Si te has sentido muy vulnerable y no sabes cómo ser emocionalmente fuerte, este artículo es para ti, te doy las claves para entrenar tu fortaleza interior.
Cuando sentimos que el cuerpo endeble nos hacemos de toda clase de recursos para fortalecerlo. Vamos al gimnasio, tomamos suplementos alimenticios, proteínas, mejoramos la dieta. ¿Por qué no hacemos lo mismo cuando nos sentimos frágiles emocionalmente?
Hace algunas semanas escribí en este mismo blog al respecto, e indicaba que la fragilidad emocional es la condición de vulnerabilidad en la que se pone una persona cuando es incapaz de afrontar la vida y, por el contrario, es susceptible a que las personas y los acontecimientos de la vida le hieran y le causen dolor.
No está mal sentirnos frágiles ante la vida; sin embargo, ello nos deja en desventaja y nos expone el constante dolor. Pero también tenemos la opción de ponernos en forma emocionalmente. Con este motivo te contaré ahora qué es la fuerza emocional y cómo lograrla.
¿Qué es la fortaleza emocional?
Ser emocionalmente fuertes no tiene que ver con evitar lo que sentimos o no sentir el dolor, mucho menos ser indiferente ante los acontecimientos que vivimos. Por el contrario, una persona fuerte en términos emocionales acepta la alegría tanto como el sufrimiento como algo intrínsecamente vinculado a la vida. Sabe que todos somos susceptibles de sufrir pero que esto no será siempre así. Una persona con fortaleza emocional es resiliente, aprende de la adversidad y sale adelante.
La fortaleza emocional no se expresa a través de gestos de fuerza, sino, principalmente, de resistencia y autocontrol.
Una persona emocionalmente fuerte se caracteriza por:
- No buscan llamar la atención.
- Tiene la capacidad para afrontar el rechazo y tramitarlo sin que haga daño.
- Enfrente el miedo al rechazo y lo gestionamos adecuadamente.
- Es capaz de saber qué desea, después de un proceso de reflexión.
- Va por lo que quiere y no cesa hasta lograrlo.
- Es independiente y no buscan perjudicar a los demás.
- Respeta y valora a los demás.
- Elige a sus amistades a partir de valores afines.
- No teme al cambio.
- No se deja influenciar.
Estos son algunos de los rasgos que ejemplifican a las personas emocionalmente fuertes; otros pueden ser de índole personal y, sobre todo, no se tiene que ser fuerte todo el tiempo. También es importante ser vulnerables de vez en cuando.
¿Cómo ser emocionalmente fuerte?
Así como cuando buscamos fortalecer los músculos adquiriendo ciertas prácticas, también podemos fortalecernos emocionalmente con algunos nuevos hábitos. Si te sientes vulnerable, aquí te dejo algunas claves de cómo ser emocionalmente fuerte.
1. Reconoce las fortalezas que hay en ti.
Escribe una lista de todo lo que te gusta de ti, tanto exterior como interior. Quizá en esa lista encuentres que eres hábil haciendo amigos, te gusta ayudar al prójimo.
En otra lista escribe todos aquellos momentos en los que creíste que no podrías y, sin embargo, lograste conquistar ese reto que te atemorizaba. Igualmente, puedes apuntar en ella las habilidades que te permitieron salir adelante.
2. Ponte manos a la obra con el cambio
Considera aquellas cosas que te gustaría cambiar o mejorar. Haz un plan para comenzar a trabajar en esas memoras, pero asegúrate que ese plan sea realista, se ajuste a tus recursos y tus posibilidades. Una vez que el plan esté listo, ponle fecha y ¡comienza!
Iniciar el plan te permitirá saber que eres capaz de aquello que no te habías permitido antes.
Una vez que te sientas más a gusto contigo, podrás ver que tiendes a sentirte mejor y con mayores herramientas que te fortalezcan.
3. Escribe un diario emocional
Si te cuesta trabajo reconocer y gestionar tus emociones, comienza por identificarlas cada día. En un diario emocional puedes anotar qué sentiste en determinado momento del día y por qué. También puedes identificar cómo solucionaste esa emoción.
4. Sé consciente de ti
Es momento de ir al interior. Procura aprender cómo funciona la relación que tienes entre tu cuerpo, tu mundo emocional y tus pensamientos. Obsérvalos para entenderte y dejar que las emociones transiten por ti sin miedo y si huir de ellas.
5. Acepta cualquier emoción dentro de ti
Como he señalado anteriormente, no temas a sentir tanto las emociones cómodas como aquellas que te incomodan (recuerda que no hay emociones positivas o negativas, buenas y malas).
Entiendo que siempre queremos evitar aquellas emociones que nos causan sufrimiento o que nos disgustan; no sabemos qué hacer con ellas y tendemos a huir o buscar refugio en miles de tareas que ocupen nuestro pensamiento. Ese es el camino más fácil pero también es el camino de los débiles.
Te fortaleces cuando reconoces las emociones que te hieren, nómbralas: ira, celos, frustración, enojo, miedo, etc.
6. Sana tus heridas
A veces el sufrimiento y las emociones surgen sin saber de dónde vienen ni por qué. Es probable que entonces tengamos que observar nuestras heridas del pasado para conseguir sanarlas. No tengas miedo, ya no eres la persona del pasado, hoy eres más fuerte y con mayor experiencia, puedes afrontarlo y sanar.
7. Cuida de ti
Así como el atleta lo da todo en la pista hasta el cansancio, y luego vuelve a casa, se da un baño y un masaje, o se alimenta sanamente con los mejores alimentos para su cuerpo; así tú debes de practicar el autocuidado. Practica la autocompasión, la paciencia contigo y el cuidado emocional que te mereces.
8. El cambio es constante
Considera que la vida es constante cambio, así como las personas. Esta idea nos permite adaptarnos mejor y ser más flexibles, así como disminuir las expectativas que sembramos en los demás y lograr un desapego saludable.
9. Elige tus pensamientos
Gran parte del sufrimiento que tenemos lo genera nuestra propia mente. Escoge bien tus pensamientos y escoge también con cuidado y delicadeza qué tipo de personas quieres a tu lado, qué actividades deseas hacer, qué es lo que te hace bien.
JORGE DOMÍNGUEZ | PSICOTERAPIA