Te dejo paso a paso cómo hacer un calendario de salud emocional y qué hacer con él al final del mes para incrementar tu bienestar.
El cuidado de la salud emocional es siempre un desafío, pues hablamos de sensaciones, pensamientos, creencias que varían a cada momento. Cada día podemos experimentar emociones diversas que van definiendo cómo nos sentimos, qué tan estables nos encontramos o que tan adaptados al entorno estamos.
Sin embargo, no siempre somos conscientes de ello, aunque nuestra relación con nosotros mismos, los demás, así como nuestro comportamiento, dependan de ello.
¿Para qué sirve un calendario de salud emocional?
Conocer lo que sentimos, darle nombre y expresarlo es el principio de la salud emocional y llevar un calendario (o diario) puede ser un instrumento de gran ayuda.
A la hora de expresar cómo nos hemos sentido durante el día, este tipo de registros nos permite ser conscientes de esas emociones, qué situaciones las han disparado, cómo nos hemos comportado, cómo hemos anticipado que irían a mejor o peor y, además, nos permite reflexionar y encontrar formas para gestionar mejor esos sentimientos. En otras palabras, nos ayuda a desarrollar nuestra inteligencia emocional y, consecuentemente, nos traen un mayor bienestar.
Cómo hacer un calendario de salud emocional
La gestión de las múltiples emociones, sentimientos y conductas afectivas que vivimos a diario, no es una tarea. El calendario de salud emocional cumple esa función: medir y representar gráficamente lo que sentimos o queremos conseguir, al igual que nos permite darnos cuenta de nuestros progresos.
Para aprovecharlo de veras, en seguida te contaré cómo hacerlo.
1. Balance inicial
Antes de iniciar tu calendario es conveniente que tengas una percepción de lo que, para ti, ha sido este año que termina. Así que comienza haciendo dos listas paralelas (dos columnas), en una de ellas anota los retos a los que te enfrentaste en el año, en la otra escribe las emociones que has sentido en cada una de esas situaciones.
Este primer paso te permitirá identificar aquellos aspectos en los que debes trabajar el próximo año. Así te prepararás para nuevos retos posibles en los siguientes meses.
2. Establece tus objetivos
Para plantear objetivos emocionales hay que ser realistas, así evitaremos prontas frustraciones. Escribe objetivos pequeños y alcanzables, fáciles de cumplir y que te aporten plena satisfacción.
La clave es dosificarlos y sentir constantemente las recompensas del buen resultado. En este caso, el calendario de salud emocional puede ayudarte a tener registro de cualquier tipo de meta y emociones implicadas.
Por ejemplo, si tu meta es meditar al menos 3 veces a la semana, como un comienzo, reporta las emociones que se involucran en tu práctica: cómo te sientes al practicar, qué pasa cuando no practicas, qué dificultades tienes, etc.
3. ¡Manos a la obra!
En realidad, este tipo calendarios o diarios tiene como esencia que se registren en un papel o notebook toda clase de emociones tal y como se han sentido. Basta con una libreta y, de forma sistemática, empezar a expresarnos para gestionar lo que sentimos.
Se puede hacer la anotación cada día o en aquellos momentos donde las emociones son muy intensas. Lo ideal sería apuntar cada día, poniendo tanto las emociones consideradas positivas, como aquellas que nos hacen sentir incómodos.
Pero si quieres algo mucho más gráfico y ornamental, que lo tengas siempre a la vista o lo lleves en tu agenda, puedes diseñar un calendario de la siguiente manera:
- En un costado de la página, dibuja pequeños cuadros o círculos y en cada uno destina un color a cada emoción.
- Haz una cuadrícula en la que anotes los meses del año y los días a cada mes (un calendario en forma)
- Cada día que pase colorea el cuadro correspondiente según la emoción que predominó esa jornada.
Quedará como en la siguiente imagen:
Al final del mes podrás revisar, con un solo vistazo y por colores, qué emociones han predominado, cuáles te han impulsado o te han frenado a cumplir tus metas. Si decides hacer un diario, en su interior puedes hacer todas las anotaciones que complementen tu calendario de colores.
Procura hacer este ejercicio diariamente, a la misma hora, según evalúes tus emociones cotidianas.
4. Revisa tu avance
Revisa tu calendario al menos una vez al mes. Así podrás darte cuenta cómo evolucionas. Si te es posible, en un diario emocional anota el lugar en donde estabas cuando sentiste determinada emoción, qué sensaciones pudiste percibir, que conductas predominaron en ti.
Celebra tus avances y no te flageles por lo que aún no conquistas, esta mirada puede ayudarte a dimensionar con mayor claridad tu crecimiento en la gestión emocional.
Si sientes que las emociones, aun así, te desbordan, no dudes en consultar a un profesional que te dé más herramientas y te acompañe en el proceso.
