Podemos vincular la ansiedad y otros trastornos que de ella pueden derivarse cuando ésta perdura y se agrava. La frecuencia, características y consecuencias, pueden llevarnos a trastornos varios; que a la postre pueden causar incapacidad en la vida de quienes los padecen a no ser que sean tratadas profesionalmente. Es por ello, que hoy te hablaré de los tipos de trastornos que la ansiedad puede generar.
Trastorno de Ansiedad Generalizada
Ya hemos hablado del trastorno de ansiedad generalizada (TAG) que presenta cuadros recurrentes de ansiedad (es decir, crónicos) y que hace al paciente mantenerse alerta, en constante preocupación y estresado aun cuando no existan motivos reales que puedan desatar la tensión.
Estos cuadros de preocupación, irritabilidad y angustia que persisten frecuentemente —durante al menos seis meses continuos—, que incapacitan al paciente a vivir una vida “normal”, y además que son difíciles de controlar integran lo que llamamos Trastorno de Ansiedad Generalizada.
Entre los síntomas del TAG están los cuadros de ansiedad, de los que ya hemos visto los signos en artículos anteriores, además de problemas para concentrarse, fatiga, irritabilidad, problemas de sueño e inquietud permanente.
Trastorno de Pánico
Su sintomatología es aguda, es decir presenta momentos “pico”, en tanto que la ansiedad puede estar latente durante algún tiempo. Como su nombre lo dice, el trastorno de pánico puede ser realmente paralizante y aterrador para quienes lo viven, puesto que inicialmente hay una sensación de muerte. El paciente cree que va a morir.
Las personas con trastorno de pánico experimentan sensaciones de muerte o la posibilidad de quedarse sin aire. De hecho, la sensación puede ser tan intensa que requiera hospitalización pues no sólo muestra signos psicológicos, sino también hay síntomas físicos.
Este trastorno se caracteriza por ser recurrente e inesperado, se presenta sin señas previas. Y esta recurrencia lleva al paciente a vivir aún más alarmado por la posibilidad de sufrir un nuevo ataque que por las propias condiciones del pánico; es decir, se siente preocupado por volver a experimentar un ataque de pánico. Ello puede llevar a quien padece este trastorno a que sean aún más recurrentes.
Ante síntomas físicos como opresión en el pecho o sensación de asfixia, quienes padecen ataques de pánico insistirán en curar sus síntomas físicos en la consulta de un médico, y buscarán constatar una y otra vez que no se trata de una enfermedad. Por ejemplo, habrá quienes busquen constatar una y otra vez que no tienen problemas cardíacos. Incluso pueden caer en la hipocondría, suponiendo enfermedades.
La posibilidad de un ataque de pánico es tan aterradora como el mismo ataque, por lo que el comportamiento del paciente tenderá a cambiar; evitará salir de casa, hacer actividades que aumenten su frecuencia cardíaca, etc. Hasta que su vida se vea limitada al extremo de no tratar su trastorno.
¿Cuánto dura un ataque de pánico?
Suelen comenzar y alcanzar su clímax a los 10 minutos, y pueden llegar a durar hasta media hora, con un desgaste físico que puede agotar a quien lo sufre. Pueden presentarse más de uno al día, o de forma esporádica en meses o años.
Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC)
Los pensamientos que genera la ansiedad suelen ser negativos, insistentes y repetitivos; no se desvanecen a voluntad de las personas es decir son incontrolables para quienes los experimentan. De tal manera influencian el comportamiento de las personas de forma poco saludable.
El TOC se distingue porque el individuo sufre pensamientos, ideas o imágenes intrusivas (llegan en medio de cierto momento sin aparente motivo), causan ansiedad con obsesiones y comportamientos compulsivos que, temporalmente, “ayudan” a reducir el malestar aunque a la postre éste se incrementará cuando vulva un pensamiento causante de la incomodidad del paciente.
Por ejemplo, una idea repetitiva es que las bacterias dañan la salud (la persona que tiene esta idea recurrente no puede dejar de pensar en ello) por tanto debe lavarse las manos, o implementar medidas extremas de limpieza en su casa para evitar dañar su salud a causa de las bacterias. Si el pensamiento es recurrente una y otra vez (volviéndose una obsesión), el acto compulsivo será lavarse las manos una y otra vez. Hasta que sea tan frecuente que incapacite a quien experimenta una obsesión/compulsión puesto que no podrá estar sin lavarse las manos ya que los pensamientos al respecto le inquietarán sobremanera.
De no realizar la acción que conjure el riesgo “pensado”, generará ansiedad en el paciente y esto acentuará la crisis obsesivo-compulsiva.
El TOC también debe ser diagnosticado y tratado por un especialista profesional.
Fobia Social
Una fobia es un miedo irracional hacia una situación determinada. En el caso de la fobia social, el miedo es hacia la interacción e interactividad social. Los individuos que la padecen tiene un nivel de ansiedad incapacitante cuando tienen que interactuar con un grupo, ya sea hablar en público, socializar. Tienen miedo a ser juzgados, criticados, humillados y piensan que los otros pudieran reírse de ellos, o mortificarlos de alguna u otra manera.
La fobia social es un trastorno serio, y algunos individuos pueden incluso sufrirla al hablar por teléfono o comer frente a otras personas; y aunque quien sufre de fobia social tenga claro que no debería temer esos encuentros, tan sólo pensar en la situación llevará a niveles extremos de ansiedad, así que tenderán a evitar estos momentos incluso hasta llegar a un total aislamiento, o condiciones de encierro permanentes.
Agorafobia
Llegar a extremos como este anterior puede, o no, desencadenar agorafobia: un miedo irracional por estar en espacios abiertos, como plazas y parques, o incluso en la calle. El agorafóbico siente extrema angustia producida por situaciones que le causan sentimiento de desprotección y vulnerabilidad, esta angustia le pone en situaciones de ansiedad que escapan a su control.
La fobia se genera no por el espacio en que se encuentra la persona, sino por el sentimiento de desprotección o indefensión. Esto también hará que quien la padezca tienda a encerrarse en su casa, o en ese espacio que considere seguro, como su dormitorio.
Si has padecido síntomas que puedan ser de alguno de estos trastornos de forma repetitiva hasta que afectan el desarrollo de tu vida cotidiana, recuerda que no estás solo y los profesionales de la terapia psicológica podemos ayudarte. Comunícate conmigo: JORGE DOMÍNGUEZ
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Recuerda que los artículos que aquí encuentras son meramente informativos y no sustituyen el tratamiento y consulta con un profesional de la salud emocional. Las decisiones relativas a la salud deben ser tomadas por un profesional, considerando las características únicas del paciente.