más personas, sin compañía; aunque también podemos considerar esa sensación que padecen algunos quienes, aun estando con otras personas, resienten la falta de compañía con pesadumbre. Este es uno de los grandes males de la época contemporánea.
En general, las personas podemos experimentar el sentimiento de soledad cuando no se tiene la interacción social suficiente, o nuestras relaciones sociales no son significativas; ello provoca una sensación de tristeza, lo cual es común y hasta normal; y por ello procuramos evitarlo, puesto que tememos al malestar que la soledad nos provoca.
Sin embargo, en casos extremos, la soledad puede detonar trastornos fóbicos, como la autofobia que puede incluso manifestarse a través de signos físicos similares a los trastornos por ansiedad.
MIEDO A LA SOLEDAD
Estar solo o sentirse solo, son dos grandes miedos de la sociedad actual. Este miedo está vinculado a otras emociones y condiciones, como el miedo al qué dirán, el miedo a fracasar y el miedo al abandono generado éste de la dependencia emocional. En el trasfondo, temer a la soledad está relacionado con el miedo a estar con nosotros mismos.
Miedo al qué dirán: las expectativas que imponen los demás sobre nosotros nos llenan de inseguridades sociales. Los otros van cuestionando nuestra vida a través de requerimientos que se miden través de los vínculos que tejemos con el tiempo: el noviazgo, el matrimonio, la paternidad/maternidad. Pareciera que nuestra vida gira con base a otros, cuando en realidad no es así. Estar solo da lugar a que otros nos cuestionen, que nos señalen o etiqueten, y eso asusta especialmente cuando nos importa lo que otros piensan de nosotros.
Miedo al fracaso: cuando las expectativas, propias y ajenas, que nos plantean la “obligación” de vincularnos con otros no se cumplen, habrá un sentimiento de fracaso y ello atemoriza. Estar solo es haber fracasado, por ello muchas veces nos resignamos a tener relaciones insatisfactorias con tal de no quedarnos solos y pasar por fracasados.
Miedo al abandono: y si ya se tiene a una pareja o un grupo de amigos, quienes tienen miedo serán capaces de cualquier cosa con tal de no quedarse solos. Muy posiblemente se someterán a la voluntad de los demás por miedo a ser abandonados al no cumplir con las exigencias ajenas.
QUEDARTE SOLO CONTIGO CAUSA TEMOR
También, en esencia, el miedo a estar solos se sustenta en el miedo de encontrarnos con uno mismo, a nuestra verdadera esencia. Tenemos miedo a ser quienes somos, a encontrarnos de frente con nuestras emociones y nuestras necesidades vitales.
Estar solo nos puede llevar a encontrar respuestas que están muy dentro de nosotros, que no necesitan que otros los validen, de las cuales debemos hacernos responsables aun cuando no nos gusten porque son propias, somos nosotros.
De igual manera, cuando tenemos respuestas que vienen de dentro, que de alguna manera ya sabemos, tememos escuchar nuestra voz porque ello nos impulsaría a ser responsables de nuestra realidad. Pero especialmente también tememos a ser libres, a no depender de nadie; porque de esta forma, no podemos culpar a nadie de nuestras acciones e historia.
GUSTO POR LA SOLEDAD
Hay quienes, por el contrario, tienen un gusto no muy saludable por la soledad. Gustan de ésta para evadir el establecer lazos afectivos y emocionales con otros. Aunque la soledad absoluta puede ocasionar daños a la salud; por ello es tan importante tener amigos, ellos benefician nuestra salud.
¿CÓMO ENFRENTAR EL MIEDO A LA SOLEDAD?
Enfrentar el miedo a la soledad tiene como principio reconocer que la soledad nos inquieta y que hay un trasfondo en ello, que no es solamente la falta de compañía.
Identifica entonces qué es eso que hay detrás de tu miedo a la soledad, qué otros miedos subyacen. Analiza las condiciones que circundan ese miedo: ¿cuándo sientes miedo?, ¿qué piensas en esos momentos?, ¿qué emociones te generan tales situaciones de soledad?, etc.
Reflexiona sobre esos miedos y la forma en cómo lo afrontas, así como la manera en que has afrontado otros miedos con éxito.
Afronta tus miedos progresivamente. Plantéate pequeñas metas que te encaminen a lidiar con tus miedos; toma decisiones y acciones que, aunque te causen temor, puedas afrontar poco a poco.
Cuida de ti, has de ti una prioridad. Esto te permitirá conocerte mejor, encontrar tus virtudes y fortalezas, sentirte más cómodo contigo y temer menos a la soledad.
Pide ayuda si tu miedo está limitando tu cotidianidad, si el temor a quedarte solo o sola te hace totalmente dependiente de otros. Puedes asistir con un profesional que te dé herramientas y los recursos para afrontar tu miedo a la soledad.
JORGE DOMÍNGUEZ | PSICOTERAPIA