Qué es la fragilidad emocional y cómo identificar si uno vive con esta incapacidad de gestionar la emotividad cotidianamente.
Mucho se habla hoy sobre la resiliencia, esa habilidad de sobreponerse a la adversidad y salir adelante con aprendizaje y crecimiento. Ser resiliente es irse fortaleciendo cada vez más con la experiencia, pero no todos podemos lograrlo fácilmente, existen quienes viven con fragilidad en la vida emocional.
¿Qué es la fragilidad emocional?
La fragilidad emocional es la condición de vulnerabilidad en la que se pone una persona cuando es incapaz de afrontar la vida y, por el contrario, es susceptible a que las personas y los acontecimientos de la vida le hieran y le causen dolor.
Esta condición emocional ocurre cuando se presentan sucesos en el que una persona podría responder y gestionar efectivamente sus emociones, pero no lo hace sino que actúa de forma errática, desorganizada y se paraliza.
Una persona frágil emocionalmente pierde oportunidad de vivir ciertas experiencias de la vida porque no se atreve a sentir sus emociones ya que no es capaz de manejarlas. Estas personas pueden tener miedo a enamorarse, perder un nuevo trabajo por temor a no saber cómo actuar frente a la crítica, o incluso no se atreven a conocer a otras personas.
Frecuentemente experimentan un gran sufrimiento pues tienden a contenerse, a limitar sus actividades e incluso a aislarse. Igualmente, se inclinan por la procrastinación, evitando ciertas tareas con el fin de enmascarar sus problemas y emociones, hasta que lleguen a tener conflictos laborales o escolares, y así ver cómo su vida mengua.
¿Cómo es una persona frágil emocionalmente?
Una persona frágil tiene un pobre autoconcepto, se conoce poco y su autoestima es baja o negativa. Ello suele ser porque en la infancia o adolescencia se vieron incapacitados para gestionar sus emociones o debieron ocultarlas, quizá porque sus padres eran poco flexibles.
Entre las características que se observan en estas personas encontramos:
- Incapacidad para gestionar y entender emociones.
- Sensación de que todo les sobrepasa.
- Reaccionan a emociones consideradas negativas de manera sobredimensionada.
- Sensación de agobio ante los problemas simples o circunstancias inesperadas.
- Incapacidad para gestionar la frustración.
- Dificultades para tener el control de la propia vida.
- Sensación de vacío.
- Sienten que las personas de su entorno les hieren, decepcionan o traicionan.
- Baja energía, apatía, melancolía constante.
- Sensación de ineficacia y baja autoestima.
- Inseguras para hacer cualquier tipo de tarea o actividad.
- Ante la frustración suelen reaccionar con rabia y violencia.
La fragilidad emocional hace que las personas crean no están a la altura de muchos retos de la vida diaria, ello por condicionamientos que aprendieron en su desarrollo. Afortunadamente esos condicionamientos suelen ser aprendidos y pueden desaprenderse, a través de herramientas de inteligencia emocional.
¿Fragilidad igual a sensibilidad?
A diferencia de la fragilidad, la sensibilidad es una cualidad que nos fortalece, tiene que ver con la capacidad para degustar la vida, apreciarla, agradecerla y crearla. Somos sensibles ante cada maravilla con la que nos sorprende la vida, nos hace empáticos y nos permite disfrutar aprendiendo de ella. La sensibilidad no nos rompe, nos construye, es la diferencia ante la fragilidad.
3 pasos para lidiar con la fragilidad emocional
Para lidiar con la fragilidad emocional se pueden seguir estas claves.
- Tomar conciencia de la debilidad emocional con la que vivimos. Con ello se habrá de explorar los pensamientos, las emociones y los conflictos internos.
- Asumir la responsabilidad de uno mismo. Las personas frágiles se sienten víctimas de su entorno, de la sociedad, de las personas que les rodean, para dejar esa fragilidad habrá que afrontar la realidad y asumir que se tienen herramientas para gestionar el sentir y vencer las adversidades. Se pueden tomar las riendas de la vida y poner límites.
- Sanar el pasado y generar cambios en el presente. Todo cambio se acompaña por una sensación de miedo, pero si se logran salvar los obstáculos que nos detienen emocionalmente se podrá ser cada vez más fuerte emocionalmente.
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Si manejo y afrontamiento de tus emociones te rebasa, es momento de contar con la guía de un profesional que te ayude a seguir el camino y fortalecerte.
JORGE DOMÍNGUEZ | PSICOTERAPIA
