No vas a creer estas 10 Razones por las que está bien el enojo y utilizar esa emoción para tu bienestar.
Quizá toda la vida nos han dicho que enojarse está mal. Esta emoción tan útil para nuestra supervivencia es vista, desde ojos ajenos, con cautela, sospecha o reprobación. Claro que hay motivos detrás de esta postura, están fundamentados en la posible violencia que se gesta tras la ira, pero no todas las respuestas frente al enojo están mal.
Enojarse, como alegrarse o entristecerse, es tan válido en la vida humana; es parte de las emociones básicos que fundamentan un proceso adaptativo para el que el organismo está dispuesto. La respuesta actitudinal del enojo es, posiblemente, el verdadero problema, no la emoción en sí misma.
Si lo pensamos un poco, es probable que la respuesta agresiva que nace del enojo está estrechamente vinculada a nuestra incapacidad de gestionar esta emoción, ya que el mandato social es reprimirla.
“Siempre nos enojamos por otro motivo que el que creemos. Nuestra rabia esconde una rabia mayor”: Alejandro Jodorowsky
Conociendo al enojo
El enojo forma parte de las respuestas primitivas que el ser humano y los animales exhiben ante situaciones amenazadoras, y suelen ir acompañadas con un conjunto de síntomas físicos y mentales, conforme al cuerpo y la mente se preparan para la posibilidad de la violencia.
Sin embargo, en el espectro de la rabia tienen cabida reacciones viscerales de este tipo, y otras más sosegadas, como la indignación o el resentimiento.
5 Razones por las que está bien el enojo
Y aunque el enojo manifiesto es claramente una fuerza destructiva, algunos experimentos recientes sugieren que la ira y las emociones relacionadas, como la frustración o la irritación, también pueden traer algunas ventajas, siempre que sepamos cómo canalizar la energía que surge de esos sentimientos.
Igualmente, los expertos señalan que aprovechar nuestros sentimientos de enojo puede ser mucho más efectivo que simplemente reprimirlos.
1. Moviliza
El enojo es una emoción que evolucionó para preparar el cuerpo ante una pelea, ello genera una explosión de fuerza. Cuando nos enojamos hay aumento en la presión sanguínea, del ritmo cardíaco y la respiración; se produce un incremento de la adrenalina y noradrenalina, así como un aumento en la tensión muscular. Todo ello habla de un organismo listo para la lucha o la huida.
De tal forma, podemos considerar que el enojo es una fuerza movilizadora que se activa fisiológicamente. Esta energía puede usarse en una activación para cumplir objetivos físicos/deportivos.
Además de proporcionar una explosión de energía, la ira también puede aumentar la precisión.
2. El enojo nos hace persistentes
El enojo mejora le persistencia y perseverancia ante los desafíos cognitivos.
En un experimento basado en los niveles de frustración de los participantes, Heather Lench, de la Universidad de Texas A&M, y Linda Levine, de la Universidad de California en Irvine, pidieron a sus participantes que primero resolvieran un conjunto de 21 anagramas de cinco letras, que se presentaron como una prueba de inteligencia verbal.
Los primeros siete anagramas en el experimento parecían reales, pero eran imposibles de resolver.
Como era de esperarse, cada participante respondió de manera diferente a los anagramas imposibles: algunos se sintieron ansiosos después del fracaso, algunos se sintieron tristes y otros quedaron completamente inexpresivos.
Pero fueron las personas más enojadas las más persistentes durante toda la tarea. En lugar de rendirse, la molestia pareció energizarlos, por lo que fueron más persistentes en cada prueba subsecuente.
3. Promueve la creatividad
Las personas enojadas suelen encontrar soluciones más originales y variadas. El aumento de la excitación sobre carga la mente, permitiendo establecer conexiones que no están disponibles en otros estados emocionales.
El estallido inicial de energía creativa parece agotarse rápidamente, pero vale la pena considerar estos beneficios siempre que se enfrenta un obstáculo irritante en el trabajo.
Además de estas maneras productivas de utilizar el enojo, también éste también tiene una función de autoprotección.
Estar enojados nos ayuda a:
- Identificar acciones o situaciones que atentan contra nuestro bienestar.
- Acompaña en la defensa de nuestras ideas, pero también en el cambio de ellas.
- Enseñan a decir lo que gusta y lo que incomoda de manera asertiva.
- Motiva a negociar las propias acciones ante las diferentes demandas del entorno.
- El enojo nos ayuda a identificar y establecer nuestros límites y hasta dónde estamos dispuestos a soportar.
- Ayuda a alzar la voz ante sucesos que se consideran injustos.
- Guía a proteger la integridad y la de los seres queridos.
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