Hoy en día hablar de empoderamiento es una cosa común, casi podría decirse que es un término que está de moda y, cada día, cobra mayor relevancia en el discurso relativo a las capacidades de desarrollo especialmente de las mujeres.
De origen, el término empoderamiento procede de una palabra inglesa “empowerment”, la cual no tiene una definición única, pero que ha sido reconocida por la Real Academia de la Lengua Española como “dar u otorgar poder”.
No obstante, en términos de desarrollo humano, el empoderamiento es un proceso de toma de control y responsabilidad de nuestras acciones en búsqueda de lograr nuestras capacidades totalmente y con ello poder mejorar su propia vida.
El proceso de empoderamiento significa vencer una situación de impotencia y adquirir control sobre la propia vida. Es un camino dirigido a la autodeterminación y autonomía de cada persona, para que pueda fortalecer su autoestima y tomar decisiones sólidas sobre su propia vida.
Seguir un camino de empoderamiento permite a la persona desarrollar capacidades que le evitan seguir siendo una víctima pues le ayudan a tomar el control de su vida y que no sean otros los que decidan por ella. Entre estas capacidades se encuentran.
- Poder tomar decisiones por sí mismo/a.
- Acceder a información y recursos para tomar una decisión apropiada.
- Tener una gama de opciones de dónde escoger.
- Habilidad para ejercer asertividad en la toma de decisiones.
- Tener un pensamiento positivo y la habilidad para hacer cambios.
- Habilidad para aprender y para mejorar su propio poder personal.
- Mejorar la auto imagen y superar la estigmatización basada en prejuicios.
- Involucrarse en un proceso autoiniciado de crecimiento y cambios continuo sin parar.
Como consecuencia, quienes se empoderan aumentan sus niveles de confianza, autoestima, autoeficacia y capacidad para responder a sus propias necesidades, a recupera la creencia de que tienen derecho a actuar en las decisiones que le atañen.
Implica, asimismo, la capacidad de tomar las riendas de la vida, teniendo un control completo de nuestras acciones, estima alta, seguridad completa en uno mismo y control de las emociones. Es saber que podemos ser verdaderos protagonistas de nuestras vidas.
Empoderarte es hacerte responsable
Empoderarte es hacerse responsable de uno mismo y de las decisiones que se toman, de tal forma que no sea otro el que asuma nuestro destino arrebatándonos el poder sobre nuestra propia vida. Ello toma forma cuando comprendemos que somos únicos y que la vida nos pertenece. A partir de ese momento comenzamos el camino del autoconocimiento, valoración personal y de los demás, de la unión con otros hacia un bien común.
¿Cómo me empodero?
1. Cree en ti mismo y valórate.
2. Define qué es lo que quieres.
3. Sé positivo/a y utiliza un lenguaje positivo
4. Cambia tus creencias y di “Yo sí puedo”
5. Sé creativo/a
7. Persevera
8. Comunícate con asertividad
Alcanzar el empoderamiento nos hace ser conscientes de nuestro “poder”; de nuestras habilidades, debilidades, principios y valores. Es comenzar a tener autonomía sobre la vida tomando decisiones con la responsabilidad que cada una merece.
JORGE DOMÍNGUEZ | PSICOTERAPIA