No aceptes esta conducta falta de responsabilidad afectiva: la mala práctica del breadcrumbing que enamora solo te dañará
Las redes sociales nos han brindado grandes experiencias: hacer comunidad, encontrar a viejos amigos, tener conversaciones con personas que jamás imaginamos podríamos conocer; especialmente obtener información y conocimiento de lo más diverso.
Sin embargo, también son motivo de desventura y prácticas violentas. Ya en otras ocasiones he tratado el tema de ghosting o del orbiting, como herramientas de manipulación emocional en las relaciones interpersonales. Modalidades que ponen en evidencia la falta de responsabilidad afectiva, actitudes pasivo agresivas incluso narcisismo.
Desgraciadamente, estas prácticas no cesan y a ellas se suma hoy una más, que parece estar de “moda”: breadcrumbing.
La mala práctica del breadcrumbing que enamora
Seguramente conoces la historia de Hansel y Gretel, dos hermanos que se internaron en el bosque y, para no perderse, dejaron señas con migas de pan. Pequeños rastros que fueron devorados por los animales y que no impidieron el extravío de los niños.
Pues bien, quien practica el breadcrumbing también deja pequeños rastros para no “perderte”.
¿Qué es el breadcrumbing?
Este término viene del inglés, breadcrumb, que quiere decir miga de pan.
La idea de esta práctica es que, quien la realiza, sólo da pequeñas dosis de atención o cariño que eviten que la otra persona le olvide o dé por finiquitada una relación. Quizá un día llama por teléfono, días más tarde deja un mensaje de voz o envía un texto, da un like en una foto, etc., luego se esfuma por días, regresa y escribe un mail afectivo. En fin, va y viene como en el orbiting, pero dejando señales afectivas como migas de pan en el bosque.
Quien hace breadcrumbing desea observar y sentir el interés que la otra persona siente hacia ella y la posible reacción que podría desarrollarse: admiración, deseo, interés, etc. El objetivo —consciente o no— es mantener a la otra persona ilusionada, con señales engañosas, creyendo en la posibilidad un compromiso, gracias a esos pequeños detalles. Pero en realidad, no hay ninguna intención de involucrarse.
Esta conducta puede hacerse presente en una relación de pareja, amistad e incluso en una relación laboral. Las consecuencias son determinantes porque son engañosas, frustrantes y dejan heridas profundas ante el desengaño.
Cómo identificar el breadcrumbing
Una persona está practicando breadcrumbing si:
- Se manifiesta poco concisa y clara.
- Sus respuestas son ambiguas, tipo “ya veremos”.
- Como no hay compromiso, nada se concreta.
- Su comunicación es esporádica, pueden pasar semanas sin contacto.
- Siempre dejan una puerta abierta a la posible relación.
- Nunca hacen permanente la comunicación.
- Generalmente todo contacto es vía online, no hay relación física.
- Hay un “tira y afloja”; un flirteo que sirve para mantener a la otra persona al pendiente, pero no van más allá.
- Sus comportamientos son erráticos e incongruentes.
- Son especialistas en hacer que todas esas dudas e inconsistencias son idea tuya (gaslighting).
- Con estas personas nunca es buen momento para hablar de sentimientos.
- No dan la cara ni permiten intimar.
Por qué es peligroso el breadcrumbing
Esta es una práctica violenta, que juega con las emociones y busca un control de la otra persona, hacia la cual el único interés que se tiene es utilizarla para reforzar el propio ego. En el breadcrumbing no hay cabida para el verdadero amor y sus secuelas pueden ser:
- Daño a la autoestima.
- Pérdida de la confianza en las relaciones interpersonales.
- El breadcrumbing puede desatar cuadros de ansiedad, especialmente en el periodo de ausencia/espera.
- Adicción a los estímulos afectivos intermitentes que, posteriormente produzcan abstinencia. Ello por la producción de dopamina.
- Pérdida de los límites.
¿Cómo evitar el breadcrumbing?
Para no ser víctima de este tipo de violencia emocional, las personas debemos ser honestas con nosotros mismos y trabajar para evitar caer en la trampa.
- Analiza la situación con objetividad. Si la persona que practica este método de conquista sólo aparece ocasionalmente cuando quiere, tal vez está tratando de hacerte breadcrumbing.
- Considera si estás dispuesta, dispuesto a vivir con esta incertidumbre de que aparezcan y desaparezcan las señales de afecto. Recuerda que el amor es una constante.
- Sopesa cuál es tu ganancia aceptando este comportamiento. ¿Qué ganas tú con esas pequeñas migajas de afecto? ¿Eres capaz de conformarte con ello?
- Asume que te aficionaste a esto. Sí, las micro dosis de afecto que esta práctica nos brinda, pueden ser adictivas; pero como toda adicción tendremos picos y valles emocionales. Cuando el afecto está presente se eleva la dopamina, cuando dejamos de tener este estímulo perdemos la motivación y andamos cabizbajos. Eso es como la adicción al chocolate.
- Pon límites. Una vez que asumas que eres blanco del breadcrumbing y que no deseas serlo más, pon límites y concluye esa relación. Es momento de bloquear su número y establecer contacto cero, pues generalmente tras ello hay comportamientos narcisistas que deben cortarse de raíz.
- Desintoxícate. Quizá te convenga desconectar un tiempo del ámbito digital, retomar tu vida análoga, dedicarte tiempo y hacer cosas que te gustan. Sin olvidar propinarte autocompasión y autocuidado para sanar.
Acércate a la gente que realmente te quiere, que es constante y que está ahí para ti, ella puede reconfortarte y hacerte sentir mejor como red de apoyo. Si detrás de una experiencia de breadcrumbing te sientes mal y desanimada, desanimado en exceso, acude a un profesional de la salud emocional para hablar de ello libremente.
JORGE DOMINGUEZ | PSICOTERAPIA