Cómo enfrentar al futuro sin miedo es un tema que para algunos resulta complicado, la esperanza del devenir no siempre es alentadora; por el contrario, existe a quienes el futuro les angustia porque está marcada por la incertidumbre y ello llena de temor pues implica afrontar una situación nueva de la que no se tiene control.
El miedo al futuro puede ser motivo de estrés y crisis ansiosas, por ello hay que trabajar con los temores que subyacen al enfrentar el porvenir y aprender a gozar del aquí y el ahora. La preocupación por lo que vendrá impide disfrutar el presente, incluso paraliza para continuar la vida.
Algunas veces he podido observar en quienes acuden a psicoterapia que su preocupación estriba en si el futuro les hará experimentar resultados no deseados, contrarios a lo que se espera o anhela. Ese desconocimiento de lo que sucederá es lo que más les angustia.
La esperanza es la que nos mueve hacia el futuro, la que nos motiva a continuar; pero la sospecha de que los resultados no sean los esperados, que el futuro sea completamente insospechado y adverso, es justamente lo que provoca miedo.
Y es normal que en algún momento de la vida se pase por este temor; sin embargo, lo que se hace con ese miedo es lo que puede, o no, generar conflictos. Aprender a gestionar el miedo al futuro se vuelve fundamental.
Ansiedad anticipatoria
Uno de los grandes motivos por los que inquieta y atemoriza el futuro es porque la persona se enfrenta al devenir con ansiedad anticipatoria; es decir, prevé el futuro no como una posibilidad basada en una realidad objetiva sino con una visión catastrófica.
Al cuestionamiento sobre el futuro, se generan respuestas cargadas con pesimismo y pesadumbre, lo que genera preocupación y angustia excesiva, pensamientos obsesivos que giran en torno a predicciones negativas. Ello puede dar lugar a síntomas diferentes desde afectaciones por estrés hasta ataques de pánico.
Tenerlo todo bajo control no es posible
Previamente he escrito en este espacio sobre quienes necesitan tener la sensación de control. Tener la creencia de que todo está bajo control da cierta seguridad, provee de aparentes certezas y disminuye la ansiedad del futuro. Sin embargo, la vida nos expone a la incertidumbre y es la resiliencia la que nos acompaña para enfrentarla.
Ser capaces de afrontar la adversidad es una capacidad que todos tenemos, pero quienes temen al futuro la sienten debilitada y deberán trabajar en ella. Por eso suscribo algunos tips para lidiar con ese miedo a la incertidumbre que conlleva pensar en el futuro.
Cómo enfrentar al futuro sin miedo
Para superar el miedo al futuro hay que plantearse una serie de cuestionamientos que coloquen al individuo que lo sufre en un punto objetivo para discernir sus emociones justamente.
- ¿Qué es lo que me hace sentir la incertidumbre? ¿Qué emociones se identifica con esta falta de certezas además del miedo? Angustia, tristeza, inseguridad, inestabilidad… Hay que reconocer las emociones, no juzgarlas sino aceptarlas, para poder gestionarlas adecuadamente. Aprende de tus emociones.
- ¿De dónde vienen los pensamientos y las emociones que nos confrontan con el futuro? Puede que lo que pensamos del futuro tenga mucho que ver con las creencias, prejuicios e ideas aprendidas; pero también pueden venir no del pasado sino del propio futuro de la suposición.
- Evitar las suposiciones sobre el futuro. El mañana es un momento inexistente aún, todo lo que pensemos de él es una suposición; por el contrario puedes controlar solo el ahora, un presente que está en tus manos y que muchas veces arruinamos con sospechar el futuro y no vivir el presente.
- No repasar una y otra vez los pensamientos angustiosos sobre el futuro y la incertidumbre; hay que enfocar las ideas hacia otro punto. No hay que dedicar demasiado tiempo a conversar y reiterar lo que resulta preocupante.
- Cambiar el enfoque de los pensamientos ansiosos recurrentes; dejar que el sujeto de los pensamientos sea ese futuro que causa temor y dirigirlos hacia uno mismo. Esto se hace pensando en lo que gusta, lo que resulta placentero, cuidarse a sí mismo, dedicarse tiempo. Eso es estar más en el presente que en el futuro que tememos.
- Ser flexible y espontáneo, atreverse a afrontar la vida que es siempre cambiante. Realizar ejercicios que expongan a la persona a situaciones donde pueda no tener el control, pero que se sienta protegida porque se encuentra en un ambiente familiar.
Si el miedo te paraliza y parece superior a ti, háblalo con alguien de confianza, consulta a un profesional que te guíe a superarlo; nada tiene de malo ir a psicoterapia si eso te permitirá superar la vida desde hoy.