Claves para sanar el vínculo con una familia tóxica y que tus lealtades ciegas dejen de atarte a un destino de dolor.
Sientes que no te dejan vivir, que todo lo que haces lo critican sin fundamento, que te aplican la agresión pasiva o que tu familia sólo busca la manera de limitarte. Se burlan de tus sueños, te cuesta trabajo comunicarte sin pelear o simplemente eres infeliz entre quienes deberían hacerte sentir bien y acogida con calidez.
Vives con una familia tóxica, que constantemente experimenta un patrón de conductas dañinas que transgreden la individualidad de sus miembros, fomentan un clima de agresión e incomodad y la vida emocional entre ellos es inestable.
La familia tóxica
Aunque existen muchos modelos de familias, no toda familia con conflictos y diferencias es una familia tóxica. Una familia tóxica es disfuncional y provoca sentimientos negativos que afectan el desarrollo personal de cada uno de sus miembros, así como dañan su bienestar psicológico.
Este tipo de familia se caracteriza por:
- Abuso y violencia como el más sobresaliente de sus signos. Este deja graves secuelas en la salud emocional de cada uno, mermando su autoestima, generando sentimientos de culpa o inutilidad.
- Control excesivo. Los miembros de una familia tóxica tratan de ejercer el control de las vidas de los demás, lo que suele llevar a la dependencia emocional y conductas emocionalmente desadaptativas.
- Conflicto constante. Las familias tóxicas viven en constante conflicto, cualquier cosa puede ser motivo de disgusto y pelea, lo que generan desgaste entre sus integrantes. Especialmente las personas más sensibles a este conflicto pueden mantenerse a la defensiva, provocando un ambiente agresivo.
- Falta de comunicación. Evidentemente, entre los miembros de la familia tóxica no hay una comunicación efectiva, se suele carecer de la empatía, la escucha activa y la comunicación asertiva necesaria para que las relaciones fluyan armoniosamente. Ello genera un sentimiento de incomprensión entre sus miembros.
- Padres irresponsables. Los padres en una familia tóxica pueden ser inmaduros, faltos de inteligencia emocional, lo que hace que los hijos asuman roles de adulto, desestabilizando el orden en el sistema familiar. Esta es una condición poco saludable y que promueve otra clase de conflictos.
- Adicciones. El consumo de sustancias tóxicas puede derivar en la formación de ambientes disfuncionales y tóxicos para los miembros que rodean al adicto. De igual forma, la atmósfera en la que se desarrolla una persona con una familia tóxica puede orillarla al consumo de sustancias tóxicas o drogadicción como mecanismo de evasión.
¿Cómo sé si mi familia es tóxica?
Posiblemente vives con una familia tóxica si:
- La comunicación es a través de gritos e insultos.
- Hablan mal el uno del otro.
- Cada vez que están juntos se agreden o critican.
- Algunos de sus miembros no hablan con otros.
- Hay miembros que no son bienvenidos en reuniones.
- Se prefiere no ver a la familia para no sufrir.
- No se puede vivir con ellos, pero tampoco sin ellos.
- Hay resentimiento o indiferencia.
¿Qué hago con mi familia tóxica?
Si has identificado que tienes una familia tóxica, es momento que trabajes en ello:
- Pon límites saludables.
- No busques la aprobación de tu familia.
- Toma tus propias decisiones.
- No intentes cambiar a una persona tóxica.
- Prioriza tu bienestar.
- Pon cierta distancia para recuperar el control de tu vida.
- Evita el conflicto y no actúes de forma impulsiva.
- Actúa sin herir a los demás ni pierdas el respeto.
- Deja de nutrir y responder al conflicto.
- Expresa lo que sientes.
- Relaciónate sólo con quienes te demuestren afecto.
- Pasa tiempo con quien te haga sentir bien.
Claves para sanar el vínculo con una familia tóxica
Desde la perspectiva de las constelaciones familiares, no sólo hay que afrontar la realidad a través de conductas específicas, también hay se puede sanar el vínculo con la familia tóxica a través de las leyes esenciales de los órdenes del amor.
Respetar el derecho a pertenecer, respetar la jerarquía de quien llegó primero, establecer el equilibrio entre dar y recibir. Así mismo puedes:
- Deja de rechazar a tu familia. Tóxica o no, cuando rechazamos a la familia nos rechazamos a nosotros.
- Cambia de actitud. Cuando somos capaces de ver a los miembros de la familia con respeto, los tomamos y honramos, cuando se está dispuesto a escuchar y a comprender, entonces la vida puede seguir en armonía.
- Haz un árbol familiar. Esto permitirá descubrir la historia de los ancestros y encontrar los dolores reprimidos o las duras circunstancias vividas. Encontrar una historia común une a la familia y ayuda a mirarlos con respeto y agradecimiento.
- Tomar el lugar en el sistema. Es necesario tomar, honrar y estar orgullosos del lugar que ocupamos en el sistema familiar, sin compararnos con los demás. Esto propiciará la paz.
- Dejar las lealtades ciegas. Cuando el amor al sistema familiar nos somete a una lealtad ciega nos impide tener una individualidad que ponga límites sanos, por ello hay que trabajar el amor de familia a través de tomar a sus miembros en nuestro corazón y liberándonos de la lealtad incuestionable.
- Transformarnos nosotros. Dejar de intentar que el otro cambie, de lo contrario la responsabilidad cae sobre nuestros hombros, lo cual despierta desconfianza y me lleva a colocarme en un lugar superior.
- Aceptar lo que es. Cuando aceptamos a cada quien como es y se mira la experiencia vital que se tiene en la familia, es una gran oportunidad de aprendizaje y desarrollo interno.
JORGE DOMÍNGUEZ | PSICOTERAPIA | CONSTELACIONES FAMILIARES