Hoy te daré 7 razones para ir a terapia y 4 para no ir también, así dejaremos de estigmatizar la búsqueda de ayuda profesional y comenzaremos a ver por nuestra salud
La psicoterapia es una herramienta científica de la cual puedes hacer uso cuando te sientes demasiado triste, abrumada, desesperanzada o enojada; así también cuando pasas por un proceso de duelo o tienes que tomar decisiones importantes y quieres un acompañamiento en el proceso. Es útil para atravesar las dificultades que nos presenta la vida y reparar heridas de antaño.
Este sistema terapéutico es un camino en el que puedes sanar y alcanzar metas emocionales y psicológicas que te planteas desde un comienzo. En la mayoría de los casos, en el recorrido se alcanza el autodescubrimiento, la comprensión, el autocuidado y la autocompasión que te permitan mejorar tu calidad de vida y tus relaciones con los demás.
Por medio de la psicoterapia, los psicólogos ayudamos a las personas a llevar vidas más felices, saludables y productivas. Igualmente, aplicamos procedimientos científicamente válidos para la creación de hábitos más sanos y efectivos.
Los caminos para ello son variados, pues existen diversas corrientes de pensamiento que sustentan cada práctica. Lo mismo se encuentra la terapia cognitivo conductual, como la Gestalt, el interpersonal y otros tipos de terapia conversacional que ayudan a resolver los problemas.
¿Qué es la psicoterapia?
Concretamente, la psicoterapia es definida por la Asociación Americana de Psicología (APA) como un tratamiento de colaboración entre un individuo y un psicólogo. Su pilar se basa en la interacción regular del psicoterapeuta y el paciente, donde el principal objetivo es ayudar a la persona a modificar sus pensamientos, su conducta y salir adelante de los problemas que le toca enfrentar en el momento.
¿Qué busca la psicoterapia?
El objetivo de la psicoterapia es la búsqueda de la salud mental del paciente, mediante la modificación de pensamientos, emociones e impulsos negativos o que generan un problema en la persona.
Y aunque lo previamente mencionado es razón suficiente para considerar la psicoterapia como una ayuda para la vida, aún existen personas que creen que es una cosa solo para “locos” o que considerar que hablar de las emociones propias es vergonzoso y nos hace débiles. Los estigmas que se tejen alrededor de la salud mental son el principal motivo por el que las personas deciden no ir a terapia.
Reiteremos entonces que la terapia no es para quien está loco o enfermo mental, la psicoterapia es para quienes quieren estar bien. A terapia no va quien tiene problemas, porque problemas tenemos todos; a terapia va quien quiere resolverlos.
Pero si no es suficiente, te diré aquí cuáles son buenas razones para ir a terapia.
7 razones para ir a terapia y 4 para no ir
1. Manejar la pérdida
Quizá es la razón más obvia para ir a terapia, aunque no todo el mundo lo ve de la misma forma. Un duelo que no se ha sabido llevar puede convertirse en un duelo patológico, el cual puede producir malestar y problemas emocionales a largo plazo. La psicoterapia con tanatología aplicada puede ser de gran utilidad para procesar el duelo de manera sana.
2. Enfrentar los cambios de la vida
Los cambios vitales, ser padres, cambiar de trabajo, pasar por la adolescencia, el retiro son etapas que suelen ser estresantes, donde confluyen emociones diversas y a veces difíciles de manejar. La ayuda de un profesional puede dar luz para transitar por el cambio menos compleja.
3. Gestionar emociones complejas
Aunque las emociones son respuestas adaptativas naturales, por alguna extraña razón la humanidad se ha negado a responder a ellas de forma amable. Suelen causarnos conflicto e incomodidad, se nos dificulta su manejo y correcta gestión, especialmente con aquellas que solemos llamar negativas y aflictivas.
La dificultad para gestionar emociones complejas puede tener efectos sobre nuestro estado de ánimo que deriven en sentimientos o pensamientos negativos.
4. Manejar pensamientos negativos
Claro que algunas veces solemos tener pensamientos negativos, pero hay quienes son incapaces de manejarlos. Algunas distorsiones cognitivas pueden llevar a trastornos de ansiedad o depresión.
La psicoterapia cognitivo conductual, por ejemplo, podría ayudar a identificar esas distorsiones y brindaría herramientas para lidiar con ellas antes de desencadenar una crisis ansiosa.
5. Superar temores
Es el mismo caso de los pensamientos negativos, los miedos o fobias tienen su origen en distorsiones cognitivas, pero pueden llegar a ser verdaderamente incapacitantes. Con la ayuda de un psicólogo experimentado, podemos comenzar a superarlos y llevar a cabo todo aquello que deseemos.
6. Sentirse solo o sola
La soledad es uno de los sentimientos que afecta a un gran número de personas en estos días, especialmente quienes habitan grandes ciudades. En este caso la psicoterapia, individual y grupal, pueden ayudar a lidiar con estos sentimientos y motivar a una mayor socialización.
7. Hablar con alguien
Igualmente, la psicoterapia es un espacio de diálogo en el que el paciente puede sentarse simplemente a hablar del tema que desee. El profesional de la salud está para escuchar sin juzgar. Muchas veces cada sesión es alcanzar una menor sensación de soledad, pues ello nos ayuda a descubrirnos a nosotros mismos.
La terapia siempre buscará, mediante sus métodos terapéuticos, alcanzar el bienestar del paciente; en un espacio seguro y controlado, donde se le brinde contención y herramientas frente a la adversidad.
Cuándo no ir a terapia
Ciertamente, la terapia no es para todos, al menos no es para quienes no buscan beneficiarse de sus efectos a largo plazo. Y hay momentos cuando uno no debe ir, aquí te los dejo:
1. Cuando solo se siente curiosidad
Hay personas que intentar ir a terapia solo para satisfacer su curiosidad o retar al psicoterapeuta a hacerle cambiar de opinión respecto a que es un asunto de locos.
2. No se va a terapia cuando no se quiere ir
No hay peor paciente que el que va por obligación, normalmente porque familiares o amigos le han empujado a ir.
Aunque exista el deseo de mejorar, de encaminarse hacia una mejor calidad de vida, muchas personas no están listas para el proceso —no es nada fácil— y entonces asisten porque creen que deben hacerlo, pero no se pueden comprometer con el proceso.
3. Buscar un amigo
Cuando dije que a terapia se va porque se siente solo, no quiero decir que el psicoterapeuta será un amigo para el desahogo. El profesional dará herramientas para gestionar sus sentimientos y procurar una mayor socialización, preparando al paciente. En ningún caso el psicoterapeuta será amigo del paciente.
4. Obtener información de otro paciente
Se dan casos en que sabiendo que un amigo, expareja o familiar acuden con un psicoterapeuta determinado, alguien más acude a sesión buscando información, que en toda regla es confidencial y violatorio de la ley. No obtendrá tal información y solo hará perder el tiempo al tratante.
A terapia tampoco va quien no lo necesita; aunque quien está tan seguro de no necesitar un recurso tan útil para mejorar su vida.
JORGE DOMINGUEZ | PSICOTERAPIA