El impacto emocional del cáncer de mama en la familia afecta a cada miembro de diferente manera y los recursos deben ayudar a su gestión, por ello aquí te dejo algunas claves para el proceso.
Estamos de nuevo en octubre, el mes en el que el mundo se pinta de “rosa”, con la intención de hacer consciencia respecto a la detección oportuna del cáncer de mama.
Un momento oportuno para hablar de la necesidad de detectarlo a tiempo y pedir a las autoridades y científicos un mayor esfuerzo para desarrollar tratamientos más eficaces.
Pero también necesitamos hablar y visibilizar los efectos emocionales que éste tiene, tanto en quienes lo padecen, como en los seres queridos que rodean a la paciente o el paciente, pues cada vez escuchamos más los casos de hombres viviendo con este tipo de cáncer.
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De acuerdo con la Asociación Americana de Psicología, hasta 60% de las mujeres con cáncer de mama experimenta síntomas de depresión; lo cual deja en claro el impacto que puede ocasionar a su salud mental.
Efectos en personas con cáncer de mama
Quien ha sido diagnosticado con cáncer de mama y atraviesa por el tratamiento, vivirá una serie de emociones diversos y contradictorias; finalmente consideremos que está viviendo un duelo. Así es normal que sienta:
- Ante el diagnóstico: confusión, angustia, evitación y sorprendente calma, tristeza sensación de que no es real, enfado.
- Ante el tratamiento: ansiedad, dudas, indecisión, preocupación, apatía relacionada con el estado físico.
- Al finalizar el tratamiento: desánimo, ansiedad, enfado, inseguridad por haber estado yendo a tantas citas médicas y que ahora no le tengan tan controlada. Sensación de bajón físico por haber estado todo el periodo anterior en el esfuerzo y en la lucha activa, sensación de que se está peor ahora que durante el proceso médico.
Impacto emocional del cáncer de mama en la familia
Sin embargo, el cáncer de mama también puede afectar emocionalmente al entorno cercano de la paciente.
Los familiares, pareja y amigos de una mujer con cáncer de mama comparten el proceso de duelo y asimilación de la enfermedad. En ocasiones, puede que incluso algunos lleguen a experimentar agotamiento físico y mental, abriendo la posibilidad de que desarrollen el síndrome del cuidador.
Síndrome del cuidador
Este síndrome se manifiesta en personas que dedican gran parte de su tiempo a dar acompañamiento a pacientes dependientes, detonando algunas emociones negativas. Incluso pueden sentirse culpables por no estar haciendo lo suficiente. Según el Instituto Nacional de Cáncer de Estados Unidos, 43% de los cuidadores han pedido ayuda para manejar su estado de ánimo debido a que vieron elevados sus niveles de ansiedad y depresión.
Es importante que el círculo cercano de una paciente con cáncer de mama cuide también de su bienestar emocional por el bien de ambas. Si alguien empieza a detectar síntomas de un deterioro en su estado mental, es importante acudir a un especialista que ayude a manejar esta situación asertivamente.
Asimismo, se recomienda:
- Informarse lo más posible sobre la enfermedad con el fin de saber cuáles serán las implicaciones de ésta y asimilarlas con anticipación.
- Realizar activades de atención plena como el yoga o la meditación. Así como hacerse de herramientas que ayuden a liberar la tensión y relajarse.
- Acudir a grupos de apoyo para escuchar y compartir con otras personas las diferentes formas de afrontar situaciones similares.
Adicionalmente, se aconseja que los seres cercanos a la paciente no repriman sus sentimientos ni se sientan culpables por situaciones que están fuera de su control. Es vital que las personas que más conviven con una paciente también tengan un espacio para poder expresarse y trabajar en la gestión de sus emociones.
En ninguno de los casos es prudente silenciar lo que se siente, el cuidado de la salud emocional es parte de la atención multidisciplinaria que se debe considera al enfrentar esta enfermedad.
¿Cómo procesar la carga emocional?
- Identificar las emociones, darse permiso para sentirlas y tratar de entender qué están trasmitiendo.
- Darse permiso para comunicar las emociones o pensamientos a quien se desee y cuándo así se considere prudente.
- Centrarse en el aquí y ahora, en la etapa en la que se encuentra cada quien y el objetivo inmediato.
- Continuar con los proyectos vitales y actividades gratificantes en la medida que el estado físico y emocional lo permita.
Participar de manera activa en el proceso médico, pedir la ayuda necesaria a los miembros de la familia, pedir a los médicos tratantes que brinden toda la información que sea de interés de la paciente, implicarse en la toma de decisiones…
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