Cómo abrazar el futuro sin temor es un buen tema para concluir este año y comenzar uno nuevo con confianza ante las oportunidades que nos lleguen.
En pocos días estaremos inaugurando un año nuevecito que, como los pasados, aún nos tendrá retos por librar e inciertos momentos por develar. Dicha, gozo, tristeza… ¿qué traerá para nosotros el futuro? Una pregunta constante que, muchas veces nos atemoriza enfrentar, pero es algo a lo que no podemos renunciar: debemos abrirnos al futuro.
Aunque hay muchas frases que nos dicen que sólo tenemos el aquí y el ahora —lo que es muy cierto—, debemos estar preparados para el futuro, pues éste no puede llegar a nosotros solo como un torrente de días que no sepamos cómo vivir. Hay que abrazar el futuro como una estela de posibilidades, no sin un plan.
Cómo abrazar el futuro sin temor
En el futuro están los anhelos y los sueños por cumplir, las metas y los proyectos por concretar. Sin éstos, tal vez no tendría sentido encaminarnos al devenir. Así que para abrazar el futuro lo primero que debemos hacer es un plan…
Tener un proyecto o plan de vida hacia el futuro nos resulta útil por muchas razones, la principal es para darle sentido a nuestra existencia y tener motivos o razones para seguir viviendo. Este nos da claridad para comprender lo que sí queremos en la vida y lo que no, aquello que estamos dispuestos a hacer y a lo que podemos renunciar; incluso nos ayuda a poner límites.
Tener un plan
No es recomendable navegar hacia el futuro haciéndolo a la deriva, pues en el camino hay muchas posibilidades de perderse o llegar a ningún lado.
Hacer un plan del futuro ayudará a saber los pasos que se deben dar para acercarse a las metas y a sueños. Por eso los planes deben ser concretos, paso a paso, en tiempo y lugar (evita hacerlos de manera abstracta), de preferencia escríbelos en un lugar visible para ti.
Cerrar ciclos
Como hablamos en el post anterior, para abrazar el futuro hay que liberarnos del pasado o cerrar ciclos que abran la puerta al porvenir. Cerrar ciclos, no lo olvides, es importante para avanzar e integrar aprendizajes en nuestra vida. Es un trabajo en el que hay que aceptar que las cosas no son como antes, pero que lo aprendido se puede utilizar para dirigirnos de una manera diferente.
Soltar ese pasado nos libera para abrazar el futuro.
Reconoce tu miedo al futuro
La incertidumbre que representa el futuro suele atemorizar, muchas veces nos cerramos al devenir porque nos aterra que no sea como lo deseamos o tal vez ni siquiera lleguemos a ese momento. Esas ideas limitantes deben desaparecer. Reconocer que nos atemoriza el futuro es un paso importante para abrazar lo que vendrá.
Para evitar que este temor detenga puedes leer también “Cómo enfrentar al futuro sin miedo”
Ser flexibles
Una excelente manear de llegar al futuro es ser flexible. Aunque hayamos trazado planes detallados de lo que queremos para el futuro, es también importante considerar un rango de flexibilidad. Es decir, debemos tener la capacidad de adaptarnos a lo venidero y cambiar de rumbo si es necesario. Para ello puedes tener un plan B.
Abrazar las limitaciones
El futuro no llega solo, llega con nosotros y eso quiere decir que debemos conocernos, reconocernos, respetarnos, vivir en el autocuidado y amor propio, así como abrazar nuestras limitaciones.
Somos la materia prima de nuestro futuro, éste depende de lo que nosotros hagamos o dejemos de hacer. Para ello también es importante confiar en nosotros. Abrazar nuestro futuro es vivir en el autoconocimiento y autoestima.
Pero también es reconocer que tenemos límites, que hay áreas que debemos fortalecer porque aún no están listas y que hay temas para los que nos falta preparación. Reconociendo esto, sólo es cuestión de ponerse manos a la obra, para mejorar.
Vivir al día
Para quienes les abruma la idea de un futuro sin forma y con apariencia abismal, incluso demasiado abstracto para procesarlo, cabe muy bien vivir al día. Una máxima que viven los adictos y que vale la pena practicar también nosotros: “un día a la vez”.
Si has hecho un plan paso a paso, síguelo de esa forma. Vivir un día a la vez con plan en mano nos ayudará a no sentirnos abrumados por la incertidumbre del futuro y abrazar cada día como parte del sendero hacia ese futuro que tanto anhelamos.
Abrazar el futuro se puede volver algo más tangible y seguro si pones en funcionamiento estas claves.
JORGE DOMÍNGUEZ | PSICOTERAPIA