La forma en cómo afecta el clima soleado a nuestras emociones es tan peculiar, como lo hace el frío en la época invernal —lo que ya he descrito previamente. Ciertamente el frío genera estados de ánimo adversos, pero climas más benévolos también nos afectan a nivel emocional.
El clima es el tema que con más frecuencia da motivo a conversaciones, la mayoría de ellas para romper el hielo o un silencio incómodo; suele ser de lo que más nos quejamos: malo si hace mucho calor, malo si hace mucho frío. De ahí que se me ocurra que no es un tema intrascendente cuando, igualmente, los factores climáticos afectan significativamente nuestras emociones.
No es casual que el ciclo de las estaciones nos influya. Las condiciones climáticas afectan directamente a nuestro organismo, a la química que se produce en él y, por tanto, incide en nuestras emociones.
EL SOL BRILLA PARA TODOS
Existen diversos estudios que señalan que la luz solar (no tanto el calor) es un factor que nos predispone al buen humor y a la socialización. El motivo es que la luz del sol promueve la síntesis de serotonina, una hormona que tiene que ver con la felicidad, porque ayuda a que el estado de ánimo se mantenga estable. El efecto contrario se da durante el invierno, provocando el trastorno afectivo estacional (TAE), una especie de depresión invernal.
Por otra parte, la vitamina D se sintetiza en nuestro organismo cuando tomamos el sol, y ello ayuda a que el calcio se fije en los huesos proveyéndonos de salud ósea; pero también la deficiencia de vitamina D se asocia con el TAE y con la depresión crónica. De ahí lo importante de tomar el sol, al menos 10 minutos diarios.
Otro buen motivo para tomar el sol siempre que se pueda, y de forma moderada, es el tema de la melatonina. Ésta es una hormona que nos ayuda a relajarnos para inducir al sueño, y aunque su producción se realiza por la noche, su equilibrio y balances depende de las horas de luz solar. Por la noche, la glándula pineal convierte la serotonina en melatonina.
EL CALOR
Investigadores de la Universidad de California en Berkeley sugieren que el clima puede ser importante en la incidencia de crímenes violentos —junto con otros factores—. De acuerdo a ello existe un vínculo entre la violencia y el calor, así como con las lluvias extremas.
“Encontraron que en estas circunstancias los conflictos intergrupales (guerras, conflictos armados) subieron un 14% mientras que los casos de violencia interpersonal (violaciones, violencia doméstica, homicidios) aumentaron un 4%”.
Asimismo, hay estudios que indican que el sol y las temperaturas más altas podrían estar ligadas a pensamientos suicidas e incremento en las tasas de suicidio, aunque esto parecería más relacionado con los meses más fríos que promueven con la tristeza y el aislamiento.
No obstante, estos efectos aún no pueden considerarse causales; existen otros elementos como la alimentación, el contexto y el estilo de vida de cada uno, entre otras cosas, las que determinan nuestra salud emocional y no solamente el clima.
No dejes sólo a la influencia del clima tus estados de ánimo, si te causan conflicto tus emociones, juntos podemos gestionarlas de manera sana.