Deja de decir debería y libérate de la imposición que tú misma ejerces para vivir una vida modelo que no te corresponde
Debería adelgazar, trabajar más, tener mejor casa, ser una mejor madre… debería tener un mejor coche, ser un mejor jefe, tener más amigos. Por demanda social, nuestra vida parece estar signada por los “debería”, lastres emocionales que, de no cumplirlos, nos generan frustración, culpa y amargura.
Hablemos de dejar de decir “debería” y liberémonos de esas exigencias, muchas veces absurdas, que solo pueden llevarnos a la infelicidad.
Un mandato de la mente
“Debería” suele ser un mandato de la mente que asumimos como un falso motivador. Suponemos que incluirlo en nuestras frases nos ayudará a lograr los objetivos o cambios que anhelamos en la vida.
Aunque yo no conozca a alguien que haya cambiado así su vida. ¿Tú sí? Y es que esto suele ser una imposición o autoexigencia determinada por un entorno social que nos presiona. Por el contrario, al querer alcanzar una meta podemos hacerlo desde la elección, en vez de por imposición.
Debería es más una obligación que una decisión personal. Las frases que comienzan con esta palabra suelen ser propósitos que tomamos de la coerción social, cuya ideología hegemónica nos dice qué es lo que quiere de nosotros. Quiero que bajes de peso para que compres productos de dieta… Quiero que seas una buena madre así que debes comprar estos pañales.
Visto así, ¿no crees que suena terrible? Porque ahí va uno diciéndose cada mañana: “debería adelgazar”. Y cada noche sintiéndose frustrado o frustrada porque no pudo dejar de comerse ese pedacito de chocolate que tanto apetecía.
Distorsión cognitiva
Esta idea es una distorsión cognitiva, un mal hábito en nuestra forma de pensar. Hace que mantengamos reglas rígidas y exigentes sobre cómo tienen que ser las cosas. Sin embargo, frente a este modelo de pensamiento se vuelve intolerable la falla, obteniendo sólo insatisfacción y malestar emocional.
¿Qué estamos haciendo mal? Cuando nos obligamos a través de decirnos debería estamos teniendo procesos de pensamiento inadecuados, porque los hemos aprendido quizá desde la infancia. ¡Deberías portarte bien!
Lo que requerimos es cambiar la perspectiva de nuestros deseos o metas, en lugar de plantearlas como una imposición hay que definirlas como una elección. De esta forma generamos una sensación de control porque somos quienes hemos elegido qué hacer, según nuestros deseos.
Deja de decir debería
Ahora que sabes lo que pueden llegar a significar los debería en tu mente, y los estragos que pueden causarte en tu estado de ánimo o tu salud mental (estrés, ansiedad, depresión), te invito a que cambies la estructura de tus propósitos. Por ejemplo, cambia el debería por: podría, me gustaría, preferiría.
- Identifica en una lista todas esas cosas que crees que deberías hacer, tener o controlar.
- Analiza si realmente son cosas que tú deseas hacer o crees que debes hacer porque así dice la gente.
- Desecha todas aquellas cosas que sinceramente no deseas ni son tu meta.
- De lo que si anhelas, comienza a cambiar la oración con palabras que vengan de ti y no suenen a imposición sino elección.
Estoy seguro que puedes lograrlo y liberarte de un lastre social que nadie debería cargar.
JORGE DOMINGUEZ | PSICOTERAPIA