Saber cómo ayudar a los niños a lidiar con el hostigamiento es importante para cualquier padre o cuidar, pues el fenómeno es cada vez mayor y requerimos promover que nuestros niños y adolescentes vivan en ambientes de bienestar y salud emocional.
Cada vez con mayor frecuencia los niños sufren de hostigamiento, tanto en el entorno escolar como social. Es un problema mundial y con consecuencias que pueden ser, incluso, fatales.
El hostigamiento o bullying, puede provocar sentimientos de dolor, miedo, enfermedad, soledad, vergüenza y tristeza en los niños. Los niños hostigadores pueden golpear, patear o empujar a alguien para lastimarlo, o inventarle apodos, amenazarlo, burlarse de él o atemorizarlo.
Ser víctima de hostigamiento, en cualquier entorno, es una pesadilla para los niños que puede dejar profundas cicatrices emocionales, muy profundas. En situaciones extremas, puede implicar amenazas violentas, daño a la propiedad o lesiones graves.
En todo caso, es importante tomarnos en serio el hostigamiento que puede atormentar a un menor física, verbal y psicológicamente. Este puede implicar golpes, empujones, insultos, amenazas y burlas; hasta extorsiones para conseguir dinero y pertenencias. También puede ser la difusión de chismes o rumores.
¿Cómo sé si mi hijo es víctima de hostigamiento?
El hostigamiento genera miedo, generalmente porque va acompañado con amenazas para lograr el silencio de la víctima, por ello es difícil que los niños denuncien que están siendo hostigados. Por ello hay que estar atentos a los niños, especialmente si sabemos que son vulnerables a tal agresión.
Por supuesto los primeros signos de hostigamiento son las huellas físicas, como moretones o lesiones visibles; pero por las lesiones emocionales no podrás identificarlas a simple vista. Sin embargo, existen algunas señales de alerta:
- Los niños actúan diferentes o parecen ansiosos.
- Tienes alteraciones en los hábitos alimenticios.
- Trastornos del sueño (no duermen o duermen mucho).
- No disfrutan lo que hacen.
- Se irritan fácilmente.
- Evitan determinadas situaciones (como ir a la escuela en autobús).
¿Cómo ayudar al niño que sufre hostigamiento?
Si adviertes algunos de estos signos en tus hijos o alumnos, pero la víctima no lo confiesa, trata de encontrar una oportunidad para sacar el tema de manera indirecta. Utiliza cuentos, algún programa de televisión o película que trate el tema.
Pregúntale qué opina sobre el tema o qué cree que debería haber hecho esa persona. Esto puede dar lugar a que se exprese.
Comparte tus propias experiencias o de algún familiar o gente cercana.
Permita que sus hijos sepan que, si están siendo víctimas de hostigamiento o acoso, o si ven que eso le sucede a otra persona, es importante decírselo a alguien (especialmente en quien confíe).
Atmósfera de confianza y contención
Sí el niño es capaz de expresarte que lo están hostigando, escúchalo calmadamente y dale contención y apoyo. A menudo, los niños son reacios a contarles a los adultos sobre este tipo de situaciones porque se sienten avergonzados y culposos, o les preocupa que sus padres se desilusionen, se depriman, se entristezcan o reaccionen ante la situación.
Es por ello que es importante hacerles saber que no son culpables, porque así se siente o piensan que si hubieran actuado de otra manera no les hubiera sucedido. También, temen que si lo denuncien su situación se empeore.
A otros les preocupa que sus padres no les crean o que no hagan nada al respecto, o que les digan que se resistan cuando eso les genera temor.
Por todo ello es importante que los niños se sientan en una atmósfera de confianza y contención. Hazle saber que para ti es importante, que le crees y que no debe seguir sufriendo, y que lo felicitas por hacer lo correcto al hablar contigo sobre el tema.
Recuérdale que no está solo porque cuenta contigo, pero también porque hay otros que lo sufren, y que quienes hostigan son los que tienen una conducta inadecuada y no él o ella.
¿Qué podemos hacer?
Cuando tenga claro que le apoyas y que estarás con él o con ella, asegúrale a tu hijo que descubrirán juntos qué hacer al respecto.
Toma cartas en el asunto en la escuela o entorno de hostigamiento. Informa a las autoridades sobre la situación y pide que tomen medidas para detener el hostigamiento.
Asimismo, ayúdale a identificar las emociones que tiene y como procesarla, permite que gestione su dolor de la mejor manera o ayúdale a hacerlo.
Escúchalo, pero también invítalo a hablar y reconocer las partes buenas del día y dedícale tu atención.
Ayúdalo, también, a recuperar su confianza dañada. Sugiérele que pase tiempo con amigos positivos, que participe en clubes, deportes u otras actividades que le atraigan y le sean agradables.
Cuando los niños sufren hostigamiento, suelen tardar en denunciarlo a sus padres, y ello da espacio a que los vulneren y reciban profundas heridas que pueden tardar en sanar. Incluso se sabe que el bullying puede generar trastorno de estrés postraumático, que requerirá el trato de un profesional de la salud mental.
JORGE DOMÍNGUEZ | PSICOTERAPIA